martes, 2 de julio de 2019

EL NUEVO RÉGIMEN POLÍTICO EN MÉXICO




Cuando un régimen político se ha vuelto decadente pero además pierde su vigencia, queda invalidado, inútil para un pueblo y debe cambiarse por otro que debe ser construido no como una reacción contraria al anterior sino de acuerdo a las necesidades reales y previendo como se va a desarrollar el futuro inmediato, mediato y lejano. De esta manera se construyeron Esparta, el imperio mexicano prehispánico y Los Estados Unidos de Norteamérica, previendo estos tres estadios.

En el Estado mexicano durante el Presidencialismo post-revolucionario, en general, su gobierno fue diseñado para ser totalitario y mantener a un pueblo sujeto a ese régimen para así evitar desacuerdos y oposiciones. El pueblo mexicano no conocía ni de lejos lo que era la democracia, la libertad, la legalidad ni legitimidad más que como conceptos nunca en la realidad. El gobierno tenía monopolios en todos los rubros y estos eran diques y diques para que el régimen siguiera funcionando por mucho tiempo y, lo consiguió hasta que la mundialización de la economía y, la globalización de la comunicación entre los diversos pueblos del mundo abrieron un boquete incontenible de ideas, de realidades sociales, económicas y, políticas que arrollaron y sepultaron bajo sus aguas todo el pasado.

Ahora bien, toda transición política es por antonomasia zozobra, caos, desorden hasta que se consolida el nuevo régimen y, retoma su curso la vida pública y, privada más o menos rutinaria y bajo la monotonía cotidiana y, esto se repetirá una y otra vez hasta que este mundo se haga añicos. Bien. Esta Cuarta Transformación no es la excepción y ante la realidad los apologistas de la exageración mal intencionadamente esparcen noticias que bien miradas son exageraciones burdas con las que tratan de hacer que, el pueblo vea el Apocalipsis; no hay tal. En este tipo de etapas debe prevalecer la serenidad, por lo menos, en quienes tienen la responsabilidad de gobernar. Claro, no faltan los dislates, los errores pues es bien sabido que los políticos bien constituidos y que saben mandar son raros. A esta Cuarta Transformación la hace falta mucho con relación a sus políticos y gobierno.  Hagan un recuento de este gabinete; hagan un esfuerzo de imaginación y de historia y compárenlo con el gabinete de Benito Juárez, es evidente que el actual es de una calidad ínfima comparado con aquel. Y, ni siquiera Juárez puedo evitar que la política deviniera en una dictadura personal. En efecto, las transiciones son bruma que requiere luz y esa luz no solo debe provenir del gobierno sino del pueblo mismo.

Se tiene que desmontar o destruir para hablar con propiedad este régimen en su estructura gubernamental para construir sobre sus ruinas y eso no es fácil. Va haber afectados, incluso del mismo bando pero la construcción de un nuevo régimen es así pero este costo comparado con los beneficios son rentables. Lo único que debe cuidar este gobierno es la vida de los ciudadanos y procurar el respeto de los derechos humanos, incluso de los delincuentes porque el Humanismo es total y debe ser el sello del régimen que se construya. Como pueblo tenemos la obligación de ser actores de este cambio que se nos ha negado por cientos de años.

¿Se deben y se pueden dejar intactas las instituciones corruptas del Partido Revolucionario Institucional?. Hay que dejar lo sano y derribar lo que es insano. El error que cometió el tío abuelo del ciego y hablador senador Gustavo Madero no se debe repetir. Francisco I. Madero dejó intacto el régimen podrido de Porfirio Díaz y el resultado fue “La decena Trágica” y un retraso monumental por la democracia. En lugar de la democracia logramos una dictadura de partido único de Estado por más o menos 90 años. La realidad es dura, pero es como es. No hay que rehuirla sino enfrentarla. Tenemos todo lo material pero lo insospechado, la semilla del valor de un pueblo indomable. Déjense de niñerías, de aquí al futuro vayamos con valentía o mejor nos ponemos a disposición de los más tontos y nos volvemos el hazmerreír del mundo. Eso es indigno de nuestro pasado. Con el Partido Revolucionario Institucional y el Partido Acción Nacional vamos y fuimos a la decadencia total, vamos hacia nuestro destino manifiesto, ser un pueblo digno de existir y tenemos todo para hacerlo. Ustedes lo saben y yo lo sé. Morir no es más que nuestro destino anticipado, pero para ser dignos humanos hay que trabajar duro. No demos marcha atrás, el pasado es ominoso y vergonzante.

Yo, no concuerdo con tantos y tantos arribistas y tontos políticos de Morena, pero yo no estoy en esta lucha por un puesto ni pido retribución alguna, estoy porque estoy seguro de que estamos por el buen camino.  Me emociona el saber que por lo menos podemos dejar iniciado el camino hacia la democracia. No crean en los mentirosos de siempre. Sean inteligentes y tengo al pueblo mexicano, en general, por inteligente, lo sé, en cada trato con el mismo, porque soy parte de ese pueblo llano.

A pesar de todo, no le demos la espalda a este gobierno, somos parte y responsable de lo que pase o no pase. Y, saben ha pasado un hecho insospechado, hemos dicho no, a un régimen podrido y corrupto que no puede pedir un solo miramiento. Hermanos, no seamos lo que hemos sido, ceros, cuando podemos ser dignos humanos. Yo juro que a pesar de todo no daré marcha atrás a este momento histórico y no me importa mi vida sino el futuro. Hay que querer el futuro no el presente que ha sido determinado por el pasado, siempre el futuro y mientras más lejano será mejor.

Estoy dispuesto a pagar el precio que se me ponga, no cambio mi vida por este momento. Sé que todo cuesta y estoy dispuesto a pagar, incluso con mi vida este momento y moriría dignamente por un futuro mejor. Me daría vergüenza ser cobarde. ¿Dónde está la piedra del sacrificio?.

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