martes, 12 de febrero de 2013

PARTIDO TOTALITARIO

                       
La idea de partido político o de cualesquiera otra cosa nos lleva inmediatamente a concebir tal cosa como un componente del todo. Esta es la idea de los partidos políticos, son partes del todo social. De ahí que ningún partido pueda representar a la totalidad de una nación. En México existen partidos que representan en buena medida los intereses y visiones de clases. Están los conservadores, los liberales, los que tienen intereses económicos casi exclusivamente, los que tienen intereses gremiales, los que tienen intereses de familia, en fin, los intereses son variados, legales o ilegítimos pero todos representan una parte del todo.

Esto no siempre ha sido así. Hubo una época en que solo existió un partido que representaba el todo. Esto inmediatamente nos lleva a la contradicción lógica, razonable. ¿Cómo puede un partido (una parte del todo), ser el todo?. La lógica y la razón nos dice que una parte no puede ser el todo. O se es partido o se es la nación completa pero no ambas cosas. Ahora bien, en México se torció la lógica,  razón y la realidad hasta hacer que la parte representara el todo. Es decir que lógicamente la parte fuera ficticiamente el todo. Soy parte y el todo a la vez.  

Esto no fue una imposición así como así, no, tuvo el consenso de los líderes políticos que surgieron de la revolución y que quedaron vivos. También la sociedad mexicana estaba preparada para aceptar que la parte representara el todo. Toda la destrucción, muerte, heridos, sufrimientos, desmanes, atropellos, ilegalidades, el espantoso azar y la anarquía que produjo la revolución mexicana deberían ser puestos en orden. Los mexicanos no se imaginaron nunca las consecuencias de la revolución y ya derrocados los enemigos del pueblo habría que poner un nuevo orden. Francamente en tal contexto no se veían los frutos de la lucha intestina.

Los jefes revolucionarios fundaron primeramente el PNR (Partido Nacional Revolucionario), después el PARM (Partido Auténtico de la Revolución Mexicana) y finalmente el PRI (Partido Revolucionario Institucional), nótese que estas tres posturas políticas tuvieron la idea de representar el todo pero que solo la ultimo cuajó. En realidad los dos anteriores fueron ensayos que sirvieron para dar acabado a una idea de totalidad nacional.

El Partido Revolucionario Institucional tiene en su propuesta política y en los hechos la contradicción misma. ¿Cómo puede ser un partido revolucionario y a la vez institucional?. Precisamente se es revolucionario contra el gobierno, contra las instituciones en su mal actuar, la palabra revolución tiene la idea del cambio y el gobierno tiene inmersas las ideas de continuidad, estabilidad, conservación del status imperante como gobierno. Ahora bien, este era el contexto general en que estaban inmersos los políticos mexicanos y tenían el reto de imponer un sistema que llegara a ser totalitario sin dejar sentir su dureza. Se planeó incluir a ese pueblo ávido de paz, de oportunidades de trabajo, de tierra, de una vida ordenada y con instituciones que respondieran a sus necesidades. Se crearon tres grandes sectores el obrero, el campesino y el popular. Estos tres grandes sectores aglutinaron a las masas populares y pobres en confederaciones, sindicatos, agrupaciones que se sumaron a los liderazgos, cacicazgos y poderes facticos que sobrevivieron a la revolución. Todos los primeros presidentes post-revolucionarios fueron militares y los posteriores surgieron del mismo partido oficial.  Se creó una cúpula política que gobernó ese singularísimo sistema, único en el mundo.

