miércoles, 16 de octubre de 2013

LA DEBILIDAD Y LA ENFERMEDAD COMO NORMALIDAD



Individuos débiles y enfermos no pueden formar más que sociedades débiles y enfermas que como consecuencias no pueden sino producir más individuos de las mismas características. Por ello, lo normal en este tipo de sociedades los seres débiles y enfermos en todas sus variantes es lo normal. Así, la mayoría no logra entender y mucho menos poner en practica la libertad ciudadana conformándose con la servidumbre. Por ello, los gobiernos en turno solo aciertan poner en práctica la demagogia como fondo y forma de sus administraciones. 

miércoles, 9 de octubre de 2013

IDEAS, PRÁCTICA Y PRAXIS (EL NUEVO OPIO DEL MUNDO)


La gran mayoría no tiene ideas propias, en consecuencia les atrae más la práctica de ideas ajenas. En la historia de la Humanidad son raros los casos de genios y en caso, de su existencia, son absorbidos por la creación de ideas, tesis y teorías. 

En raras, muy raras ocasiones la Humanidad tiene la fortuna de ver a un genio tener las ideas y la práctica a la vez, es decir, la praxis. Tal es el caso de Marx que siendo un genio de la Economía Política se enfocó a tratar de imponer su teoría sobre el capital. Esto en favor del comunismo, es decir, en favor de la gran mayoría, de los desposeídos, de los explotados, en general con el reconocimiento de la dignidad humana y sus derechos inalienables.

En su tesis número once sobre Feuerbach anunció que dejaría la contemplación del mundo para su transformación. “Los filósofos hasta ahora solamente han interpretado al mundo; de lo que se trata, sin embargo, es de transformarlo”, Marx.

Al parecer el mundo ha conspirado para que un genio de este tipo vuelva a florecer en ningún horizonte de  la vida humana. Se tienden fondos de pantalla inmensos de ideología, de propaganda del consumo y se pone en boga el híper consumo para mantener a la Humanidad bajo el yugo del capitalismo. Las religiones son el opio del pueblo dijo Marx. Las religiones han muerto sustantivamente.  ¡Gracias a Dios! Y en primer y último caso, gracias al capitalismo. No obstante, el neoliberalismo ha erigido nuevos dioses; el más poderoso resulta ser el Híper consumo. Este es el nuevo opio de la Humanidad.

martes, 8 de octubre de 2013

BELISARIO DOMÍNGUEZ



Entre los mexicanos también existen los grandes hombres que han mostrado que los ideales no son cosas sin relación con la vida sino por el contrario que los ideales son tan altos y tan esenciales para la vida que pocos son los que se atreven a levantarse hasta las alturas donde pueden hacerse evidentes. Tal es el caso de Belisario Domínguez. Se levantó valientemente en contra del dictador Victoriano Huerta y pago con su vida. Asesinado por ese chacal con figura humana. Muchos fueron cómplices de su muerte. Solo abandonado a su suerte ya echada.

Desde 1954 el Senado otorga la medalla que lleva su nombre. ¿Para que otorgan una medalla?, con esto han logrado ir enterrando perversamente la vida y memoria d un gran mexicano. Si hoy existiera un solo Senador de la talla de Belisario Domínguez no tengo duda alguna que sus propios compañeros lo hubieran asesinado, lo hubieran traicionado o lo hubieran dejado solo en su lucha. No es con la institucionalización de las vidas ni con la entrega de medallas como se honran los hechos y los actos de los grandes seres humanos sino emulándolos.

Hoy, como hace cien años estamos como en las mismas circunstancias peligrosas para la nación y los legisladores se dan palmadas recíprocamente mientras se dicen unos a otros cínicamente que cumplen con sus mandatos. El sistema le ha quitado todo dinamismo y toda lucha a la vida de Belisario Domínguez para trocar sus hechos y sus actos en una celebración vacía, sin sentido.

Si Belisario Domínguez viviera hoy, estaría denunciando públicamente a este gobierno en turno. Seguro que no estaría firmando reformas ni firmando pactos por México ni reprimiendo al pueblo ni exigiendo penas más duras contra la libertad de expresión.

En cada ceremonia hueca que le hace el gobierno a Belisario Domínguez  nos deberíamos reír y alejarnos rápidamente preguntándonos ¿que farsa es esta?.

Aquí su pensamiento en discurso de 22 de septiembre de 1913.




