lunes, 30 de septiembre de 2024

EL TELÓN HA CAÍDO Y LA RUEDA SIGUE GIRANDO

 

EL TELÓN HA CAÍDO Y LA RUEDA SIGUE GIRANDO

 

Es necesario que, hagamos un examen de nuestro pensamiento y actuar pues eso hemos sido durante mucho tiempo, pero acotemos todo esto al gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Este choque entre dos formas de pensar y de vivir era inevitable. No se crea que, todo es responsabilidad y culpa de Obrador; no, hemos estado construyendo esto desde hace mucho tiempo. Somos el resultado de ese antagonismo, de esa lucha de clases. Es un error y una necedad no aceptar el hecho de habernos dividido desde hace mucho tiempo. Los ricos piensan que, esta realidad se da sin más, no logran ver tras bambalinas esa degradación humana muy propia de ellos. Pero la mayoría nunca aceptaran su responsabilidad y culpa. Ese sentimiento de todos estar mal y yo bien es un rasgo muy distintivo de nosotros. Sentimos una superioridad en casi todo cuando no somos siquiera el veinte por ciento de eso que, nos sentimos. La realidad es otra. Tengo otros datos, diría Obrador.

 

Nuestro proceder es simple. Cada uno de nosotros tiene la razón y todos los demás están equivocados. Hemos aceptado que, el mal proviene de un sujeto con cuernos y un intenso color rojo y, el bien de otro sujeto vestido de blanco lleno de amor con la promesa de estar algún día sentados a su derecha, disfrutando del maná y de pollos rostizados o a la leña con todos sus salsas y aditamentos para los más pobres. Que bella mentira nos hace vivir. Y mucho me temo que, ese obstáculo va a ser casi imposible de superar. En buena medida somos neoliberales, egoístas y rencorosos como derechistas. Nos gusta Octavio Paz porque nos supo y nos sabe mentir con relación al pueblo. Buscaba a los más altos intelectuales porque decía que, representaban a los mexicanos y lo mexicano. A pesar de su Nobel sentía una necesidad ineludible de mentir, de inventar realidades falsas. Era un mercader. Un buen mercader. Se admira a Paz por sus mentiras. Era un bellaco, diría Lilly Téllez.

 

Somos tan responsables de las circunstancias actuales como el diablo en los cuentos religiosos, pero en realidad nos fascinan las cosas materiales y somos capaces de fingir que, amamos o que somos probos mientras tratamos de sacarle al prójimo el mayor provecho. Ya lo dijo Thomas Hobbes. “El hombre (el ser humano), es el lobo del hombre”. Hay que ver con que vanidad ridícula se luce el fruto ajeno del trabajo y a eso le llaman éxito. Por favor. Si nos quitamos las máscaras entre mexicanos nos daríamos cuenta de que, pocos somos dignos de llamarnos honorables.

 

Queremos un México mejor. Por favor. Queremos momentos de éxtasis vulgar. Vanidad. “El sacerdote conoce al ser humano en toda su Necedad, el medico en toda su enfermedad y el abogado en toda su maldad”, Schopenhauer. Pero no importa más que, ser una persona en suma rica materialmente, aunque en la realidad no solo no se ayude a México, sino que, se menoscabe su riqueza en todos los ámbitos con tal de brillar con oropel. Nuestros héroes son de papel porque basan su poder en riquezas materiales nunca en valores. No les importa la legalidad si no les reporta beneficios, el humanismo les parece una antigualla. El resto de los seres humanos no son más que obstáculos o granos de oro. ¿Cómo llagamos a esta pobreza?.

