En México la educación es un hibrido espantoso, empieza por un suave moldeamiento familiar; sigue con una falsificación de la realidad a través de la religión; prosigue con un intenso moldeamiento institucional hasta la preparatoria o bachillerato con miras a tener mitos y falsedades como ideales. En la Universidad se llega al idealismo casi total al punto de no tener casi punto alguno de contacto entre la teoría y la realidad. Así las cosas, salen de las Universidades privadas o publicas regimientos de profesionistas entusiastas con el convencimiento de poder domar y encausar la realidad. A Poco, se dan cuenta de que no hay forma de siquiera intentar domar la dura realidad. Entonces la mayoría se retira de la práctica con sonrisas y parabienes convencidos de que han sido timados. Los que persisten abandonan las endebles armas del idealismo y se encaminan alegremente hacia el empirismo para encajar perfectamente en una sociedad que renguea por todos lados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario