sábado, 23 de febrero de 2019

LA CONSTRUCCIÓN DE UNA IDIOSINCRASIA Y SU PRÁCTICA



Una sociedad necesita mitos (cuentos), y una idiosincrasia (conjunto de ideas, prejuicio y comportamientos) para conducirse durante largo tiempo y de común se cree que son correctos y verdaderos. La gran mayoría están atrapados por estos estereotipos de ser y nunca logran desentrañar que ellos mismos son así por haber adoptado esa idiosincrasia de manera acrítica.

La segmentación de la sociedad permite el control de los que detentan el poder político y económico. Los derechos son para los que son correctos en la medida que se impone una idiosincrasia. La forma más poderosa de control proviene del uso indiscriminado de las palabras. Las palabras no son simples construcciones por medio de las cuales se expresan ideas sino también sentimientos de amor o de odio y las que se les carga de odio tienen un fuerte explosivo que daña y paraliza a los que va dirigidos.

La palabra indio aunque es el gentilicio de los nacidos en la India, es utilizada muy comúnmente para denigrar a las personas de condición modesta monetariamente hablando. Lo mismo pasa con las palabras jodido, puta, puto, idiota y otras similares. Es raro que una sociedad determinada reflexione sobre su forma de ser más bien justifica lo injustificable, lo absurdo, dando un rodeo para no aceptar que está equivocada en su sus falsas ideas y en su proceder.

Si en algún momento una sociedad como la mexicana reflexionara se daría cabal cuenta que su idiosincrasia es un obstáculo para su desarrollo pleno. Esa idiosincrasia es el fiel reflejo de su fracaso. Ese odio de alacrán venenoso que esparce por cualquier medio es el mismo que se inyecta la sociedad en las venas, directo al corazón y cerebro. No importa si se tiene las apariencias de un fino caballero o de una dulce dama o el aspecto de barrio de pueblo llano el mismo defecto los corroe.

No nos damos cuenta de nuestro comportamiento canalla que nos arrastra hacia la ignominia que ya no nos abandonará. Todos contribuimos a alimentar ese monstruo insaciable del odio que debemos escupir a la menor provocación. Una sociedad perfecta es imposible pero si es posible su mejoramiento constante para a lo menos ir saneando las grietas que abrimos en la sociedad y en los seres humanos en particular.

No todo es un desastre, por entre la sociedad caminan personas que, ven claramente estos defectos y dan su opinión y su acción para corregirlos. No son seres extraordinarios sino personas preclaras que inmediatamente ven las paradojas, las ironías y los absurdos pues generalmente los insultos y humillaciones se lanzan contra los más débiles; ¿eso no es muestra de una gran cobardía?. ¿Por qué no me sorprende?

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