 

No es Dios no es el diablo ni Obrador somos nosotros quienes hemos construido este infierno. Esos Mesías del PRIANRD están en España disfrutando las mieles de la derrota mientras sus huestes padecen todos los días el agrio sabor de la democracia fingida que les vendieron como solución y vida eterna. En el campo de batalla no queda más que, derrotas y aves de rapiña. Todos queremos como en ese juego popular de la pirinola, tomar todo sin aportar lo mínimo; eso es una farsa. Debemos poner no solo nuestro esfuerzo sino nuestra sangre. Llevamos cien años de atraso.


viernes, 20 de septiembre de 2024

LA DEMOCRACIA DEBE SER DINÁMICA

 

LA DEMOCRACIA DEBE SER DINÁMICA            

 

Empecemos por definir la democracia. Democracia proviene de dos términos griegos antiguos. Demos significa pueblo y Kratos, significa poder. Esto significa el poder del pueblo. En las ciudades-Estados griegas en donde había democracia solo los ciudadanos podían intervenir en la política. Se dice que, es el poder del pueblo y para el pueblo. Pero eso no siempre ha sido así. Lo que más hemos conocido es el dominio de las élites militares, los ricos, las cúpulas políticas y los lideres religiosos.

 

La Primera Transformación se hizo contra la corona española y no contra el pueblo español pues quien mandaba y se llevaba las ganancias eran los reyes en turno. Pero con esta revolución de independencia no trajo consigo la libertad ni la democracia pues las élites ya mencionadas quedaron a cargo del gobierno. Los lideres católicos tenían mucho poder, mucho dinero y ejercían funciones que, ahora son de gobierno como el registro civil. Gobernaban prácticamente. Contra ese poder desmesurado se inició un nuevo movimiento.

 

La Segunda Transformación fue la reforma hecha por los liberales liderados por Benito Juárez García, pero no se logró consolidar la democracia, aunque hubo avances. Al final el pueblo mexicano cayó en la dictadura de Porfirio Diaz por más de treinta años. Contra esta dictadura personal se levantaron los revolucionarios en 1910.

 

La Tercera Transformación se hizo contra la dictadura personal de Porfirio Diaz y los militares que salieron con vida de la revolución de 1910 sabían que no era posible otra dictadura personal, así que, Plutarco Elías Calles funda en 1929 el Partido Nacional Revolucionario (PNR), en 1938 se transforma en el Partido de la Revolución Mexicana (PRM) y en 1946 cambia a su actual nombre Partido Revolucionario Institucional (PRI) y durante 71 años gobierna sin interrupción.

 

Durante estas etapas el Estado mexicano ha tenido sus tres órganos fundamentales. El órgano ejecutivo, el órgano judicial y el órgano legislativo, pero eso no ha garantizado la democracia. Siempre hemos sabido que fue una dictadura ya no personal sino de un partido único de Estado. Mario Vargas Llosa llamó esta forma de gobierno como “La dictadura perfecta”. Esa es la “democracia” por la que lucha toda la oposición y dicen que, el actual régimen no es demócrata. Ahora que fueron los ciudadanos quienes sorpresivamente han elegido a sus gobernantes dicen que, no es democracia sino todo lo contrario.

 

Es evidente que, hasta los más insignes licenciados, maestros, doctores intelectuales en derecho y filosofía tienen instalado un único modelo de Estado y su funcionamiento llevado por las élites sacerdotales, políticas, sociales, militares y empresariales sin que, los ciudadanos intervengan en la política. Cuando los ciudadanos deciden quien los debe gobernar los conservadores se alborotan a grados increíbles con tal de volver al poder e instaurar el viejo régimen. Hasta apenas en más de cien años el pueblo ha decidido en política, haciendo realidad el articulo 39 constitucional que ordena que, todo poder proviene del pueblo y se instaura en beneficio de este.

 

Ahora bien, hace falta que, se instaure la democracia y se inventen mecanismos para no volver al modelo de “democracia” de las élites o que se instaure una dictadura personal o de partido. La democracia debe servir a todos en general y no solo a las ya nombradas élites. Se debe evitar también que, se haga la ilusión de que, con tener tres órganos (ejecutivo, legislativo y judicial), hay democracia, pesos y contrapesos. Hemos tenido un estado con esos tres órganos y hasta el 2018 no habíamos conocido y practicado la democracia.

