Hay un sector muy grande de mexicanos que todavía no logran salir de
su trauma de minoridad. A mi entender es que por eso todo les causa malestar,
incomodidad y hasta fobia extrema. Tan lamentable estado mental corresponde a
tan lamentable estado material. Ahora bien, a mi parecer lo primero que se debe
superar es el estado mental de capitis diminutio (disminución del derecho) para
ser iguales ante los demás. En efecto, ante esa incapacidad mental que se
refleja en lo material, el mexicano recurre al ingenio; allí el mexicano es
superior en todo, vía el albur.
No tengo cosa alguna contra el albur como forma de expresión pero si
como forma de superar la realidad. En ese mundillo se puede superar
imaginariamente todo obstáculo real o ficticio pero no se soluciona ninguna
cosa real.
No es necesario cambiar de forma o de fondo. Una buena parte reside en
aceptarse tal y como se es, como mexicano y no repudiar e idealizar como se
debería ser para triunfar por lo menos en los ámbitos más importantes de la
vida.
Se han buscado soluciones fuera de lo mexicano, es decir, de la realidad
mexicana, y se ha fracasado. Se han ido los mexicanos a Harvard, a Yale y a
todos los lugares cultos y científicos a buscar respuestas y han traído el
neoliberalismo y un humanismo sin humanismo. Otros tantos buscan respuestas en
lo metafísico, cuando el Principio-Primero-de-todas-las-cosas se ha perdido en
el horizonte de la vida.
La construcción de la verdad y de las respuestas no deben venir de
fuera sino del mismo mexicano en toda su particularidad. Una adecuada epistemología
y una buena ontología es deseable que se construya para tratar de dar respuestas
a esta realidad particular.
Salinas, Peña y secuaces donde quiera que estén vayan a…
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