Se oficializó, se institucionalizó la revolución y así se pudo conducir a un pueblo a lo que Vargas Llosa calificó de “Dictadura perfecta”, que resultó no ser tan perfecta pero que funcionó durante más de setenta años. Esto tiene sus bases en dos opciones ideológicas, en el buen orden o en el desorden y todas sus consecuencias en ambas posturas. Si se elige el desorden se tendrá como consecuencia el azar, la anarquía, la ilegalidad, la ilegitimidad, el caos como consecuencia; si se elige el orden se estrecharan las libertades y habrá mano dura de manera dosificada o dura a secas, según amerite el caso, contra los pensantes, los disidentes, los críticos, los guerrilleros, los periodistas y en todo caso contra la nación con tal de mantener la gobernabilidad, es decir, el orden. La nación mexicana deseaba y necesitaba orden entre tanto caos y así fue como aceptó esa contradicción lógica, razonable y la “Dictadura perfecta” en la práctica política en que un partido representó el todo. Esa representación ficticia y dañina del todo se ha terminado. Se abren nuevas posibilidades de crear una nueva nación que tome consciencia de si misma y relegue a los grandes líderes. Allí donde hay grandes líderes totalitarios el pueblo es un instrumento de las más bajas pasiones. Quizá no sea posible la disolución de los partidos totalitarios pero si es posible su limitación.  

Hoy, ese partido está de regreso, añorando los viejos y buenos tiempos en que fuera del partido no existía cosa alguna que pudiera sobrevivir. Saint Simón, Hegel, Fichte, Nietzsche y muchos otros buenos filósofos nos hablan de la masa estúpida, del último hombre, del ser humano mediocre y cosas por el estilo que debe ser gobernado por medio de la fuerza, del engaño, de la doble moral, de la tiranía para el buen gobierno. Espero que los mexicanos demos muestras de que la democracia es posible y que más allá de los sistemas económicos, políticos y sociales existe vida digna, pensante y en constante cambio a pesar de. Eso sí, sin idealizaciones o utopías.


domingo, 10 de febrero de 2013

PEQUEÑAS GRIETAS EN EL HORIZONTE




Dentro de la nueva sociedad y sistema educativo se señalaba con toda certeza que el estudio serio y profundo de las nuevas ciencias y tradicionales era la base para que el ser humano ya fuera en lo colectivo o en lo particular surgiera airoso de las profundidades del mar de la vida siempre más peligrosas que la superficie. Cierto es, que las tormentas sobre el mar hacen a los marineros expertos o los hacen naufragar pero, las profundidades son terribles por ser desconocidas para la mayoría de los marineros. Pocos están habituados a experimentar con lo profundo, con lo desconocido. Allí están los peligros más ignotos y a los que tanto el gobierno como la sociedad habían decidido atacar por todos los flancos, de manera sistemática y sin descanso alguno. Se había abandonado el viejo sistema educativo con tintes socialistas y se había adoptado el sistema de competencia que exigía la nueva realidad, el deslumbrante neoliberalismo.

El nuevo sistema tenía la ventaja de crear profesionistas más puntuales, más técnicos, sin mucha teoría pero con mucha eficacia sobre los resultados deseados. Había estímulos a la excelencia académica en todos los ámbitos bastaba con insertarse a este novedoso sistema para que en tres años y medio se consiguieran profesionistas del más alto nivel educativo que atacaran los problemas reales que hasta entonces no se habían podido solucionar.

-         ¡Tres años y medio y se crean profesionistas del más alto nivel competitivo a nivel mundial!, porque deben saber conciudadanos que ese es nuestro gran reto crear profesionistas que puedan estar a la altura de los alemanes, japoneses, estadounidenses, suizos o noruegos. Decía en su discurso informativo el Secretario de Educación Pública con una retórica limpiamente calculada. Todo esto se debía al pacto con los maestros, con los padres de familia y las autoridades que tenían que ver con la educación. Ejércitos de alumnos se levantaban todas las mañanas dispuestos a armarse hasta los dientes para poder roer la realidad y transformarla en una nueva realidad casi inmaculada. El fervor nacional estaba en su punto más alto. Con un poco más de dedicación y quizá en tres años el sistema fuera capaz de producir nuevos y flamantes profesionistas y científicos que pusieran en el mapa del conocimiento al pueblo, ese pueblo hasta ahora ignorado.