Señor presidente del Senado:
Por tratarse de un asunto urgentísimo para la salud de la Patria, me veo obligado a prescindir de las fórmulas acostumbradas y a suplicar a usted se sirva dar principio a eta sesión, tomando conocimiento de este pliego y dándolo a conocer enseguida a los señores senadores. Insisto, señor Presidente, en que este asunto debe ser conocido por el Senado en este mismo momento, porque dentro de pocas horas lo conocerá el pueblo y urge que el Senado lo conozca antes que nadie.

Señores senadores:
Todos vosotros habéis leído con profundo interés el informe presentado por don Victoriano Huerta ante el Congreso de la Unión el 16 del presente.
Indudablemente, señores senadores, que lo mismo que a mí, os ha llenado de indignación el cúmulo de falsedades que encierra ese documento. ¿A quién se pretende engañar, señores? ¿Al Congreso de la Unión? No, señores, todos sus miembros son hombres ilustrados que se ocupan en política, que están al corriente de los sucesos del país y que no pueden ser engañados sobre el particular. Se pretende engañar a la nación mexicana, a esa patria que confiando en vuestra honradez y vuestro valor, ha puesto en vuestras manos sus más caros intereses.
¿Qué debe hacer en este caso la representación nacional?
Corresponder a la confianza con que la patria la ha honrado, decirle la verdad y no dejarla caer en el abismo que se abre a sus pies.
La verdad es ésta: durante el gobierno de don Victoriano Huerta, no solamente no se hizo nada en bien de la pacificación del país, sino que la situación actual de la República, es infinitamente peor que antes: la Revolución se ha extendido en casi todos los estados; muchas naciones, antes buenas amigas de México, rehúsanse a reconocer su gobierno, por ilegal; nuestra moneda encuéntrase depreciada en el extranjero; nuestro crédito en agonía; la prensa de la República amordazada, o cobardemente vendida al gobierno y ocultando sistemáticamente la verdad; nuestros campos abandonados; muchos pueblos arrasados y, por último, el hambre y la miseria en todas sus formas, amenazan extenderse rápidamente en toda la superficie de nuestra infortunada patria.
¿A qué se debe tan triste situación?
Primero, y antes de todo, a que el pueblo mexicano no puede resignarse a tener por Presidente de la República a don Victoriano Huerta, al soldado que se apoderó del poder por medio de la traición y cuyo primer acto al subir a la presidencia fue asesinar cobardemente al presidente y vicepresidente legalmente ungidos por el voto popular; habiendo sido el primero de éstos, quien colmó de ascensos, honores y distinciones a don Victoriano Huerta y habiendo sido él, igualmente, a quien don Victoriano Huerta juró públicamente lealtad y fidelidad inquebrantables.
Y segundo, se debe esta triste situación  a los medios que Victoriano Huerta se ha propuesto emplear, para conseguir la pacificación. Estos medios ya sabéis cuáles han sido: únicamente muerte y exterminio para todos los hombres, familias y pueblos que no simpaticen con su gobierno.
"La paz se hará cueste lo que cueste", ha dicho don Victoriano Huerta. ¿Habéis profundizado, señores senadores, lo que significan esas palabras en el criterio egoísta y feroz de don Victoriano Huerta? Estas palabras significan que don Victoriano Huerta está dispuesto a derramar toda la sangre mexicana, a cubrir de cadáveres todo el territorio nacional, a convertir en una inmensa ruina toda la extensión de nuestra patria, con tal de que él no abandone la presidencia, ni derrame una sola gota de su propia sangre.
En su loco afán de conservar la presidencia, don Victoriano Huerta está cometiendo otra infamia; está provocando con el pueblo de Estados Unidos de América un conflicto internacional en el que, si llegara a resolverse por las armas, irían estoicamente a dar y a encontrar la muerte todos los mexicanos sobrevivientes a las amenazas de don Victoriano Huerta, todos, menos don Victoriano Huerta, ni don Aureliano Blanquet, porque esos desgraciados están manchados con el estigma de la traición, y el pueblo y el ejército los repudiarían, llegado el caso.
Esa es, en resumen, la triste realidad. Para los espíritus débiles parece que nuestra ruina es inevitable, porque don Victoriano Huerta se ha adueñado tanto del poder, que para asegurar el triunfo de su candidatura a la Presidencia de la República, en la parodia de elecciones anunciadas para el 26 de octubre próximo, no han vacilado en violar la soberanía de la mayor parte de los estados, quitando a los gobernadores constitucionales e imponiendo gobernadores militares que se encargarán de burlar a los pueblos por medio de farsas ridículas y criminales.
Sin embargo, señores, un supremo esfuerzo puede salvarlo todo. Cumpla con su deber la representación nacional y la patria está salvada y volverá a florecer más grande, más unida y más hermosa que nunca.
La representación nacional debe deponer de la presidencia de la República a don Victoriano Huerta por ser él contra quien protestan con mucha razón todos nuestros hermanos alzados en armas y de consiguiente, por ser él quien menos puede llevar a efecto la pacificación, supremo anhelo de todos los mexicanos.
Me diréis, señores, que la tentativa es peligrosa porque don Victoriano Huerta es un soldado sanguinario y feroz, que asesina sin vacilación ni escrúpulo a todo aquél que le sirve de obstáculo. ¡No importa, señores! La patria os exige que cumpláis con vuestro deber, aun con el peligro y aun con la seguridad de perder la existencia. Si en vuestra ansiedad de volver a ver reina la paz en la República os habéis equivocado, habéis creído en las palabras falaces de un hombre que os ofreció pacificar a la nación en dos meses y le habéis nombrado presidente de la República, hoy que veis claramente que éste hombre es un impostor inepto y malvado, que lleva a la patria con toda velocidad hacia la ruina, ¿dejaréis por temor a la muerte que continúe en el poder?
Penetrad en vosotros mismos, señores, y resolved esta pregunta: ¿Qué se diría a la tripulación de un gran navío que en la más violenta tempestad y en un mar proceloso, nombrara piloto a un carnicero que, sin ningún conocimiento náutico navegara por primera vez y no tuviera más recomendación que la de haber traicionado y asesinado al capitán del barco?
Vuestro deber es imprescindible, señores, y la patria espera de vosotros que sabréis cumplirlo.
Cumpliendo ese primer deber, será fácil a la representación nacional cumplir con los otros que de él se derivan, solicitándose enseguida de todos los jefes revolucionarios que cesen toda hostilidad y nombren sus delegados para que de común acuerdo, elijan al presidente que deba convocar a elecciones presidenciales y cuidar que éstas se efectúen con toda legalidad.
El mundo está pendiente de vosotros, señores miembros del Congreso Nacional Mexicano, y la patria espera que la honraréis ante el mundo, evitándole la vergüenza de tener por primer mandatario a un traidor y asesino.
Dr. Belisario Domínguez

