CAMINO A LA EXTINCIÓN
DEL VIEJO RÉGIMEN POLÍTICO EN MÉXICO
Que
las apariencias engañan es un principio ya sabido por los filósofos griegos y
eso es lo que debemos tomar en cuenta a la hora de pasar el presente huidizo
por la criba de la razón. La economía trajo al Estado mexicano un dinamismo sin
precedentes al punto de hacer el campo propicio para un cambio. Pasamos de un
Estado totalitario a uno con incipiente democracia y en el campo de la
democracia tanto el Partido Revolucionario Institucional (PRI) como el Partido Acción
Nacional (PAN), simplemente no saben hacer política. A cinco años del inicio de
su derrota total no han logrado ni siquiera esbozar un “Proyecto de Nación”. Su
propuesta es el pasado. Un pasado en el que se sentían cómodos con los órganos,
instituciones y dependencias bajo su control.
El
PRI y el PAN no saben hacer buena política de propuestas hacia el futuro. Todo
futuro para ellos es el pasado. Pero las nuevas generaciones ya no comulgan con
las viejas creencias corporativas y acartonadas del priismo. Hay un éxodo hacia
el futuro y para ello es menester tener personajes visionarios y lideres que vayan a la
vanguardia para comunicar noticias al resto de cómo se presentan las opciones al pueblo mexicano. Las voces del pasado no pueden
comunicar esperanza real alguna. En este avanzar deben quedar atrás los órganos,
instituciones y dependencias obsoletas. Los ciudadanos han quedado solos en
este hiper modernismo y requieren un mundo nuevo y quieran o no lo tienen que
construir más allá de los políticos porque en ello les va la vida.
En
este contexto se insertan las próximas elecciones y los propios candidatos. Quien
lleva la peor parte es Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz representante principal de la
oposición (PRI, PAN y PRD). El momento de cambio de época obliga a los políticos
entender el ahora para saber cómo actuar. Sin embargo, son evidentes las
limitaciones intelectuales, políticas, académicas, morales, éticas y sobre la
realidad de la representante de la oposición y con ello va al desastre total y
final. Xóchilt, no entiende que, al representar a la principal oposición camina
sobre arenas movedizas y ruinas. Todo a su alrededor se derrumba y lo engulle
el pasado, pero ella con su natural ingenuidad piensa y actúa como si
estuviera en los años noventa del siglo pasado donde el PRI y el PAN dominaban
a los ciudadanos. Hay, en casi toda la oposición una ceguera de no creerse. Van
rumbo al desastre total y, a la extinción del régimen priista cantando
victoria.
Ya
presenciamos la caída del sistema político mexicano en el 2018 y la tendencia
hacia su desaparición ha sido confirmada en las elecciones del 6 de junio de
2021, las del 5 de junio de 2022 y las del 2023. Esta tendencia es irreversible
y se confirmara en las próximas elecciones del 2 de junio de este 2024. Esto se
puede colegir dado el estado total de confusión de los tres partidos que representa
Xóchitl Gálvez (PRI, PAN y PRD). Es clara la desarticulación entre los partidos
y su candidata. Por si esto fuera poco, la propia Xóchitl Gálvez contribuye a
este desastre con sus desatinos, sus vulgaridades, sus puestas en escenas y su
total desconocimiento de la política y su momento histórico. En el peor momento
de la oposición tienen a la peor candidata trabajando involuntariamente a favor
de la candidata Claudia Sheinbaum.
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