Ese era el plan divino que el nuevo gobierno había creado e implementado en esta nueva realidad. La nación estaba encaminada a la unificación. Los rasgos distintivos de cada región cultural del pueblo serian sino borradas si enlazadas en esta para poder atenuar las diferencias entre el norte, el centro y el sureste. No había cosa más gratificante que ver a alumnos del sureste insertarse en las Universidades del centro y aun del norte y sobresalir en las ciencias, las artes y la técnica. El oprobio en que se había convertido la desigualdad social había sido tocado por el sistema educativo y dentro de poco seria un mito. Si, solo un mito. Era hora ya de derribar todos los viejos mitos y entrar al mundo luminoso de las ciencias, de las nuevas técnicas y de las artes. 

Cada año el número de egresados aumentaba. Las Universidades privadas se ceñían a los planes de “las máximas casas de estudio” e iban a la par en plena armonía. Había becas por doquier con el único fin de que ningún alumno se quedara sin tener la oportunidad de alcanzar el anhelado sueño de pertenecer a la elite intelectual del pueblo. Cada Hombre y cada mujer en edad universitaria entran a probar suerte y con la ayuda del sistema se lograba que un alto porcentaje de alumnos lograra terminar por lo menos una licenciatura. Por doquier bullía la esperanza. Las madres y padres a menudo lloraban conmovedoramente en las graduaciones. Las togas, los birretes al aire eran una franca muestra del éxito de la educación. Los jóvenes profesionistas estaban ya bien armados con artes, tecnología y ciencias del más alto prestigio para dominar el mundo.

Los resultados estaban a la vista. Claro está que había problemas que aún no se podían resolver pero que los genios del sistema político y económico no tardarían en solucionar. Era evidente que el sistema económico estaba dominado por los hombres y que, para las mujeres era más difícil lograr tener el éxito en el trabajo y otros rubros. Machismo denunciaban las feministas. Problemas aislados que no afectaban el resultado final. Aunque los más profundos críticos del sistema no dejaban de atacar con sus rabiosas observaciones, con sus escritos agrios y sus peroratas públicas no se podía tapar el sol con un dedo, la educación era motor de cambio.

Se decía que el sistema económico no lograba crear los puestos requeridos para tanto profesionista, técnico o científico creado por el sistema. Había en la vida diaria y aun, se lograban colar en las noticias pequeñas discordancias que debían atenuarse para que no cundiera el pánico entre la sociedad. Claro que no se lograban los puestos de trabajo al ciento por ciento pero ¿Qué sistema educativo lo había logrado?, ninguno. Solo había que esperar que la maquinaria educativa tomara su ruta trazada y su ritmo pleno y entonces, toda crítica seria silenciada.

El Secretario de Educación y sus más altos colaboradores estaban a punto de tener un encuentro nacional con las los responsables de las Universidades más prestigiosas para determinar cómo iban a borrarse esas feas fallas que amenazaban con dar al traste con la viabilidad de ser de toda la nación. Se sabía que había habido hombres con altos grados de educación que no ganaban el sueldo acorde a las maestrías o doctorados obtenidos. Fallas, pequeñas fallas que no iban a detener la marcha. También se sabía de mujeres que ante la dura realidad de no obtener un trabajo bien pagado habían preferido convertirse en “señoras”. Es decir, habían preferido el matrimonio o el concubinato como solución a la falta de empleo. El periodo llamado de las “señoras” se había convertido en una piedra en el zapato del sistema en su conjunto. Ante la desesperación o insuficiencia de empleos se había dado que las profesionistas se casaran y en lugar de seguir el desarrollo de sus vocaciones artísticas, técnicas o científicas habían pasado a ser señoras, amas de casa y las estadísticas apoyaban claramente los hechos.
                           