 

En efecto, había la dictadura de un partido y el lema “Sufragio efectivo, no reelección”, nunca se había hecho realidad y faltan pocos días para que, se cierre el círculo y hecha realidad su primera pare; es decir, “Sufragio efectivo…”, se hará realidad la segunda parte “…no reelección”, cuando el actual presidente deje el cargo a su sucesora y es deber de los ciudadanos de seguir haciendo cumplir los viejos anhelos del pueblo mexicano. Democracia, libertad, legalidad, legitimidad, igualdad, justicia entre otros principios democráticos deberán seguir el camino de la democracia, la voluntad general del pueblo con el respeto a las minorías.


lunes, 16 de septiembre de 2024

 

NO

 

Una palabra resume y representa a toda la oposición: “No”. Es increíble que, durante casi seis años la única propuesta de toda la oposición (Grandes empresarios, élites sacerdotes, cúpulas políticas y clases altas, todo en general), solo tengan como añoranza el pasado corrupto y negro. También tienen como propuesta política, económica, social y religiosa el “No”. Están en su derecho de oponerse, pero deberían analizar si ese “No”, es viable ante la avalancha de cambios de todo tipo que, paradójicamente nos trajo el neoliberalismo impuesto por ellos. Se saca como conclusión no haber tenido idea clara de las consecuencias de imponer el neoliberalismo como forma de vida en el pueblo mexicano. Es decir, se han hecho a sí mismos el peor mal posible, pero culpan a todos menos a ellos. Esta forma torcida de pensar y de actuar los ha tenido postrados durante este sexenio y seguramente así seguirán en el sexenio que, como tren veloz se nos perfila. Es cierto que, para el nacimiento de un nuevo régimen político, económico y social el viejo sistema debe estar, por lo menos en su mínima expresión para dar paso a una nueva forma de ver la vida. Los tres órganos del Estado con todas sus dependencias y nuevas instituciones deben tener un nuevo rostro y nuevas entrañas. Ese es el reto mayúsculo presentado al pueblo mexicano.

 

Los llamados intelectuales, analistas, políticos y periodistas creados en las entrañas del priismo se han convertido en sendos agoreros del peor de los Apocalipsis. Ven por doquier moros con tranchetes, las siete plagas de Egipto, Sodoma y Gomorra, la caída de Jericó, los campos de concentración mexicanos, el apartheid y los gulags rusos prestos a caernos al unísono. No hay salvación. Claro, su evidente ignorancia media entre la realidad y su concepción de la realidad. No conocen otras formas de vida y de ser más que, las del viejo régimen. Hasta cierto punto no se les puede responsabilizar ni mucho menos culpar a seres tan hechos el oscurantismo y la debilidad. Quieren regresar al paraíso del cual fueron expulsados para siempre. Hoy, mañana y siempre vamos a seguir escuchando sus llantos y gritería. Ojalá y la amplia frente de Marko Cortés abrigara una inteligencia extraordinaria o la pulcritud artificial de Alejandro Moreno escondiera las respuestas que, necesitamos o ya por lo menos que, las barbas de Diego Fernández de Cevallos sirvieran como asidero, pero como en la tragedia “Los Persas”, la respuesta es “Todo está perdido”. Para nuestra buena fortuna al pueblo mexicano se le abre toda una gama de formas de ser y tendrá que, escoger una que le vaya bien en este nuevo inicio de la vida nacional. En resumen, el viejo régimen está muerto. En el Senado de la república se le dio la extremaunción. Ayer en el Zócalo de la Ciudad de México, Corazón de la nación mexicana, se festejó el fin y el inicio.

 

Claro que, tenemos un montonal de problemas nacionales y no es prudente un festejo excesivo, pero sirva ese festejo como clausura e inicio de una nueva vida pública y privada. Las voces del ayer no se irán tan rápidamente. Necesitamos cabezas para pensar en las posibles soluciones a tantos problemas nacionales, pero también manos para construir un nuevo Estado mexicano donde vivir con menos desigualdades, con más oportunidades para todos, con una justicia social amplia y profunda, con una legalidad y legitimidad en beneficio general y con el respeto a los derechos humanos a los más pobres. Sin estos requisitos estaremos empantanados en un mundo de ilusiones vanas. A pensar en un plan y a trabajar. Hay que, decir si a una nueva forma de pensar y actuar. Somos ciudadanos del mundo y es hora de partir y sortear los mayores peligros. Esa es nuestra nueva ruta.