Senador por el estado de Chiapas

17 de septiembre de 1913

lunes, 7 de octubre de 2013

PARADOJAS DE LOS GENIOS



Freud, el gran Freud, quien derribó la barrera de lo consciente y nos abrió las vastas y abigarradas tierras de lo inconsciente con sus bosques y praderas, con sus desiertos soleados y sus selvas llenas de penumbras, entendió que la psicología debería ir mas allá de los límites que se le habían impuesto. Lo que nunca entendió fue lo dañino del fumar incansablemente tabaco; de esta manera tuvo que padecer treinta y tanta cirugías de mandíbula a causa del cáncer. Fue el primero en lanzarse hondo, tan hondo como su intelecto y su época se lo permitieron y sin embargo, se quedó en la superficialidad de la salud personal. Buceo por múltiples mares y océanos más, al parecer, nunca en sus propias aguas. Eso, merece un psicoanálisis. 

domingo, 6 de octubre de 2013

UNIDAD Y COLABORACIÓN EN EL ESTADO MEXICANO


La concepción de la estructura del Estado y su funcionamiento es una tarea que los seres humanos no deben dejar de hacer a la par de las necesidades reales y no sobre las concepciones puramente ideales. La vieja concepción de los pesos y contra pesos que deberían mostrar los llamados poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, ha mostrado todas sus limitaciones y todas sus debilidades. La teoría del gran Montesquieu se tambalea ante el embate de la realidad actual. Dejar a los órganos que no poderes el ejercicio de la soberanía sin injerencia ni control alguno por parte del soberano formal, el pueblo, es su fracaso mayúsculo.

Los que integran los tres órganos creyendo maliciosamente que en verdad integran poderes soberanos han caído en los excesos en la mayoría de las veces hasta darle al traste el funcionamiento del Estado en detrimento del pueblo. En política no existen las casualidades como medula del funcionamiento del Estado.

En este contexto en ningún momento se ha podido aplicar la división de poderes en el Estado mexicano y con cada estadio oscila entre la tiranía, el dominio de un solo partido, el presidencialismo, el caudillismo y faltamente el partidismo. La naturaleza humana tan proclive al egoísmo individual y de grupo ha evitado que el Estado mexicano pueda tener una estructura orgánica e institucional al servicio del pueblo y ha servido para el enriquecimiento de pocos a través del saqueo de todo lo público. Este saqueo se ha dada bajo el llamado Estado de derecho y de la política. Esto hace pensar sobre las limitaciones en esos dos rubros y un análisis de tales cuestiones lleva a pensar que la estructura real del Estado mexicano depende más de las voluntades particulares o de partidos que del pueblo. No me pasa desapercibido que en toda la historia de la Humanidad siempre han existido dos clases opuestas vinculadas entre sí muy estrechamente. La que domina y su antípoda. Sin embargo, y sin despreciar la rica experiencia de la historia me permito hacer hincapié en que rechazo el determinismo como piedra fundamental del, hasta hora, devenir humano.