El Secretario de Educación recordó a la becaria que había hecho su servicio social en una de las áreas bajo su mando directo. La recordaba como una joven dispuesta a luchar por su futuro. Había logrado terminar sus estudios con un sorprendente 9.8 de promedio general en las ciencias jurídicas. Él mismo la había recomendado para ocupar un puesto en una de las áreas jurídicas. Deliberadamente lo había hecho dado al origen de la flamante abogada, pertenecía al sureste del país. Se debía mostrar que quien quería podía. Hasta el nombre singular parecía indicar que la decisión que había tomado era la correcta. Un nombre podía significarlo todo. Claro que tal hecho no había resultado como se había planeado. Con el tiempo comenzó a notar pequeñas fallas, ciertas grietas, flaquezas en la joven profesionista. Cosas menores pero que al final habían sido un escándalo. La abogada tenía bajo su responsabilidad llevar ciertos juicios que tenían su dificultad pero que nunca imagino que la quebrarían. Tuvo que hacer venir a un abogado de la vieja guardia para apagar aquel incendio que amenazaba con extenderse. Quizá le había faltado más práctica profesional ante los tribunales.

Bien, esa era una de las causas de aquella reunión de urgencia. Resultó que la joven jurista no pudo sobrellevar esos juicios que ahora le reportaban una pérdida significativa al erario federal. La noticia se había colado a los medios y ahora se hacía burla y escarnio sobre el sistema educativo. Un hecho aislado no iba a detener la marcha del pueblo. La abogada había sido despedida. Lo último que sabía de ella es que se había convertido en “señora” y que había solicitado la asistencia pública para poder sostenerse junto con su marido e hijo.

El salón se fue llenando de todos los colaboradores y rectores invitados. Se debía evitar que cosas como esas volvieran a suceder. Quería respuestas pero al parecer todos los presentes esperaban que él diera las mismas. ¿Cómo diablos fue a estallar ese feo hecho aislado en su propia cara?. Fracasados, eran unos fracasados los pocos que no lograban sacarle todo el jugo al sistema educativo. ¿Dónde estaría ahora esa brillante estudiante?, deseaba preguntarle cara a cara las causas concretas de su fracaso como profesionista. Eso no era posible. El señor presidente le había prohibido tajantemente toda comunicación con ella. Nunca falta algún fisgón, algún indiscreto o lo que es peor un paparazzi que lo fotografiara. De solo imaginar su fotografía en los diarios con aquella “señora” lo hizo estremecerse.Dios, como deseaba respuestas. Avizoraba pequeñas grietas aquí y allá, en todo el sistema educativo a su cargo. Santa madre de Dios como deseaba encontrar un hilo conductor a todo aquel problema. A pesar de todo conservaba el optimismo. “Al mal tiempo…”


martes, 5 de febrero de 2013

EL NIHILISMO COMO PRACTICA DE GOBIERNO EN MÉXICO


 
Desde antes que los priistas volvieron al gobierno de la República (Cosa Publica),  decían que ellos si sabían gobernar en contraste con los dos gobiernos panistas. El primero una mezcla de santurronería, loca ingenuidad, corrupción y falta de realidad; el segundo, una amalgama de rabiosa furia desenfrenada por la muerte, corrupción, ilegalidad, falta de legitimidad y loca egolatría. Ambos gobiernos con una fijación por imponer el Humanismo Cristiano como distintivo de sus gobiernos. Cosa mal parida resultó de ello.

Ahora, los priistas vierten toda su experiencia y sagacidad para sortear los problemas nacionales y, a la manera de antípodas del Rey Midas (Todo lo que tocaba lo convertía en oro), todo lo que tocan lo truecan en estiércol. Es verdaderamente asombroso e indignante ver como los priistas juegan con los hechos, con el Estado de Derecho, con los bienes nacionales, con la racionalidad y la realidad misma.

Tienen como misión principal la aplicación de nihilismo (la negación de todo valor, de  todo ideal, de toda tradición, de toda racionalidad, de todo principio) como modelo de gobierno a efecto de seguir imponiendo el modelo neoliberal en el Estado mexicano. Con la banalización y mentira de los hechos ocurridos en la torre B2 de Pemex lo que pretenden es, hacer creer a la gente que hace falta inversión privada para que no ocurran más desastres como este.

