domingo, 27 de marzo de 2022

LA SEXUALIDAD CATÓLICA COMO PRINCIPIO DE DEFINICIÓN Y EXCLUSIÓN CONTRA LAS MUJERES

 

LA SEXUALIDAD CATÓLICA COMO PRINCIPIO DE DEFINICIÓN Y EXCLUSIÓN CONTRA LAS MUJERES

Una moral hecha para dominar, discriminar y violentar a las mujeres debe ser sin duda alguna tan amplia como se pueda y el poder de las religiones siempre ha sido muy superior a la voluntad general de los pueblos. El poder de las palabras se ve aumentado cuando alguna persona por su cargo, función o puesto la emite. Realmente las tonterías míticas de que, esta llena la Biblia no tendrían mucha importancia si no hubieran sido adoptadas por la Santa Madre Iglesia como base de su pensamiento y práctica.

 

Al adoptarse la moral cristiana por algún pueblo este debe seguir los patrones dictados desde hace mucho por los teólogos y puestos como dogmas a seguir por el Vaticano y sus sucursales por todo el mundo. Esta trasnacional a impuesto como deben ser tratadas las mujeres dentro de la sociedad no solo sin cuestionarse sino con singular alegría perversa.

 

Una moral que se basa exclusivamente en la sexualidad para marginar a las mujeres no puede ser mas que, una moral castrante y perversa. Todo esta en la Biblia y esta corre la misma suerte, es perversa. En realidad, los llamados diez mandamientos no son uniformes ni guales paralas diversas ramas religiosas y están expresados para los hombres. “No cometerás adulterio”, “No desearas a la mujer de tu prójimo” nos dan clara idea de ello.

 

Las mujeres, por el contrario, deberán observar la moral que se les imponga, aunque vaya en contra de sus intereses. Una mujer que, no tenga marido es mal vista, si es extrovertida es mala, si cambia de marido se encamina a ser de lo peor y si comercia con su cuerpo, por las razones que sean es una puta. Y una puta puede ser violentada, despreciada, mal tratada y hasta muerta por no ser digna de los hombres y menos del Dios de amor.

 

Hay una doble y hasta triple moral dirigiendo las conductas de la sociedad. A un hombre que, tenga diversas mujeres se le aplaude, se le festeja y hasta se le tiene envidia por sus hazañas mientras que, aquellas mujeres caídas o seducidas pasan a ser putas. “Me la chingue”, dice el macho muy ufano. Esto, sin reparar en hechos evidentísimos, los hombres tenemos abuelas, madres, hermanas, esposas, tías, sobrinas e hijas que, han corrido o correrán la misma suerte de semejante pensamiento y, práctica salvaje y monstruosa si se analiza razonablemente.

 

Ahora bien, ¿Por qué la sexualidad debe determinar lo bueno y lo malo para el género femenino?. No hay una sola razón y si un bonche de dogmas dirigidos a sostener esta vieja práctica. Si una mujer es una excelente artista, profesionista o lo que sea se debe determinar por sus virtudes, por sus valores y no por su sexualidad. Es cierto que, el Derecho penal ha hecho avances y ahora una violación a una prostituta es un delito, sin embargo, el mal moral de determinar a las mujeres por su sexualidad sigue presente como un estigma inevitable.

 

Se les ha dado la libertad a las mujeres, pero con diversas trampas pues hoy día tienen más dificultad en sus vidas. En muy buena medida no cuentan con el apoyo de los hombres cuando estos son padres del hijo o de los hijos. De esta manera, han surgido las Buchonas, las Luchonas, las Nenis, las Bichotas entre otros subgéneros. Con todo, sigue siendo la vieja moral inculcada a la sociedad y en especial a los hombres la cual sigue con su obra perversa de violencia hacia las mujeres.

 

En efecto, no nos hagamos ilusiones de ser mejores que ninguna etapa anterior o hacer comparaciones con otras naciones o pueblos. Nos corre el mismo mal por las mentes y en las conductas violentas contra el genero femenino. “Cuiden a sus gallinas que mi gallo anda suelto”, se oye decir con regocijo a padres ignorantes y resulta, a la hora de las obligaciones el gallo un verdadero inútil.

 

Queremos una mejor sociedad, pero nuestra moral católica nos tuerce. Deseamos la justicia, la igualdad, la legitimidad y vivir una vida feliz con una moral torcida y retorcida hasta grados indecibles. Mientras se siga glorificando la sexualidad masculina y se castigue la sexualidad femenina con todo tipo de violencia hasta con la muerte seguiremos siendo sociedades enfermas y sádicas. Por todos lados se oye: “La misa ha terminado podéis ir en paz”. Vaya chapuza.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario