domingo, 23 de septiembre de 2012

¡HACIA NUEVAS TIERRAS!


Se ha creído erróneamente que la humanidad sigue un proceso de desarrollo permanente y sin bache alguno en todos los ámbitos de la vida. Los seres humanos de hoy día tienen menores perspectivas del conocimiento que antaño. Si vemos el periodo del renacimiento hasta el final de la Filosofía racionalista sorprende que la mayoría de filósofos y científicos tuvieran en su haber no solo la Filosofía sino además las Matemáticas, la Teología, la Jurisprudencia (Derecho) o la Física. Tales son los casos de Descartes, Spinoza, Newton, Leibniz entre otros. Este último caso es peculiar dado que inventó el cálculo diferencial y el cálculo infinitesimal y el sistema binario. Sin el sistema binario no hubiera sido posible la invención de las computadoras tal y como las conocemos.
Nos dejaron como legado el problema resuelto en lo fundamental del método para acceder al conocimiento verdadero. Descartes en especial, partió en busca de mundos hasta ese entonces desconocidos y dio con puertos insospechados y muy provechosos para la Humanidad. Cierto es, que tuvieron sus errores garrafales pero, eso no les quita un ápice de valentía y sapiencia. Recorrer las rutas que cada uno de ellos inauguraron es adentrarse en mundos maravillosos del pensamiento humano. Allí están todos sus aciertos y todos sus errores; todos los soles y todas las noches de la ciencia; cada alegría y cada pena vivida. Con un solo continente que hubieran descubierto bastaba para estarles agradecidos pero cada uno de ellos se adentro al nuevo continente y se lanzó a descubrir nuevas tierras. Fundaron puertos seguros para la siguiente avanzada y en cada puerto le pusieron su propio faro para que atraquemos sin ningún problema y en cada puerto esta la invitación al siguiente destino. Así, tenemos la dicha de seguir los pasos de la vida misma, guiados por las mentes más agudas de todos los tiempos. ¡Partid hacia lo desconocido gritaban mientras arriaban sus velas!, descubrir y conquistar nuevos mundos era su determinación. Aun están allí, invitándonos a levar anclas, a descubrir nuevos mundos y hacia allá vamos. Y, este es, un júbilo superior a todos los placeres materiales.

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