 

 

De la oposición no se debe esperar mucho en lo positivo sino todo lo contrario, con las hachas en las manos y el veneno en las lenguas estarán día y noche en todos los lugares posibles echándonos en cara haber derrumbado su mundo. Un mundo exclusivo para pocos y excluyente del resto del pueblo. ¿Qué hacer en estos casos?, pues hacer lo que hizo Odiseo al pasar por las islas de las sirenas no oír o hacer que, no oímos el canto de las sirenas de la oposición. Tendrán que salir ellos mismos de su isla para navegar hacia los mares de la democracia, la justicia social y todos por los cuales se nos presenten o construyamos. Las barcas están ya prestas y los vientos soplan insospechadamente. “Bienvenidos a un nuevo México”


sábado, 14 de septiembre de 2024

EL FIN DE TODA UNA ÉPOCA

 

EL FIN DE TODA UNA ÉPOCA 

 

Estamos viendo en vivo y directo el fin de toda una época que, no nos merece el mínimo orgullo. Fueron tiempos de vergüenza. A mí, desde que, tome consciencia, me pareció el sistema político priista una desgracia. Nunca me sentí libre ni capaz de hacer eco con ideas diferentes a las impuestas.  Fue un proceso largo y muy árido en ideas y más en actitudes. Todo era pensar y actuar como uno solo, ser priista era la moda. Se construyó un Estado de partido único y para pocos. Más que ciudadanos éramos siervos.


Quienes se beneficiaban se oponen al cambio. Quisieran seguir con una simulación de democracia, de justicia, de igualdad y de todo lo necesario para el desarrollo de los mexicanos. El Estado mexicano estaba al servicio de las élites sacerdotales, empresariales, sociales y de partidos. Y, a eso le llamaban democracia. Es evidente que, eso no era democracia.


En el ámbito de la justicia esta era un desastre. Descansaba sobre la prueba confesional y las confesiones se obtenían mediante toda clase de torturas. En el ámbito civil pasaba los mismo. Si alguna de las partes confesaba se relevaba al resto de probar. Era una justicia superficial y sin fondo. Era una justicia bárbara y la Suprema Corte de Justicia de la Nación sometida al titular del órgano ejecutivo, es decir, al presidente en turno, estaba callada. Ese tipo de resabios son los que, los priistas y panistas defienden.


En el ámbito social el resultado era el mismo. Se crearon pocos ricos con base en los bienes y servicios del Estado. Se dividió al pueblo entre ricos y pobres con sus matices. Mexicanos de primera, segunda, tercera y subsiguientes calidades. Eran las castas simuladas para no dar una impresión de barbarie.


En la línea política solo había un partido; un partido nacido desde el poder. El Partido Revolucionario Institucional (PRI), era el partido único de Estado, aunque existía del Partido Acción Nacional (PAN), era testimonial a pesar de haberse creado en 1939. El Partido Comunista fue proscrito de esa “democracia” priista.


En el rubro religioso la casta sacerdotal fue instrumento de control social. Las cúpulas católicas se unieron a los gobiernos del PRI y del PAN, siempre en detrimento de la democracia. Alrededor del corazón del viejo régimen priista se construyó toda una armadura mediante capas de sindicatos, caciques, las cúpulas patronales, católicas con toda la fuerza del Estado; lo que llevó a las persecuciones, matanzas, encarcelamientos, matanzas y toda clase de delitos por parte de los gobernantes en turno.


El PRI y el PAN vaciaron de todo contenido y de toda forma a su propio régimen. En su afán de acumular riquezas, teniendo las leyes a modo, no se detuvieron y sin temor a enfrentar la ley se dedicaron a privatizar con toda la corrupción posible. Carlos Salinas, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto como efecto de toda esa corrupcion ahora viven en España. Sin embargo, los efectos destructivos de su corrupción no han parado ni pararan de inmediato, a pesar de la desaparición del viejos sistema político, económico y social del PRI y del PAN. Ni siquiera la desaparición del Partido de la Revolución Democrática (PRD), agota la decadencia, esta seguirá hasta extinguir al PRI y dejar a la oposición débil por lo menos otros dos sexenios si se apuran a su reconstrucción pues Movimiento Ciudadano (MC) y el PAN estarán huérfanos del amor del pueblo.


