domingo, 20 de junio de 2021

¡MADRE SOLO HAY UNA!


 

¡MADRE SOLO HAY UNA!

 

Hoy que se festeja magramente “El día del padre” la pregunta salta a la vista. ¿Por qué se festeja menos a los padres que a las madres?. La respuesta esta en nosotros y entre nosotros, en la sociedad con todas sus vertientes que la alimentan. Desde lo más viejo como la religión, el machismo, la tradición, la economía, la culpa, y afortunadamente un autentico amor por nuestras madres.

 

Las religiones de todo el mundo niegan la igualdad entre los hombres y mujeres eso no esta a discusión. La religión católica pone al varón como preponderante entre los dos géneros, siendo Adán el que fue hecho a imagen y semejanza del Dios cristiano debe ser él, el que mande y no la mujer salida de una de sus costillas. Si a esto le añadimos que, Eva es la responsable y culpable de la expulsión del paraíso queda, con el “pecado original”, culpable para siempre. Aunque esto es un cuento se cree ciegamente y queda como la base de la violencia de todo tipo contra las mujeres por desgracia.

 

El machismo tiene sus fuertes cimientos en esta misma moral cristiana. Como derivado los hombres, en general, deben mandar a las mujeres y toda violencia esta permitida. Imaginen la práctica de la violencia por siglos y siglos contra las mujeres. El hombre (el ser humano), es un animal de costumbres y esto se ha vuelto una costumbre a todos los niveles sociales. Así de arraigado esta este mal. Imaginen que los hijos vean al padre maltratar diariamente a su esposa; esto se “normaliza”, al punto de volverse en el devenir de la vida una tradición. “Yo golpeo a las mujeres y tú lo harás” es el mandamiento no escrito.

 

Los maestros de la economía saben que es mucho más fácil explotar esta construcción humana llamada “El día de la madre” que, “El día del padre” y aunque les gustaría sacarle todo el jugo al día del padre saben que la construcción “El día del padre” tiene otros componentes mucho más débiles que evitan ser comercializado como quisieran. Con el padre se tiene la rivalidad del poder con la madre el sentimiento del amor y la culpa.

 

Hasta ahora, en general, se sucede al padre en el poder no con la madre y esa rivalidad entre padre e hijos erige su muro emocional en buen porcentaje. Con los padres los hijos sienten restricciones de tratarlos emocionalmente. Pasa lo contrario con las madres. Los hombres sienten culpa por su comportamiento contrario a los consejos maternos, por el abandono y por su comportamiento machista contra las demás mujeres. Siente culpa y tiene que expiarla, aunque sea de manera bastarda con un festejo anual hacia la madre santa. Este comportamiento es inauténtico pues el verdadero amor a la madre no debería ser por un calendario oficial sino cotidiano.

 

Si algo nos salva parcialmente a los hombres es ese amor autentico por nuestras madres. No es menor el tema y deberíamos abandonar esa moral que, nos determina y empuja a violentar a las mujeres, incluyendo a nuestras propias madres pues un festejo anual, es una violencia de 364 días en el peor de los casos. No debemos olvidar la frase: “Piensa bien lo que deseas, conócete a ti mismo, no se te vaya a conceder”.



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