domingo, 7 de julio de 2019

DE LA CONVIVENCIA AL DOMINIO Y APROPIACIÓN DEL MUNDO




Antes de la vigencia del Capitalismo y sus derivados, el ser humano no pensaba en el dominio ni la apropiación de la naturaleza, del mundo mismo. Había ni que se diga, grandes sueños y grandes conquistadores, pero se pensaba en la naturaleza como algo superior al ser humano. La Tierra y los demás planetas y astros eran símbolo de los dioses y sus correlatos antropomórficos entre los pueblos.

Platón tenía a la realidad como una mala copia de lo verdadero, las ideas eternas e inmutables. El pensamiento cristiano uso las ideas de Platón para crear su propio mundo metafísico e ir un paso más allá hasta llegar al repudio de toda la naturaleza y en especial del cuerpo humano, tan perecedero y corruptible que únicamente era una celda, una cárcel que impedía regresar al verdadero reino de Dios, el eterno, inmutable en donde viviría por siempre rodeado de la luz divina.

A los mercantilistas el anterior pensamiento y practica les pareció un poco extraña, aunque siguieron inmersos en su época, pero con ellos comienza a cambiar paulatinamente. Con la industrialización se inicia el dominio de la naturaleza y el abandono de las ideas católicas y su práctica, con lo que se inicia el crecimiento del ego y el individualismo; el ser humano puede, sin la ayuda de los “otros” o de divinidad alguna, a construir su propio mundo, lograr sus propias metas. Todo el Iluminismo tiene su base en la máxima “Sapere aude” (Atrévete a saber), es decir, dejar toda autoridad y actuar por si mismo.

El dios cristiano pierde terreno central y es colocado cada vez más en la periferia a la par que los científicos avanzan iluminando la oscuridad de la vida. Los propios católicos van dejando de pedir milagros y ayuda a la divinidad y se van acostumbrando a los adelantos científicos. Hoy, en lugar de pedir que, la divinidad los cuide o los cure, en primer lugar, llaman para saber el estado que guardan sus seres queridos o van al doctor, aunque hay religiosos que viven o tratan de vivir como hace diez o veinte siglos.

Pero esa divinidad no se perdió, sino que fue puesta al servicio de los capitalistas y en todo caso de la Humanidad. Hoy, el ser humano quiere no solo vivir más sino ser eterno y divino. Este pensamiento y puesta en práctica a través de la ciencia y la tecnología. ¿Quién puede olvidar a Walt Disney?, aunque parece infantil el rumor de haber sido congelado para ser resucitado cuando la ciencia y la técnica lo permitieran, es un pensamiento que va a aparejado a este sistema de producción y los adelantos, aunque modestos con respecto al fin, son muy significativos.

Dominada la naturaleza, el ser humano ha pasado a su apropiación. Los naturales de lo que hoy, llamamos América, en general tenían la idea de convivir sanamente con la naturaleza que conllevaba a un equilibrio bajo la creencia de ser la Tierra la madre de todo y el Sol el padre. Lo femenino y lo masculino como atributos proyectados a la naturaleza.

Ahora bien, esa idea de la convivencia del ser humano con la naturaleza se ha terminado y no se diga que para siempre pues lentamente recién se ha iniciado una magra conciencia de que, no hay otro mundo hasta ahora, donde el ser humano pueda irse, después de arruinar este. Con todo, en el pensamiento general, gira aun sin control la idea de tratar de hacer crecer el ser con lo material; esta mentira, esta ceguera intelectual es necesaria para la continuidad del régimen económico-político y social. Lo material, las cosas se han puesto los ropajes del ente metafísico llamado vida y se han entronado por, sobre todo. Tener es ser en contraposición de lo que dice el Erich Fromm. “Ser y tener”, donde ser es lo importante ante el tener.

Sin el sistema ideológico de súper producción de bienes y servicios bajo la acumulación ilimitada de riquezas el mismo no puede sostenerse y parece que este imperio que rige sobre todos, es invencible; no hay tal, tarde o temprano se tendrá que cambiar de régimen de producción, de paradigma por pura necesidad humana pues en ello le va la existencia. Es muy temprano para hacer un pronóstico, pero el cambio se dará.

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