Nunca pensaron los otrora partidos hegemónicos que, una sociedad politizada podría ponerles un alto en sus actividades delictivas, de engaño, de violencia sistemática hasta echarlos del poder. No hay vuelta atrás. Del viejo régimen solo nos quedar el mal recuerdo y las cicatrices imborrables de su terror de Estado.


sábado, 7 de septiembre de 2024

BREVE HISTORIA DE LA JUSTICIA MEXICANA

BREVE HISTORIA DE LA JUSTICIA MEXICANA

 

Quienes ahora defienden la supuesta independencia del órgano judicial federal es evidente que, nos engañan por defender sus intereses de partido, social, de grupo y personales. La justicia mexicana tiene un pasado negro. Para quienes vivieron en carne propia las atrocidades de todo el sistema de justicia no se dejan engañar, así como quienes han estudiado y ejercido la carrera de derecho en los juzgados. Expondré los hechos de la manera más clara posible a mi alcance.

 

Después de la revolución ya no se podía imponer una dictadura personal como la de Porfirio Diaz, pero se terminó imponiendo una dictadura de partido único de Estado y fue, en definitiva, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el cual impuso una forma única de gobernar en el mundo. Superó en el tiempo su estancia en el poder a los soviéticos y no les fueron a la zaga en violencia y terror.

 

La justicia estaba totalmente dependiente tanto del presidente de la república como de los gobernadores y, hasta el actual gobierno la Suprema Corte de Justicia de la Nación como los Tribunales superiores de Justicia de todas las entidades federativas han dependido tanto del presidente en turno como de los gobernadores en turno.


El Presidencialismo no ha sido más que, la supremacía del órgano ejecutivo federal, así como d ellos órganos ejecutivos de las entidades federativas. Hasta 2018 no se había conocido la democracia. Es con esa incipiente democracia con la cual inicia la incipiente independencia de ministros, magistrados y jueces a nivel federal. A nivel estatal la dependencia sigue.

 

En el viejo sistema de justicia mexicana la prueba reina lo era la prueba confesional en todas las áreas del derecho. Se decía de común: “A confesión de expresa del imputado o demandado se releva a las partes de desahogar pruebas”. Es por ello que en el ámbito penal las confesiones se arrancaban de todas las formas de torturas imaginables. Una de las formas favoritas eran los tehuacanazos. Se le ponía, de común, al imputado de cabeza o de tal manera que, se le pudiera verter agua mineral con chile a través de las fosas nasales y ya podrán imaginar los efectos. Eran comunes las torturas a golpes por casi siempre personal especializado en semejante delito. En algún momento de nuestra historia no fue rara la ley fuga, las aprehensiones sin las ordenes que, ya señalaban los artículos 14 y 16 de nuestra Carta Magna. El Ministerio Público daba fe de sus actuaciones. Me estoy quedando corto en narrar todas las malas artes para obtener una confesión. No existían los derechos humanos. Había garantías individuales, pero eran mera letra muerta.


La estructura social y sus prácticas tenían sus propias prácticas. Como pueblo mayormente católico el matrimonio era “Hasta que la muerte separara a los cónyuges”. Transgredir esta ley moral era vivir un verdadero infierno paralas mujeres. La costumbre era que, el pretendiente fuera a pedir la mano de la novia con todo y cuerpo, evidentemente. A falta de padre iba el hermano mayor o un tío en representación del padre. Si era procedente el matrimonio se unían las abuelas para dar consejos a los novios y en espacial a las novias. También estaban las tías, primas y amigas para hacer una coraza alrededor del matrimonio y en especial para las mujeres. Los sacerdotes eran las cerezas en el pastel.


El divorcio tenia unas catorce o más causales de divorcio en los Códigos Civiles para hacerlo difícil de conseguir. Los juicios eran todas unas Odiseas jurídicas. Una mujer divorciada equivalía a una mujer dejada sin ningún derecho dentro de la sociedad. Lo mismo pasaba con las mujeres solteras o las viudas. Era un machismo al estilo mexicano y muchas veces retratado en el llamado “El Cine de Oro”.


