¡MADRE SOLO HAY UNA!
Hoy
que se festeja magramente “El día del padre” la pregunta salta a la vista. ¿Por
qué se festeja menos a los padres que a las madres?. La respuesta esta en
nosotros y entre nosotros, en la sociedad con todas sus vertientes que la
alimentan. Desde lo más viejo como la religión, el machismo, la tradición, la economía,
la culpa, y afortunadamente un autentico amor por nuestras madres.
Las
religiones de todo el mundo niegan la igualdad entre los hombres y mujeres eso
no esta a discusión. La religión católica pone al varón como preponderante
entre los dos géneros, siendo Adán el que fue hecho a imagen y semejanza del
Dios cristiano debe ser él, el que mande y no la mujer salida de una de sus
costillas. Si a esto le añadimos que, Eva es la responsable y culpable de la expulsión
del paraíso queda, con el “pecado original”, culpable para siempre. Aunque esto
es un cuento se cree ciegamente y queda como la base de la violencia de todo
tipo contra las mujeres por desgracia.
El
machismo tiene sus fuertes cimientos en esta misma moral cristiana. Como
derivado los hombres, en general, deben mandar a las mujeres y toda violencia
esta permitida. Imaginen la práctica de la violencia por siglos y siglos contra
las mujeres. El hombre (el ser humano), es un animal de costumbres y esto se ha
vuelto una costumbre a todos los niveles sociales. Así de arraigado esta este
mal. Imaginen que los hijos vean al padre maltratar diariamente a su esposa;
esto se “normaliza”, al punto de volverse en el devenir de la vida una tradición.
“Yo golpeo a las mujeres y tú lo harás” es el mandamiento no escrito.
Los
maestros de la economía saben que es mucho más fácil explotar esta construcción
humana llamada “El día de la madre” que, “El día del padre” y aunque les gustaría
sacarle todo el jugo al día del padre saben que la construcción “El día del
padre” tiene otros componentes mucho más débiles que evitan ser comercializado
como quisieran. Con el padre se tiene la rivalidad del poder con la madre el
sentimiento del amor y la culpa.
Hasta
ahora, en general, se sucede al padre en el poder no con la madre y esa
rivalidad entre padre e hijos erige su muro emocional en buen porcentaje. Con los
padres los hijos sienten restricciones de tratarlos emocionalmente. Pasa lo
contrario con las madres. Los hombres sienten culpa por su comportamiento contrario
a los consejos maternos, por el abandono y por su comportamiento machista
contra las demás mujeres. Siente culpa y tiene que expiarla, aunque sea de
manera bastarda con un festejo anual hacia la madre santa. Este comportamiento es
inauténtico pues el verdadero amor a la madre no debería ser por un calendario
oficial sino cotidiano.
Si
algo nos salva parcialmente a los hombres es ese amor autentico por nuestras
madres. No es menor el tema y deberíamos abandonar esa moral que, nos determina
y empuja a violentar a las mujeres, incluyendo a nuestras propias madres pues
un festejo anual, es una violencia de 364 días en el peor de los casos. No
debemos olvidar la frase: “Piensa bien lo que deseas, conócete a ti mismo, no
se te vaya a conceder”.
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