Desde que asumieron los priistas el gobierno federal no han disminuido las cargas brutales para el pueblo por el contrario se han agudizado. Quieren vaciar de contenido los valores que los mexicanos tienen para poderlos manipular. Quieren que todo principio de democracia quede en entredicho para imponer un gobierno despótico en un paradigma intocable. Quieren hacer creer que los pocos bienes (pero de gran importancia) que le quedan a la nación mexicana no merecen la pena seguirlos manteniendo bajo el poder del pueblo. Con explicaciones del porque este gobierno es fallido quieren mantener la mentira de que estamos bien. No podemos estar bien cuando los gobernantes no se ajustan a la voluntad soberana del pueblo y por  el contrario se han convertido, de mutuo propio, en  viles mercaderes de los bienes nacionales. Se han convertido en en sirvientes a la carta de la iniciativa privada nacional y extranjera.

Si la nación mexicana no cree ya en sus valores, en sus ideales, en sus tradiciones, en sí misma es más fácil someterla a la manipulación para "dejar hacer y dejar pasar" a un grado inimaginable; con el único objetivo de aumentar a un grado superlativo el grado de consumo de los mexicanos, es decir, de convertir totalmente a las personas en meros consumidores. Para ello impusieron a una persona ignorante, inculta que de momento a momento muestra públicamente no tener la mínima idea de lo que es, la realidad. Pobre hombre, vive entre brumas de todos matices sin lograr siquiera acertar que es la punta de su nariz. Mientras los comerciantes nacionales superan con creces a Santana, antaño nuestro mejor vendedor. 

La divisa del neoliberalismo, y que gozosos han adoptado los priistas es: "Solo en el consumismo tiene sentido la vida, fuera del consumismo no tiene sentido siquiera pensar”. 



lunes, 4 de febrero de 2013

LA VIEJA MORAL





La vieja moral basada en el bien y el mal imaginarios predomina hoy todavía en la mayoría de los pueblos. No se agota su encanto de promesa de un más allá bueno y de un infierno malo. La promesa de recompensa y el castigo después de la vida a sujetado a las clases bajas a la condición de sirvientes sin voluntad. Hoy día se puede ver la profundidad con que se inculca la moral religiosa en los seres humanos desde la niñez hasta la muerte, tanto por los sacerdotes y por los padres de familia, al punto de torcer la realidad que no importa ya cuanto se batalle contra las invenciones, las ficciones, lo imaginario y las falsedades, el caído en este pantano de mentiras no tendrá casi ninguna oportunidad de redención, de salvación.

Ante la pérdida de la mínima de siervos la iglesia le impuso al anterior Papa la tarea de sujetar a los disidentes a través de una larga vida de pastoreo de nación en nación y de Estado a Estado. Se le endilgo el bonito membrete de “El Papa viajero” y los ingenuos creyeron que solo se trataba de viajes de una santidad y lo siguen creyendo, cuando la realidad es que viajaba más como político y después como gerente de una empresa que reditúa buenas ganancias.

Ahora bien, ante el empuje de la sociedad hacia la liberación de la vida de los dogmas religiosos, la iglesia se volvió más radical y anuncio el nombramiento de un Papa tan conservador como los Papas de la Edad Media. En efecto, los sacerdotes se volvieron más radicales, volviendo a los valores de la defensa de la vida a ultranza, a la promesa de una vida eterna y feliz por toda una eternidad si se siguen falsedades (vida eterna, felicidad eterna, un más allá etc.) y una vida de tormento eterno (infierno con sus tormentos espantosos, dolor sin descanso, etc). Todo ello a cambio de una vida material llena de crímenes, excesos, lujos insultantes e impunidad para los sacerdotes. Esa es la moral cristiana.

Mientras el ser humano no cambie sus valores basados en cosas falseadas por valores basados en la realidad seguirá tan sujeto a criminales de todo tipo y su vida en la vileza y el error fatal del sin sentido.