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LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN
MÉXICO. EL CUARTO PODER.
Los medios de comunicación en México tienen concesiones del Estado para poder trabajar. En teoría, deberían servir para informar. En la realidad son parte del viejo régimen priista y seguido por los panistas. Su quehacer diario y durante todas las veinticuatro horas es desinformar, manipular y sacar provecho económico. No les importa, en su gran mayoría, publicar mentiras barnizadas de verdad. Esperan que, la miseria en millones de mexicanos permita a sus mentiras florecer al grado de detener el cambio y revertirlo. Quieren volver a las grandes ganancias recibidas con anterioridad al 2018.
El método
que usan es bien conocido. Usan el método de Joseph Goebbels. Publican una
mentira o una declaración política sin bases reales de los lideres de la oposición
una y otra vez con el animo de que, se convierta en una verdad y el pueblo se
la crea para minar al gobierno en turno. Imaginen una gran maquinaria nacional
e internacional funcionando las veinticuatro horas con el único fin de derrocar
a un gobierno legal y legítimamente. En tal caso la soberanía del pueblo está
en peligro constante y los ciudadanos deben cuidar que, su voluntad general se
cumpla. A pesar de la presión constante y poderosa. Los grandes medios de comunicación
tienen el dinero suficiente y tienen nexos casi indestructibles con las élites económicas
de occidente.
Se
entienden las declaraciones políticas del PRI y del PAN, pero los medios los
hacen pasar ya como sentencias jurídicas inapelables y para ello utilizan a
periodistas evidentemente ignorantes, rabiosos y sin escrúpulos. Pongamos casos
concretos. Joaquín López, en otros tiempos la estrella de Televisa. Sin tener
una educación académica universitaria ni una inteligencia excepcional comunica
hechos no comprobados por ninguna persona y se lanza al ataque contra el
gobierno. De vez en cuando deja en ridículo a alguno de la oposición para dar
la impresión de ser parejo. Carlos Loret, otra estrella venida a menos de
Televisa. Tampoco tiene una carrera universitaria, pero se comporta como si
fuera infalible. Son ya clásicos sus montajes y mentiras. Carlos Marín, sin
tener estudios universitarios se erige como un líder de opinión infalible. La
lista es larga, es un ejercito de periodistas y analistas con una sola misión;
desprestigiar a los gobiernos electos legal y legítimamente. Por lo demás que, cada
uno ponga a los periodistas y analistas pertenecientes al servicio de los
dueños de los medios de comunicación y al servicio de la oposición.
El
poder de los dueños de los grandes medios de comunicación es tan grande que han
puesto presidentes como Televisa, dicha empresa creo toda una farsa para que,
Enrique Peña Nieto fuera presidente. Tv Azteca, tuvo su tele bancada y estos
son solo dos ejemplos. Llegaron al grado de sentirse y ser concebidos como el
Cuarto Poder. Ya existían tres órganos mal llamados Poderes. El ejecutivo, el
judicial y el legislativo mediante los cuales se gobierna al pueblo. Bien, pues
los grandes medios de comunicación se erigieron en ese cuarto órgano, en el
llamado Cuarto Poder.
Imaginen
los grandes peligros y a las grandes presiones a las que, esta sometida la
democracia mexicana. Las élites sacerdotales, partidistas, sociales y
empresariales se creían dueñas del estado mexicano. Vendieron a placer con
leyes a modo casi todos los bienes y servicios nacionales. Su única misión es
seguir con el saqueo institucionalizado. Quieren regresar, pero ellos mismos
terminaron con su sistema de creencias emanadas de la revolución y ahora culpan
a Andrés Manuel López
Obrador, a Claudia Sheinbaum y a la 4T, de sus desgracias. No hay tal. Ellos
mismos son los culpables de su caída. 34 años de privatizaciones con la mayor
corrupcion posible los puso en la lona y no se ve como puedan salir de las arenas
movedizas y en todo caso les espera la espada de Damocles en manos del pueblo.
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