EL AYER, HOY Y
MAÑANA. EL MÉXICO DE PAZ.
Dice
Octavio Paz, en su obra “El laberinto de la soledad” que él, no quería conocer
a todo el pueblo sino solo aquellos mexicanos capaces de tener consciencia de sí
mismos, son el pensamiento crítico del pueblo y tienen una fuerte influencia publica
y en la política. Sin duda alguna, el México que nos describe Octavio Paz y el México
actual son diametralmente opuestos. Si bien el desarrollo del pueblo mexicano
no ha sido el fruto de la revolución mexicana pues los ideales de democracia,
justicia, legalidad entre otros fueron dejados del lado por la dictadura del
partido único de Estado, eso no significa que, la vuelta a la senda de la revolución
de 1910 no sea posible y estamos en camino.
El
triunfo de la democracia en las elecciones de 2018 no fue el producto de la
influencia de los grandes hombres intelectuales únicamente sino propiamente de
los electores ya plenamente conscientes de su existencia y de su obligación con
los demás. En un Estado mexicano con grandes diferencias sociales, económicas y
políticas era de esperarse un cambio radical de gobernar. Se abrió una senda
hacia la libertad de votar y se dio una derrota inesperada en contra de las elites
económicas, políticas y eclesiásticas. La derrota fue tal que, hoy en día no
han podido reponerse.
La
ahora oposición, todos los días nos bombardea con la idea del desastre, el Apocalipsis
si seguimos por esta senda cada vez más amplia y profunda. Quieren regresar y
no hallan la forma de romper este grupo de millones de ciudadanos con la misión
de terminar con todo vestigio del pasado ominoso. Esta obra democrática tiene
como padres auténticos a millones de mexicanos sin quitarle ningún mérito a los
lideres políticos. A eso se enfrenta la oposición a millones y millones de
personas libres de elegir usando su razón. Toda democracia tiene sus
claroscuros y hay mucho trabajo por hacer, pero no hay que, redoblar esfuerzos
para terminar con las ruinas putrefactas del viejo régimen.
Casi
toda la historia del México independiente es la historia de la democracia de
las cúpulas políticas, sociales y económicas. Ahora que han perdido han
reaccionado de todas las formas violentas y no es para menos; han sido
derrotadas y tienen el ánimo perverso de regresar a toda costa. Personajes como
Vicente Fox, Felipe Calderón, Margarita Zavala, Xóchitl Gálvez y Martin Moreno son
muestra clara del odio a toda democracia del pueblo. Muchos grandes empresarios
están que truenan en contra de esta democracia para todos.
Están
en plena lucha dos visiones de democracia. La democracia de las elites o la
democracia popular. Si Octavio Paz reviviera y mirara este México. No lo reconocería.
El mexicano encerrado en su propio mundo privado ha desaparecido y se ha
transformado en un ser activo, enterado de la política, consciente de su
existencia y su relación con este mundo. El mexicano de hoy también tiene
conciencia; es decir, sabe distinguir entre lo bueno y malo. El México de
Octavio Paz y de los grandes hombres se ha esfumado ante la acción política de
treinta millones de mexicanos activos. La oposición se desgañita todos los días
en contra del gobierno actual y en contra de MORENA mientras se olvida del
pueblo llano. Ese error les costará no solo las elecciones de 2024 sino la extinción
del PRD y del PRI. El golpe que recibirá la oposición en las próximas elecciones
no hay forma de que, lo esquiven o lo puedan superar.