Los seres humanos se han movido por ideales que a veces nos parecen absurdos, tales como la libertad, la justicia, la solidaridad entre otros; no obstante que a la luz de los hechos estos se ven  precarios cuando no anulados, esto no debe de ser óbice para que se sigan y persigan tales ideales que son como nuestra estrella del norte que nos indica el rumbo a seguir. Hasta ahora, ha existido en los seres humanos el deseo desbordado por el poder y de eso precisamente se trata la política. Ahora bien, lejos del idealismo de un mundo feliz, se trata pues, de ver en toda su desnudez como está estructurado el estado mexicano y cuáles deben ser las reformas necesarias para su buen funcionamiento. Por desgracia se ha fingido malévolamente por la mayoría de políticos que el Estado mexicano ha llegado a su máximo desarrollo estructural mientras lo mantienen en formación defectuosa y funcionamiento parcial.

Fíjense ustedes, que la realidad de la estructura del Estado no debe ser antagónica sino de unidad y colaboración.  Esto tan básico de entender es muy difícil de poner en práctica porque los intereses particulares, de clase y de partido se han interpuesto a los intereses generales. Al no existir división de podres en México por fuerza necesaria no han existido los pesos y contra pesos que tanto ponderan y alaban los teóricos del Estado. Han procedido de manera superficial, errada y hasta tendenciosamente a la hora de hacer teorías. No sé dónde ven la división de podres y sus derivados pesos y contra pesos. Teniendo en sus manos los hechos han cerrado los ojos o mirado en diversas direcciones.

La sociedad mexicana se ha dado cuenta que un Estado en donde se imponga una teoría errada y una práctica de intereses particulares no puede llamársele democracia y por esos exige la acotación del ejercicio del poder de los órganos, instituciones, partidos políticos y los llamados poderes facticos. Este conjunto de actores políticos tienen casi todo el ejercicio del poder popular con exclusión del pueblo. Unos se han imaginado y han llevado a la práctica que al ser electos tienen el sagrado deber de tomar decisiones por el pueblo sin consultar a este ni rendirle cuentas. Le llaman democracia representativa pero sin representar al pueblo. Otros ha preferido vivir del erario sin rendir cuentas del dinero que se les otorga para el bien común y han vuelto así lo público, privado. Los que detentan el poder económico han visto a la democracia como un artículo más de consumo que se pude comprar a placer para sus propios fines.

Tal es la perversión del Estado mexicano y de la democracia. La lucha por imponer límites a este conjunto de órganos, instituciones, partidos políticos y poderes facticos parece pérdida; con todo, son los seres humanos en su conjunto los que logran los cambios y hasta ahora, no se ha podido dominar en su esencia a los seres humanos. Las ideas de libertad, justicia, democracia no han muerto siguen tan vivas y radiantes como hace miles de años.

Ahora bien, por dónde empezar esta reflexión y propuesta de cambios en el Estado mexicano. En la realidad misma. La estructura orgánica e institucional en México está divorciada de la teoría y bien se puede ver que existe una Unidad y Colaboración entre los órganos e instituciones que permiten el funcionamiento del Estado. Basta con analizar la Carta Magna para ver que existen diversos artículos que imponen a los órganos a trabajar en Unidad y en Colaboración. El nombramiento de funcionarios de primer nivel a menudo requiere de la colaboración entre el órgano ejecutivo y una parte del Legislativo que resulta ser el Senado. En el funcionamiento de la Federación, las partes integrantes de la misma y los municipios y delegaciones se ve a manudo en la práctica que existe colaboración. Póngase de ejemplo los exhortos, oficios y todo lo que conlleva al funcionamiento del órgano judicial y se verá que los tribunales que componen a estos órganos federales o estatales no se puede dar sin la colaboración entre ellos y mismos y los órganos ejecutivos federales. Estatales, del distrito Federal, sus delegaciones, municipios y demás dependencias que los integran.

Si bien esta Unidad y Colaboración no es la más eficaz si es, a lo menos la existente y sobre la cual se debe pensar y repensar las reformas que tiene menester la sociedad para reformar el Estado en beneficio de un mejor funcionamiento y acotación del poder público y sobre lo público.