domingo, 17 de febrero de 2019

INDÍGENA, INDIO, RAZAS E IGNORANCIA



INDÍGENA, INDIO, RAZAS E IGNORANCIA

Desde tiempos de su imperio los romanos ya tenían comercio con China y desde antes con la India y otros pueblos con los cuales compraban la seda y las especies en general entre otras mercancías. Las especies en particular eran muy solicitadas en Europa pero la dominación árabe sobre el “…África, de la Siria, España e islas principales del Mediterráneo, tuvieron exclusivamente en sus manos este lucrosos tráfico, que fomentaban por sostener su lujo y magnificencia”[1]. Esto impedía que los demás pueblos desarrollaran el comercio libremente pero no se quedaron inactivos sino que buscaron la forma de evitar los problemas respecto de las vías terrestres e iniciaron  la búsqueda de vías marítimas.

Cristóbal Colón, fue uno de tantos marineros que buscaron llegar a las “Indias”, no lo logró pues topó directamente con el continente ahora llamado Americano en honor a Américo Vespucio. Y, he aquí donde surgieron una serie de errores que hasta ahora tienen repercusión. Al llegar a estas tierras Colon se imaginó que había llegado a las “Indias” y llamó indios a sus habitantes sin siquiera hacer la pesquisa respectiva. Sin embargo, la gran variedad de pueblos en todo el continente desautoriza ese gentilicio que pertenece a los nacidos en la India.

Aquí, se produce otro error garrafal pues de común se confunde el gentilicio indio con el concepto indígena que significa “en el lugar donde se ha nacido”, pues proviene de los términos inde (de ese lugar) y gen (población). Está claro que la palabra indígena designa a las personas nacidas en determinado lugar del mundo; en consecuencia, hay indígenas de tantos y cuantos Estados nacionales o lugares existentes en el mundo; verbigracia, hay indígenas rusos, polacos, japoneses, chilenos, ingleses y por su puesto mexicanos como los que hemos nacido en el territorio nacional y por extensión los reputados así por el derecho.

En tanto, que la palabra indio es un gentilicio que designa a los nacidos en la India o los que así los reputa el derecho. Con todo, por si esto fuera poco, los españoles al darse cuenta de su error no dieron marcha atrás sino que llamaron Indicas orientales a lo que inicialmente buscaban e Indias occidentales a lo que hoy llamamos América; es decir, enredaron más las ideas y con ello, la vida y la realidad.

Los que en este contexto quieren insultar diciendo indio o india a una persona no hacen otra cosa que mostrar y demostrar que son ignorantes. Los indios son de la India y los nacidos en suelo mexicano, mexicanos o por virtud del derecho. Es sorprendente que personas que deberían saber este ápice de saber, lo ignoren y se regocijen haciendo malabares con los mismos.

La Filosofía desde muy temprano buscaba el “Principio-de-todas-las-cosas”, lo que no logró pero que por lo menos sentó las bases del saber. En este contexto, Carlos Darwin, acertadamente, creo y público su obra “El origen de las especies”, pues entendió que lo que estudiaba estaba estrechamente ligado con todo y que las diferencias eran accidentes. Es decir, existen especies y no razas. La especie caballo, la especie perro, la especie ave y, así sucesivamente y por supuesto, la especie humana.

Claro, hay ignorantes y prejuiciosos que no solo no aceptan sino que proclaman la “superioridad de la raza blanca”, pura ignorancia, lo que llaman color blanco ni siquiera existe de acuerdo a la Física y en concreto en la Óptica. Claro, no se lograra hacer cambiar a los ignorantes de su craso error; están convencidos de poseer la verdad inmutable y eterna. La estulticia es más abundante que la inteligencia, lo que fácilmente se puede corroborar a diario y en cualquier momento.

Los científicos han tomado la delantera a la Filosofía y entre ellos, Stephen Hawking, me parece el más adelantado pues, sin ningún rubro ha declarado la muerte de la Filosofía al no poder lograr encontrar Principio-de-todas-las-cosas”, y que por el contrario él, lo había logrado por medio de la Física y en concreto de la Mecánica Cuántica, que por lo menos en teoría explica el origen de todo lo que existe y que llamamos realidad.

Los científicos genetistas han logrado probar que seres existentes y aparentemente, totalmente diferentes comparten en determinados casos más del 80% de sus genes. Tal como ocurre entre los seres humanos y los ratones. Con los que mejor estamos emparentados es con los monos con el 99% del código genético. Incluso entre los seres humanos la diferencia para ser únicos son las pequeñas variaciones, tan sutiles pero tan importantes para la individualidad.

Sin adelantar conclusiones definitivas pues falta que se haga la “Teoría del todo unificado”, pero sin dejar de observar que todos los seres humanos somos iguales en un 99,9% y de nuestra relación con los demás animales pues el ser humano pertenece al reino animal, bien se puede colegir un origen común, una estrecha relación no solo con los animales, flora y fauna sino con todo lo existente, claro en diversos grados, guste o no.

En conclusión, la discusión respecto a los términos indígena, indio y razas no tiene sentido. Llamar indígena a una persona es desconocer que todos somos indígenas por haber nacido en determinado lugar del mundo. Llamar indio a un mexicano o mexicana  es un desacierto con base en la ignorancia y los prejuicios. Decir que los mexicanos o cualesquiera de otros pueblos somos o son racistas es falso pues no existiendo las razas no puede haber racistas como lo quieren hacer ver los lerdos.

Finalmente, llegara el tiempo en que estas discusiones de ignorancia serán un mal recuerdo que se debe ir combatiendo desde ahora pues los seres humanos son los únicos que tienen su destino para bien o para mal en sus manos. La sobrevivencia humana únicamente será posible con la unión más o menos estable de todos.





[1] Fernández de Navarrete, Martín. Los viajes de Colón.
México. 2007. Editorial Porrúa. Colección “Sepan…Cuantos”. Pág. 7.

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