viernes, 26 de abril de 2013

MASOQUISMO, SADISMO, ESTOICISMO, NEGACIÓN DE LA REALIDAD: AMORES ANÓMALOS




Al amor sumiso a un símbolo, a una persona o a una autoridad terrenal o divina se puede considerar como el acto más elevado y desinteresado que los seres humanos pueden realizar. No obstante, se necesita echar una mirada tras el escenario para ver toda la enfermedad y corrupción que sostienen un amor de este tipo. Desde la psiquiatría se sabe que, quien se abandona sumiso a otra u otras personas de cualquier índole, tiene rasgos masoquistas en distintos grados. La dependencia es el rasgo más distintivo de tal desviación enfermiza. Mientras más se depende de otra u otras personas menos se, es, como persona individual hasta llegar a la nulidad absoluta.

Si vemos la actuación de los presidentes de los partidos que se suponen de oposición ante el símbolo presidencial que represente Peña Nieto, esto nos debería de alarmar hasta el escándalo. El masoquismo es el abandono a la voluntad del amo. Sin embargo, esta anomalía tiene su correspondiente desviación en el amo, el sadismo. Ambos dependen psicológicamente de igual manera y grado aunque materialmente el sádico maltrate y humille, tanto psicológicamente como físicamente. Esta es la relación perturbada y perturbadora que venos en la relación que se da en el mal llamado “Pacto por México”.

Peña Nieto se erigió en el amo del poder político y hace esfuerzos insólitos para retomar las funciones constitucionales y meta-constitucionales que antaño tenían sus predecesores del mismo partido en lo que se llama “Presidencialismo”. Los presidentes del PAN y del PRD  disminuidos por todos los hechos de derrotas electorales y rompimientos hacia el interior de sus partidos, consideraron que estaban tan disminuidos que era menester convertirse en apéndices del símbolo del poder. La permanente desviación política de los priistas no fue impedimento para que ambos presidentes anunciaran que estaban a disposición para participar con el gobierno, para sacar a México adelante (a remate mercantil, es como se debe entender),  sin oponerse de forma significativa.

Es lastimoso y lamentable que Madero y Zambrano sean meros títeres de la voluntad torcida de Peña Nieto y de su gabinete(Mas de este que de aquel). El caso de corrupción en Veracruz no fue suficiente para que ambos políticos rompieran con su dependencia. Madero presentó denuncias contra los funcionarios involucrados, asi como contra Rosario Robles. Sabemos bien, que fin jurídico y destino tendrán dichas denuncias: la improcedencia e impunidad. Se necesita estar disminuido en la voluntad hasta el grado mínimo para esperar que procedan en cualquier sentido.

Faltos de voluntad, Peña Nieto se ha enseñoreado sobre ellos con el sadismo correspondiente. En un tris les hizo ver su calidad de dependientes. Es claro que los priistas son excelentes para cegar a través de sus malas artes a sus oponentes. Lograron ponerlos de rodillas con la rotación de la presidencia del organismo que preside formalmente “El pacto por México”, sin embargo, materialmente están siendo piezas del ejercicio del poder presidencial y del partido dominante. La candidez con que actúan es patética.

Otro de los rasgos que se puede detectar en Madero y Zambrano es el estoicismo ya que si bien Peña Nieto (o mejor dicho la cúpula que manda), llena todas las necesidades de ambos presidentes de partido, fuera de este cerco está el pueblo y los propios militantes de sus partidos que justamente les reclaman su entreguismo y su falta de voluntad política para velar por los intereses particulares de sus respectivos partidos y en lo general la traición clara a la nación mexicana. Allí deben soportar el dolor de ser increpados y cuestionados. Ponen buena cara al mal tiempo. Dicen públicamente que el pueblo no los entiende pero que actúan con toda responsabilidad, mientras se agudiza la pobreza entre las clases bajas. Ese es un rasgo fundamental del estoicismo esperar una recompensa en el más allá y en este caso de la Historia.

El tercer rasgo que podemos encontrar en Madero y Zambrano es la negación de la realidad. Para ellos no existe más realidad que la parcialidad en que viven y conocen. Se aferran a las cifras que el gobierno da, sobre la macro economía (la economía de las grandes empresas), y quieren extender esa misma sanidad económica ala pueblo. Se niega la realidad una y otra vez de manera ferviente. Para ambos, la realidad son los escenarios preparados, aparecer ante las cámaras y micrófonos de los medios de comunicación y los diarios y revistas que propagan los acuerdos mediáticos pero que no tienen relación ni efectos benéficos para el pueblo. Todo es retórica insuflada por su sádico amo.

Como resultado se tiene la irresponsabilidad de Madero y Zambrano. Al final de cuentas ellos no actúan por si, sino en representación del pueblo (una auto mentira). Por lo tanto es responsable Peña Nieto de los resultados del “Pacto por México” o en su caso el organismo rector de ese infame programa pero ellos, nunca. Este es el tripie desde donde se sostienen psicológicamente estos personajes: masoquismo, estoicismo y negación de la realidad.

Las tres características enunciadas líneas arriba bien se puede extender a la mayoría de los mexicanos que son pasivos (masoquistas), que sufren la realidad (soportándola con estoicismo) y negando la realidad porque esperan que Dios castigue en la otra vida a los malos. Mientras tanto, el sadismo disimulado va ganando terreno político. Sí, eso también le llaman presidencialismo. 


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