El Estado mexicano era cerrado y no se podía uno enterar mucho de los hechos en el mundo y el mundo tampoco se enteraba de los sucesos en la vida d ellos mexicanos. No es de extrañar que, muchos extranjeros imaginen a los mexicanos a caballo, con sombrero de ala ancha y con pistola al cinto. Lo de borracho y mujeriego son rasgos incluidos.


Durante todo este periodo y hasta principios del siglo XXI a los gobiernos del PRI y del PAN nunca les interesaron los derechos humanos ni la justicia que se impartía. Los ministros eran designados por el presidente en turno a nivel federal y dependían de él. En los estados los magistrados y jueces eran designados por el gobernante en turno y pasaba lo mismo y sigue pasando.


 

La Suprema Corte de Justicia de la Nación casi nunca tuvo como objetivo la justicia, sino que, los grandes inversionistas nacionales y extranjeros tuvieran las garantías necesarias para hacer pingües negocios. Tenemos también los casos de los perseguidos políticos quienes pasaron años en la cárcel sin sentencia y sin garantías de juicios legales. ¿Qué me dicen del Fobaproa?. La mayor deuda avalada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación o los delitos cometidos en contra de los habitantes de Atenco, estado de México.

 

Nunca habíamos visto a un presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación marchar en contra de lo que sea hasta esta primera ocasión en que, la ministra Norma Piña salió con singular alegría a protestar contra la reforma judicial. El fondo no es otro que, salvar sus privilegios y seguir teniendo a la justicia federal como negocio de familias incrustadas en toda la estructura de Suprema Corte de Justicia de la Nación, Tribunales y Juzgados federales. Lo demás son puestas en escena.


martes, 3 de septiembre de 2024

EL MITO DE LUZBEL Y LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

 

EL MITO DE LUZBEL Y LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

 

Se cuenta que, Luzbel era el Comandante Supremo de los ejércitos divinos. Su poder era extraordinario y era hermoso, pero tenía una falla, también quería ser Dios. También quería mandar a todos los ángeles. Su orgullo era inmenso y fue precisamente ese orgullo desmedido el que, lo hizo hacerse rival de Dios. El desenlace es evidente. Luzbel perdió contra la divinidad y fue expulsado del cielo.

 

La Suprema Corte es uno de los pilares del Estado mexicano. Su poder es extraordinario, pero tiene una falla. Quiere mandar y convertirse en el poder constituyente. Quiere estar por encima del pueblo soberano cuando el pueblo soberano es el principio creador de los tres órganos pilares del Estado mexicano: Legislativo, ejecutivo y judicial. El órgano judicial se ha revelado al poder primario y lo ha retado porque quiere mandar y no reconocer que, es un órgano constituido y debería estar al servicio del pueblo.

 

Para lograr su cometido por principio se ha vuelto en contra del órgano legislativo, del órgano constituyente y cuatro de sus jueces han interpuesto dos amparos para no obedecer ni el orden constitucional ni el constituyente primario, es decir, al pueblo. Dos jueces han dado tramite a esos dos amparos y han ordenado que, la cámara de diputados no haga la reforma judicial y en caso de que, se discuta y apruebe no se turne esa reforma judicial a las legislaturas de los estados para su puesta en vigencia en su caso.

 

Permitir que, el órgano judicial federal haga una trasmutación del orden constitucional y además sea soberano es una afrenta que, el pueblo soberano no debe permitir so pena de caer en manos de los más viles entre los viles pues detrás del órgano judicial federal están las élites económicas, sociales, sacerdotales y políticas reaccionarias. Porque ese es el fondo y no otro. Simulan los ministros, magistrados y jueces vigilar el orden constitucional como órgano revisor de la Constitución y con ello acotar el poder transgresor del legislativo. No hay tal. La ministra presidente Norma Piña conspira para evitar el ejercicio de la soberanía popular y tiene cómplices dentro del propio órgano y fuera del mismo. O el pueblo soberano impone orden o volvemos a la servidumbre.