Políticos
de izquierda como Graco Ramírez o Jesús Zambrano han manifestado con gran ímpetu
que se les aplique a los maestros la ley. Argumentan que en caso contrario vamos
a pagar caro estos hechos, refiriéndose a lo pasado en Guerrero. Estoy de
acuerdo en que se debe de proteger el Estado de Derecho y que se aplique la ley
a todos los que provoquen inestabilidad a la nación mexicana. En consecuencia
se debe empezar a iniciárseles averiguaciones, inhabilitaciones y
responsabilidades en contra de todos los políticos que han contribuido a que
lleguemos a este lamentable estado. Los políticos y gobernantes son responsables
de la pobreza del pueblo y tienen nombres y apellidos. Se han convertido en una
casta divina pero bastarda. Ven una realidad que no existe. Para ellos el
pueblo no tiene más que una opción: obedecer ciegamente a esta casta que solo tiene una característica,
tener una ambición desmedida por una vida llena de lujos materiales. ¿Qué han
aportado los políticos de bueno para la nación mexicana?, ninguna que valga la
pena. Van de escándalo en escándalo de corrupción de compra de voluntades y toda
clase de represión, asesinatos, desapariciones y toda clase de tropelías en
nombre del Estado de Derecho y la aplicación de la ley contra un pueblo que los
mantiene. La ley del garrote irracional y no otra cosa es lo que proponen fervientemente.
Peña
Nieto ha anunciado que el gobernador tiene y tendrá su respaldo para reprimir a
los maestros y todo disidente. Para maniatar al pueblo y vender los bienes
nacionales y permitir la rapiña de los mismos se han unido los de izquierda,
derecha con los pragmáticos priistas. Quieren hacernos creer que por estar de
acuerdo estas tres corrientes ideológicas en la aplicación del neoliberalismo,
el pueblo debe ser dogmático, acrítico y estar agradecido por los millones de
pobres que se están prefabricando con El Pacto por México. Dicho programa no es
otra cosa que una prodigalidad institucional para comprar votos, es decir, la corrupción
como institucionalizada. Que personajes nos gobiernan todos en la línea de la tiranía,
bien comidos, bien vestidos, bien servidos y todos con suma ignorancia de la
realidad del pueblo mexicano. Son claros enemigos de la nación mexicana. Son
los únicos beneficiados directos por tales reformas.
Si
no quieren que haya manifestaciones ni la catarsis y el desahogo de la ira de
los maestros u otros grupos que empiecen a dejar de ser corruptos y dejar de
aplicar su lema favorito “Vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”. Ojala
con la misma vehemencia y mano dura combatieran su propia corrupción y delitos.
Ojala y con la misma voluntad crearan las condiciones para que tuviéramos mejor
educación, seguridad pública, seguridad social, oportunidades de empleos bien
pagados y todos los rubros a los que debería estar obligado el Estado mexicano.
Ojala con la misma mano dura combatieran a la delincuencia organizada. Ojala
tuvieran operativos policiacos, de inteligencia o espionaje tuvieran para con
la delincuencia organizada y todos los empresarios y bancos que lavan el dinero
mal habido.
No
tengan el cinismo de hablar en nombre del pueblo, de la democracia ni del
Estado de Derecho cuando claramente estos gobernantes han decidido que el
Estado mexicano reduzca su intervención en la economía y todos los rubros y
aplicar el “Dejar hacer y dejar pasar” de este sistema de rapiña neoliberal para
solo convertir al estado en un gendarme de las grandes trasnacionales. No
estamos sino ante un estado de Derecha que esta dispuestos a encarcelar,
desaparecer, reprimir a los disidentes. Llevaran la represión y la muerte en
nombre del Estado de Derecho pero esta será farsa para vivir de la penuria del
pueblo.
La
revolución mexicana se llevó a cabo porque el pueblo no tenía lo indispensable
y el sistema político y económico se había vuelto un sistema de cuates,
incondicionales y toda clase de carroñeros. No existía un pensamiento de ideas
universales sobre la libertad humana, política, de empleo o cualquier otro
derecho. Se quería la tierra y la libertad para trabajarla. Hoy se quieren
cosas concretísimas muy parecidas a esos tiempos.
Este
gobierno mexicano en sus tres niveles se quiere convertir en el brazo armado de
las grandes trasnacionales y traicionar
al pueblo mexicano. Tal vez se conviertan en los gendarmes que cuiden la
rapiña de todos los bienes nacionales y apliquen la Ley del garrote de manera
indiscriminada tal y como lo piden esos paladines de la tiranía y de la ceguera
nacional. Sin embargo, no podrán ocultar que son empleados bien pagados por las
trasnacionales y por ese pueblo que tanto condenan y reprimen antes de atender sus
obligaciones políticas. La política no se debe usar para la aplicación lisa y
llana de la fuerza del Estado contra el pueblo sino para solucionar los
problemas nacionales. Claro como no tienen idea alguna de cómo dar soluciones se
atienen a la tendencia mundial, es decir, matar a los gobernados, ya sea de
hambre o, a garrotazos.
Que
lamentable es tener una casta de pillos que se llaman ellos mismos, políticos que
hablan en nombre de la ley, del pueblo, del Estado de Derecho como si tuvieran
una pizca de lo que tanto alardean. La ley no se negocia dicen, claro cuando es
el pueblo quien pide justicia pero si cuando es en beneficio de ellos mismos. Allí
callan y hacen hasta lo imposible que para ellos no exista ese Estado de
Derecho que tanto pregonan. Basta una mirada para ver que allí están los viejos
políticos que siempre han vivido del erario y allí están sus retoños legítimos
y bastardos ya ocupando los puestos de poder.
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