sábado, 13 de julio de 2019

LOS MITOS EN TORNO A LA CUARTA TRANSFORMACIÓN





¿Qué hay de cierto en los dichos y sentencias al parecer inapelables sobre la Cuarta Transformación sostenida por propios y extraños?. Se debe iniciar quitando todo tipo de ideología. Los que están con esta 4T, aplauden todo y los que están en contra, reprueban todo. ¿Quién tiene la verdad?. El segundo paso es ceñirse a los hechos reales sus efectos y tratar los mismos con toda frialdad e imparcialidad. Esto no gusta a unos y otros, pero no hay otra forma de llegar a la verdad y poco debe importar si se quiere ir mas allá de esta trompetería triunfante o la gritería apocalíptica.

Otra pregunta que se debe responder es ¿es posible seguir con el antiguo régimen político?, es evidente que no. El pueblo mexicano en su conjunto agotó todas sus opciones. El Presidencialismo quedó sin vigencia, obsoleto e inservible. El Partido Acción Nacional tuvo en sus manos dos sexenios como oportunidades inmejorables de construir, a los menos, el tránsito hacia la democracia, pero su apego al régimen priista como continuismo de la política Neoliberal sin combate a la corrupción lo llevó a un desgaste fulminante. El Partido de la Revolución Democrática, que fue la esperanza de millones de mexicanos sufrieron la misma metamorfosis al firmar “El Pacto por México”, con este acto se firmó el acta de defunción del priismo y de los tres principales partidos. Ciegos como lo son los políticos no se dieron cuenta de las consecuencias de este acto. Lo demás es historia.

Ahora bien, ¿puede el gobierno actual cumplir con lo prometido?, es evidente que no. La tarea es inmensa y un sexenio es muy poco como para cumplir todo. El nuevo gobierno debe y tiene un lado destructivo pues no se puede gobernar con la anterior estructura política del Estado mexicano. Esta es la tarea que nunca hizo Vicente Fox y mucho menos Felipe Calderón. Es bien sabido el hecho histórico que le pasó a Francisco I. Madero, quiso gobernar con la estructura porfirista y fue asesinado junto con el vicepresidente José María Pino Suárez, su hermano Gustavo A. Madero. Está claro que, de historia de México, el actual senador Gustavo Madero sabe cero o prefiere los rumores como forma de política.

En efecto, no se puede dejar intacta la estructura caduca del anterior sistema político; se debe eliminar a la par que se debe construir el nuevo régimen político. Y, esto ya de por si, en su conjunto es una tarea titánica; ahora imaginen la cantidad de opositores políticos, internos y externos, de opositores empresarios que ven como se les van de las manos los negocios de sus vidas como el nuevo Aeropuerto de la ciudad de México y todos los que estaban en marcha. A esto se le debe sumar la prensa ávida de revancha o ya de plano en concordancia con la oposición pues prensa critica hay muy poca.

El lado constructivo, no puede darse sin la eliminación de la antigua estructura burocrática afín al priismo y, panismo y sin el combate decisivo de la corrupción. Como en toda guerra no se pueden ganar todas las batallas, pero este gobierno debe tener la mira del futuro si quiere en realidad sentar las bases de un nuevo Estado mexicano. La Primera Transformación duró alrededor de 49 años (1808-1857), la Segunda 53 años (1857-1910), la Tercera 108 años (1910-2018), estos periodos son arbitrarios pues las prácticas o tradiciones traspasan los periodos rígidos como los fueros militares que no terminaron con la Constitución de 1857, pues ese era unos de sus fines y fue hasta muy entrado el siglo XX que, los militares dejaron de gobernar a México.

Morena, tiene todo a su favor pues la opinión publica lo es todo, para transitar hacia la democracia y sentar las bases de una nueva política. Es evidente que le hacen falta políticos preclaros y claros, estamos como en las anteriores Transformaciones, que formaban sus ejércitos revolucionarios a través de la leva y esta 4T, ha incorporado a sus filas lo más variopinto, pero de una calidad muy por debajo de las exigencias reales; esto se siente ahora y tendrá sus efectos en un futuro no lejano.

En este contexto, la oposición en su conjunto esta sin rumbo y casi en el límite de la extinción. El Partido Acción Nacional podrá recomponerse a medias para las próximas elecciones, pero el Partido Revolucionario Institucional y el Partido de la Revolución Democrática de manera alguna; el primero ha cumplido con sus fines y desparecerá pues sin la presidencia de la república, sin muchos gobiernos estatales y municipales que representan las arcas de donde se nutrían de dinero para hacer política está destinado a desparecer; el segundo, corre la misma suerte pero por la pérdida de la confianza de los votantes. La próxima parada está en el 2021 que serán las elecciones intermedias para ver qué rumbo toma la realidad. Veré si mis apreciaciones son fundadas o no.

Las tres anteriores Transformaciones han tenido sus momentos álgidos. La Primera, la revolución de independencia por un momento parecía sin futuro pues los independentistas estaban en franca desventaja y, a punto de ser derrotados y fue Agustín de Iturbide, un realista quien llevó a cabo la independencia con la formación del ejercito trigarante y el Plan de Iguala con el apoyo de Vicente Guerrero.

La Segunda Transformación, también parecía no tener futuro; los conservadores no le daban tregua al gobierno de Benito Juárez. Los conservadores nombraron como presidente interino a Miguel Miramón, quien fue un hábil jefe del ejército de su bando y quien le propino a los liberales sonadas victorias.  Pero el reconocimiento del gobierno de Juárez, por parte de Los Estados Unidos les dio la ventaja definitiva a los liberales.

La Tercera Transformación, estuvo a punto de ser frustrada cuando se da el golpe de Estado y se nombra a Victoriano Huerta como presidente de la república con el apoyo de Félix Díaz (sobrino de Porfirio Díaz), Bernardo Reyes (padre de Alfonso Reyes, el gran escritor mexicano), entre otros y con el apoyo del gobierno estadounidense. Tuvieron que unirse los revolucionarios (Villa, Zapata, Carranza por nombrar algunos), contra Huerta para quitarlo del gobierno y que se lograra avanzar hacia una democracia, pero se creó una dictadura ya no personal, pero si del partido único de Estado, el PRI.

Por lo pronto, la oposición tiene perdida esta partida y sus sentencias catastróficas no dejan de ser eso, exageraciones desesperadas y sin sustento real y definitivo. Por desgracia, no cambiaran de tono y de método pues, si la 4T, está limitada intelectualmente la oposición lo está con mayor hondura.

En resumen, no se volverá al anterior régimen político pues es imposible que regrese lo que ya cumplió con su cometido, se agotó y únicamente los despistados o los que tienen intereses políticos y económicos siguen apoyando. La 4T, como construcción humana lleva el sello característico de las limitaciones humanas y no cumplirá con todo lo ofrecido. Claro, tiene a su favor, la creencia popular y por lo pronto es una locomotora que todo va aplastando. Al final el pueblo tendrá la palabra con su participación o su pasividad. Pero ya estamos lejos del Presidencialismo priista. Los que auguran un nuevo presidencialismo lo hacen por pura amargura de la derrota. Esta 4T, necesita tener esa fuerza que le faltó al PAN, para destruir lo viejo y cimentar lo nuevo, mal o bien eso ya se verá.  

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