CONSULTA CIUDADANA. DEMOCRACIA DIRECTA CONTRA LA
DEMOCRACIA REPRESENTATIVA.
Es
la primera vez que, se consulta al pueblo de México y en concreto a sus
ciudadanos sobre un tema, el tema de la corrupción y la comisión de delitos, en
este caso, por parte de los expresidentes. Los conservadores no quieren llevar
esta forma de democracia directa porque aducen no estar el pueblo en
condiciones de saber si es lo correcto o no; también alegan no estar la impartición
de justicia a consulta, se aplica y ya. Otros alegan el costo como impedimento
para tal ejercicio. Es mínima la cantidad comparada contra los once billones de
pesos que dejaron de deuda los expresidentes.
En
este mismo contexto, existe la soberanía popular como base de todo poder y sin
preguntarle al pueblo su parecer seria negarle su poder soberano. Sobre la soberanía
no debe haber ningún otro poder pues tal caso ese poder no seria soberano. Por
lo tanto, se debe consultar al verdadero soberano, patrón sobre lo que lo afecta
pues al final termina con las deudas que contratan los presidentes de la república.
En
Suiza por lo menos llevan doscientos años de democracia directa. Con todas sus
diferencias entre ambos Estados nacionales, se debe impulsar la participación directa
del pueblo en la democracia pues es una de las vías para equilibrar los excesos
de los gobernantes; eso que los adeptos a la “División de poderes”, llaman
pesos y contrapesos que nunca ha logrado limitar al poder político y si ha
permitido escamotear al pueblo su soberanía y toda infección del Estado en una corrupción
siempre a la laza sin responsabilidad ni culpabilidad de quienes ejercen el poder
público.
En
consecuencia, se debe cambiar el diseño del Estado mexicano desde la concepción
del poder soberano y su ejercicio, esto a través del ejercicio directo de la democracia
por parte de los ciudadanos para corregir todos los excesos de los gobernantes
iniciando por los presidentes de la república. Esto deriva en llevarlos a
juicio o no dependiendo de las votaciones.
En
caso de no ser enjuiciados los expresidentes se tendrá por lo menos el inicio
de la democracia directa que se contrapone a la democracia
representativa de donde tanta corrupción ha emanado y en eso vamos muy
atrasados. Los políticos no quieren la intervención del pueblo para seguir con
la corrupción a su favor y seguir endeudando al pueblo.
Con
este tipo de ejercicios democráticos se previene a los siguientes presidentes
para tratar de evitar sigan con la corrupción y la comisión de delitos sin
responsabilidad y sin culpabilidad. Se verán ante la posibilidad de ser
enjuiciados por sus hechos durante su gestión.
No
se trata de venganza sino de legalidad y, legitimidad; legalidad en los hechos
y, actos públicos y la legitimidad de ser el pueblo por medio de la cual ejerce
su poder soberano contra los malos servidores públicos. Se debe conocer el
pasado y sus actores principales, en este caso a los expresidentes para traer a
la conciencia nacional sus excesos y la forma de corregir esas anomalías. De
esta manera las nuevas generaciones podrán conocer parte de la historia de la corrupción
nacional. De esta manera se puede tratar de cambiar el rumbo.
Como
consecuencia, este ejercicio popular debe ser un rompimiento con el pasado sobre
el ejercicio del poder público de manera totalitarista, ilegal, ilegitimo, de corrupción,
de impunidad en detrimento del pueblo. Esto puede derivar en la posibilidad de
la construcción de las bases del futuro del pueblo mexicano.
En
resumen, no es de menor importancia el ejercicio de democracia directa que tendrá
el pueblo mexicano, se vera su grado de conciencia, politización, participación,
repudio al pasado, de legalidad, de legitimidad, de libertad, en suma, de
madurez ciudadana y política. Se debe limitar la democracia representativa
poniendo en vigencia la democracia directa única forma efectiva de
corregir la corrupción del Estado mexicano. Ya se vio el poder de los
ciudadanos en las votaciones del uno de julio de 2018, terminó con un régimen corrupto.
Imaginen lo que se puede hacer si se hace uso de la democracia directa. El patrón
no puede estar mirando como sus empleados se llevan las ganancias a través de
la corrupción sin despedirlos, castigarlos y de esta forma cuidar lo publico
que es de todos y ninguno en particular.