EXEQUIAS DE UNA ÉPOCA POLÍTICA
Acudimos,
que ni duda quepa, a las exequias virtuales de toda una época y los que estaban
bien adaptados a este régimen político son los que más lo resienten. Esto da
como resultado todo un espectáculo escénico donde se llora y se despliegan
groseras expresiones que van muy acorde como justas exequias del
Presidencialismo. A un sistema brutal corresponde una despedida trágica y
brutal.
Los
ciudadanos que impulsan el cambio, en muchas ocasiones no soportan la trompetería
y, la gritería de los deudos del viejo régimen y quisieran que callaran. No hay
tal, no hay forma de hacerlos callar y, se debe tener la templanza para
transitar tal y como lo hizo Odiseo ante todos los peligros pero en especial
ante el canto de las sirenas, simulando que la cera en sus oídos impedía oírlas.
Que espectáculo trágico.
Ahora
bien, se debe siquiera desear que no se le dé su adiós al Presidencialismo por
quienes son sus deudos; de manera alguna, esto sirve para tener una referencia
de la fuerza que aun tenia al morir inesperadamente. En este mismo contexto, se
tiene el referente de la fuerza y madurez del nuevo régimen político. Este debe
ser capaz de arrasar con todos los obstáculos que se le presenten.
En
efecto, se debe dejar a todos los que tengan interés en participar en las
exequias que participen en el rito inusual cuidando en todo tiempo que esto no
se salga de sus cauces naturales; por lo menos a eso tienen derecho. Mientras
tanto, las fuerzas que impulsan la construcción de una política nueva deben
seguir hacia adelante limpiando el camino de todas las instituciones obsoletas y
construyendo todas las que sean menester.
Por
otro lado, ¿qué tan legítimos son los deudos que pululan en las redes
sociales?, se nota claramente que están orquestados bajo una misma línea de muy
baja calidad; tal y como si se hubieran contratado plañideras para darle forma
al rito aunque el fondo ya estaba decidido y el muerto en el féretro. Es muy
probable que estas plañideras virtuales sean pagadas y únicamente se trate del espectáculo
sin sentido, aunque no se puede comprobar de manera fehaciente.
En
suma, las exequias virtuales del Presidencialismo o su equivalente espectáculo ilegitimo
deben ser permitidos pero combatidos para dar por terminado el ciclo y para
seguir en el entrenamiento político de destrucción y construcción de un nuevo régimen
político que de fondo y forma al estado mexicano. Esta dialéctica no debe parar
para clarificar de una vez para siempre el panorama.
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