¿ES POSIBLE CONSTRUIR UN
NUEVO RÉGIMEN CON POLÍTICOS DEL ANTIGUO?
La
oposición y sus llamados intelectuales, analistas y periodistas dan batalla sin
tregua, escalonándose en un buen orden. Esto no debe ser motivo de escándalo;
de esta manera se hace la política en todos lados del mundo y desde hace siglos,
por desgracia. Lo que debe analizarse es si tienen motivos suficientes para
alegar vigorosamente que no se puede crear un nuevo régimen con políticos pertenecientes,
en diversos momentos, al Partido Revolucionario Institucional. Esta hipótesis es
aparentemente lógico y razonable.
¿De
donde tendrían que venir los nuevos políticos que construyan un nuevo régimen?.
Es imposible que vengan del extranjero, tanto por la prohibición legal como el
rechazo que causarían?. Los políticos son sinónimo de ignorancia aun viendo la
realidad. Imagínense que no fueran los políticos propios los que construyeran o
transformaran la política. Es un razonamiento totalmente sin bases. En México, los
políticos se han negado a retirase de la vida publica y tratar de aportar algo
al Estado mexicano ya no viviendo del mismo. Todos los partidos contienen a políticos
ya viejos y muy viejos. No se han renovado y esto no es un secreto.
Hay
que ir a la anterior llamada Transformación: la revolución mexicana de 1910. Hubo
muchas fuerzas y muchos mas personajes de suma importancia. Estaban los
zapatistas, los villistas, los carrancistas por nombrar los mas importantes. Entre
los lideres se contaban Emiliano Zapata, Francisco Villa, Venustiano Carranza, Álvaro
Obregón, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y muchos más, aunque de menor
importancia. Bien, estos son los hombres que destruyeron el viejo régimen dictatorial
de Porfirio Diaz y los que quedaron con vida se encargaron de construir el,
ahora, viejo régimen Presidencial. Muchos de estos políticos no gozan de buena reputación.
Imaginen los máximos líderes de la revolución muertos porque eran obstáculo. De
algunos sabemos como fueron muertos, de otros no, pero se tienen serias
sospechas de quienes los mandaron a matar. La oposición no pude alabar un régimen
bien conocido y denostar el otro en vías de crearse.
La
oposición también sostiene la necesidad de las instituciones para la existencia
de la democracia. En principio esto podría aprobarse; sin embargo, han sido
esas mismas instituciones las utilizadas como capas y capas de una coraza difícil
de desmontar. Una Transformación no puede mantener las dependencias e
instituciones opositoras precisamente al poder popular. Han perdido la confianza
de una buena parte del pueblo. No hay duda en el punto de transitar hacia la democracia,
pero no con esas antiguallas. Deben crearse las propias dependencias e
instituciones garantes de la soberanía del pueblo.
Los
detractores de este gobierno mantienen la necesidad de “Los pesos y contrapesos”,
emanados de las propias actuaciones de cada uno de los tres órganos con
facultades de ejercicio de la soberanía nacional. Esto es falso. Siendo el
Presidencialismo la supremacía del órgano ejecutivo federal sobre los órganos, legislativo
y judicial, no se sigue tal afirmación.
En
este mismo contexto, se sigue penando por la clase política, estar la lucha por
el poder político únicamente en las cúpulas partidistas, quienes se reparten a placer
los puestos de todo tipo; eso no es democracia sino una simulación. Este político
tipo únicamente busca vivir del erario. Se debe erradicar este tipo de pensamiento
y su consecuente comportamiento.
El
1 de julio de 2018, fueron los votantes quienes firmaron el acta de defunción
del régimen Presidencial. Un sistema ya sin sentido de ser. Las condiciones políticas,
sociales, culturales, de comunicación, de libertad, económicas y todo lo concerniente
a la vida han cambiado. Pensar, siquiera en regresar al pasado es desvarío. En
estos momentos la oposición ha perdido el norte y mucho me temo seguirán de
este modo durante mucho tiempo. Claro, las construcciones discursivas están encaminadas
a tratar de no alcanzar un nivel más de extinción (PRI y PRD).
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