UNA
OPOSICIÓN CONTRA LO INEVITABLE
Un cambio de época arrasa inevitablemente
con la medula de la época que sustituirá; sin embargo, siempre quedan vestigios
históricos y vivos de época remotísimas, pero lo que va a morir
irremediablemente no puede salvarse de manera alguna. Véase como los celulares
han dejado obsoletos calendarios físicos, relojes, dispositivos portátiles de música,
cámaras fotográficas entre otros dispositivos físicos y electrónicos. Tal es el
caso del viejo sistema político priista. No tiene salvación. Hágase lo que se
haga por los medios e intensidad más diversos.
Una determinada época le es menester sus
propias formas de ser y de expresarse. Las nuevas generaciones nos son tan
diametralmente opuestas, desconocidas y en muchos sentidos incomprensibles.
Estas nuevas generaciones crean e impulsan sus formas de ser y de expresarse
particularmente entre ellas sin importarles mucho lo que, desde la periferia se
diga e inevitablemente terminan por enterrar la época que los incubó.
La oposición política tiene todo lo
medular en contra; su crédito basado en sus ideologías esta colapsado. El
Partido Revolucionario Institucional (PAN), efectivamente, institucionalizó las
ideas y aspiraciones emanadas de la religión y durante décadas explotó esta ideología
en el marco del control casi total de la sociedad. Tres grandes sectores
aglutinaban al pueblo mexicano en torno a un ídolo imperturbable, un partido,
el presidente en turno y un sistema. Todo eso ya en franca extinción.
Contra el priismo fue creado el Partido Acción
Nacional (PAN). El PAN nació para combatir la corrupción y totalitarismo del
PRI. Como buen partido de derecha, representa en la política a la religión católica.
Odian la separación hecha por Benito Juárez entre Estado civil y Estado
religioso. A toda costa quieren volver a esa unión nefasta. Por otro lado, combatían
al comunismo, socialismo y partidos de izquierda. Su fin en este rubro era
impedir la llegada de la izquierda al poder. Es claro que, el PAN ha fracasado
en ambos frentes; es aliado de los corruptos a quienes combatían y aliado del
Partido de la Revolución Democrática (PRD). Una izquierda facciosa y apegada a
los intereses tanto del PAN como del PRI con tal de no desaparecer.
El PRD se fue deshaciendo de las figuras políticas
que, lo habían acercado al poder presidencial. La llegada a la cúpula perredista
de Jesús Ortega y Jesús Zambrano marca la caída final de este instituto político.
Seria un milagro que, sobreviva al 2024. El PRD se volvió corrupto, abandonó
sus principios yos corruptos panistas y priistas y puso a disposición de los
corruptos panistas y priistas su propia corrupcion. Esa alianza es una alianza
de corruptos, y cínicos.
Todo esto es lo que, no necesita la nación
mexicana para la reforma del Estado mexicano. El sistema presidencial se agotó y
los tres partidos que, lo representan están incapacitados para sostener y
salvar el viejo régimen ya obsoleto. Es decir, esta oposición lucha contra lo
irremediable: el cambio de época, contra lo intangible, el tiempo, su propia
corrupcion concentrada y un sistema de creencias colapsado. La existencia de
ese viejo régimen pende de un hilo, las manecillas del reloj avanzan. Las
elecciones de junio de 2023 en el Estado de México y Coahuila y las del 2024
funcionaran como tijeras que, cortaran el hilo para el PRD. Su desaparición es
irremediable. El PRI seguirá los pasos del PRD y el PAN tendrá que, pensar
seriamente en sus propia ideología, conducta y existencia. Francamente no se le
ve salvación al régimen priista ni a sus representantes.