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EL PUNTO DE QUIEBRE
DEL VIEJO RÉGIMEN. LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
Vivimos
tiempos inéditos muy interesantes, pero también muy vergonzosos. Interesantes
porque no habíamos vivido el hecho de que, ocho miembros de la Suprema corte de
Justicia de la Nación (SCJN) se opusieran a los cambios. Durante todo el
periodo del Presidencialismo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y
del Partido Acción Nacional (PAN). Los órganos legislativo y judicial siempre
estuvieron al servicio del presidente en turno. No nos vengan con cuentos
chinos. Eso así era. Con Andrés Manuel López Obrador cambio radicalmente, les
dio la libertad a los miembros de la SCJN. Se engallaron y en el afán de cuidar
los intereses de los grandes empresarios y los suyos propios han querido
erigirse en paladines de la libertad, justicia, del derecho, de los derechos humanos
y la democracia. En realidad, es una vergüenza oír las ideas tan rancias,
retrogradas y ridículas de los ochos ministros. Mejor no hubieran salido a
exponerse de esa manera tan vergonzosa. Parece que no pasaron del tercer
semestre de derecho. Si sus ideas son muy pobres, sus actuaciones lo son aún más.
No hay forma de justificar sus actuaciones y declaraciones totalmente sin ningún
fundamento legal. Ni la Constitución General de la República y menos las leyes
secundarias los facultan para revisar una adición o una reforma constitucional,
pero estos ocho ministros llevados de su loca ambición han precedido como si
fueran dioses y, diosas y el resto de ciento treinta millones unos ignorantes
sin remedio. Vaya error.
El vocero de estos ochos ministros Javier Laynez Poticek, se regodea en su ignorancia. Ha salido a dar declaraciones a diestra y siniestra creyendo tener el monopolio de la verdad. Que ridículo. Yo, acuso a estos ocho ministros de haber convertido a la SCJN en un estorbo nocivo para el pueblo mexicano, para la democracia. El único soberano es el pueblo. Pero nos ven como una masa sin inteligencia propia y se les hace que, vamos a poner rodillas en el suelo pro sus ideas tan inmaduras, tan locas y descabelladas. Es de no creerse. Creíamos tener a los mas inteligentes y bien estudiados en la SCJN y resulto todos lo contrario. Son unos verdaderos fiascos. Están viviendo en su burbuja o en su cueva platónica y creen que, eso es la realidad radical. Pobres ministros han invernado. Todo les hacen. Les elaboran los escritos, los proyectos de sentencias, los discursos y les sirven el café selecto cuando llegan se van con pasteles a sus casas creyendo conducir una nación. Son una inutilidad barbárica al estilo de los jeques árabes.
Si en algún momento gozaron de credibilidad y prestigio, con este momento inédito y de vergüenza han derrocado esa credibilidad y ese prestigio. No les queda en positivo algo, en negativo tienen todo. Creían luchar contra los otros dos órganos, pero en su miopía no vieron al pueblo soberano. Este pueblo se ha ganado a pulso ser llamado legal, filosófica, legitima y genuinamente soberano. Este pueblo que, tanto han tenido como sirviente e ignorante ha cambiado y ha hecho posible trazar su propio camino a la democracia. Todo lo que ha logrado es por su propio esfuerzo y sacrificio. Este pueblo es digno representante de lo humanos a pesar de toda la problemática nacional que tenemos.
La Suprema
Corte de Justicia de la Nación nos ha mostrado y demostrado no estar a la
altura del pueblo mexicano y debe ser renovada. Este es el penúltimo paso hacia
un nuevo camino, hacia un nuevo Estado mexicano y debemos luchar todos los días
por la república, por la democracia y por, sobre todo, por nuestro pueblo. Es
una tarea demasiado grande, demasiado arriesgada, demasiado azarosa y peligrosa,
pero no hay otra opción si queremos avanzar.