lunes, 17 de septiembre de 2012

MUERA EL MAL GOBIERNO

 
 
 
Aquella mañana del año de 1810 en que el cura Miguel Hidalgo, Junto con Aldama y Allende dio el grito en contra del mal gobierno. Hidalgo nunca tuvo la mínima intención de que la, entonces, Nueva España se volviera libre del poder de España y por ende naciera una nueva nación y un nuevo Estado. Su ¡…viva Fernando VII” nos muestra su deseo de continuidad de la Nueva España como colonia de España. Sin embargo, este hecho detonó el movimiento de independencia y ya no fue posible detenerlo.
Ahora bien, el grito de Hidalgo se volvió simbólico de la independencia de la Nueva España y dio origen a lo que seria México.  Las naciones se les conduce mejor con mitos que con verdades y no paso mucho tiempo para que la verdad diera paso al mito. Como se tenía a la virgen María como madre de todos los mexicanos se buscó al padre de la patria  quien resultó ser Hidalgo.
 Se nos dice con un fervor torcido cada 15 de septiembre que somos independientes- ¿Independientes de qué?. Del mal gobierno, es una ficción. En efecto, desde antes de que se iniciara la lucha armada por la independencia política la administración en general era mala para la mayoría de los habitantes de la Colonia. Los propietarios de ranchos y propiedades no tenían forma de defenderse en contra de los malos gobiernos que iban y venían sin ningún bien general. Por cosas de conveniencia se pasó la celebración a los días 15 de septiembre de cada año. A Porfirio Díaz le quedó como mandado por el cielo. Sus cumpleaños eran los días 15 de cada año.
Desde aquellos tiempos de la Colonia existe una constante: los malos gobiernos. En la Nueva España solo podían tener cargos públicos de importancia los españoles peninsulares y el resto de la población eran personas de segunda y ulteriores categorías. Entre la Audiencia, los virreyes y la iglesia hubo siempre traiciones, asechanzas, pleitos por el poder de manera constante. El pueblo en la miseria. Se hizo una revolución encabezada por los criollos.
Con el gobierno de Díaz las cosas estaban de la misma manera y hasta este entonces entra el pueblo a encabezar la lucha armada. No fue una revolución con ideales universales sino por necesidades inmediatas. “Tierra y Libertad” fue el símbolo de los campesinos. “Sufragio efectivo, no re-elección” que se puede poner como un “quítate tú para ponerme yo”,  el símbolo de los burgueses. Ganó la segunda propuesta  y se dio al traste con la revolución y desde ese tiempo hasta ahora eso ha sido gobierno tras gobierno.
Hoy como hace doscientos años o como hace un poco mas de cien. Luchamos por cosas inmediatas y necesarias.  Tortillas, maíz, mejores salarios, mejores condiciones de trabajo, mejores trabajos, acceso a la justicia recta, oportunidades de mejor educación, salud, seguridad social y un buen gobierno. Hoy como ayer seguimos diciendo muera el mal gobierno. Es lastimoso que ahora tengamos que quejarnos no por los malos gobiernos de los Estados extranjeros sino de los propios. No son los otros los que nos tienen sometidos a sus intereses particulares sino los que llegan al poder a costa de cualquier precio y tienen que seguir imponiendo leyes a modo para seguir en el poder. La impunidad campea a lo largo y los gobiernos actuales y no importa eso de que sino “…la nación se lo reclame”. Zedillo es acusado de ala matanza de Acteal, Chiapas y soterradamente y en contra de los intereses de los mexicanos pide al gobierno de los Estados Unidos impunidad para el ex presidente o mejor dicho ex gerente de México S. A.
En México no importa las malas administraciones de cualquier gobierno y de cualquier nivel. Los malos gobernantes se cuidan entre si para que la nación nunca reclame y nunca actué. Claro la nación tiene su responsabilidad en ello. A Calderón no le importa que le griten asesino durante el grito ya pacto, seguramente, con Peña Nieto su impunidad. Nos dicen los gobernantes que festejemos nuestra independencia con muchos vivas por delante. Es paradójico que los malos gobernantes que nos mantienen dependientes de las grandes empresas y los capitales nacionales y extranjeros pidan festejar la independencia.
Hoy mas que nunca nos flagela la dependencia cultural, económica, científica y de los malos gobiernos. Festejamos un hecho mitificado, falseado para sostener malos gobiernos. Hoy como ayer nuestro grito debe ser “…muera el mal gobierno..”

sábado, 15 de septiembre de 2012

INICIATIVA DE LEY QUE REFORMA EL ARTÍCULO 40 CONSTITUCIONAL


INICIATIVA DE LEY QUE REFORMA EL ARTÍCULO 40 CONSTITUCIONAL
Septiembre 18, 2012
QUE REFORMA EL ARTÍCULO 40 DE LA CONSTITUCION DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, A CARGO DEL DIADO…., DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL….
El que suscribe,…, diputado federal de la LXII Legislatura del Congreso de la Unión, integrante del Grupo Parlamentario del Partido…, con fundamento en lo establecido en la fracción II del artículo 71 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como en los artículos 6, numeral 1, 77 y 78 del Reglamento de la Cámara de Diputados, somete a consideración de esta honorable asamblea la siguiente iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforma el artículo 40 de la Constitución  de los Estados Unidos Mexicanos, al tenor de los siguientes
Exposición de Motivos
 Con base en la actualización de los avances jurídicos y filosóficos y a la luz de la verdad y para evitar los errores evidentes al sostener que los estados que firmaron el pacto federal y que componen el actual Estado mexicano son libres y soberanos se debe reformar el artículo 40 constitucional. El concepto de libertad encierra en si la característica de que la persona, en este caso, moral pueda hacer lo que su voluntad decida en todo momento sin restricciones exteriores. En efecto, la libertad en este contexto solo puede estar limitada por las cosas imposibles de realizarse materialmente y no por otra voluntad igual o superior. Es claro que al crearse el Estado mexicano y darle supremacía al mismo para la vida publica nacional las partes integrantes quedan sin esa libertad que hubieran tenido en el caso correspondiente. Ya no hay libertad con la firma del pacto federal. En consecuencia queda claro que es indebido seguir sosteniendo que los estados son libres cuando no pueden actuar libremente ni siquiera en su vida interior y mucho menos en la exterior. En la interior se deben ajustar a la Carta Magna sin que la Constitución Local pueda contravenir las disposiciones de la Constitución General. En lo exterior tienen las limitaciones constitucionales para conducirse libremente ante las naciones y Estados extranjeros. Por lo que se debe reformar ese error que en muchas ocasiones son causa de falta de coordinación entre la federación y los estados alegando una libertad inexistente.
Con relación a la soberanía el tema se hace todavía más evidente. La soberanía es ese súper poder que no admite ninguna injerencia exterior para actuar conforme a sus decisiones tomadas. El vocablo soberanía proviene de los términos super-omnia que etimológicamente significan sobre todo poder. Y, en este contexto significa que el soberano, es decir, el pueblo en su conjunto es, el que en ultima instancia decidirá que leyes darse, la forma de gobierno, los órganos del Estado, sus instituciones y demás cosas que necesite para su vida,
Así las cosas, es, claro que el ejercicio de la soberanía ha sido atribuida al Estado mexicano que la ejerce a través de los órganos legislativo, judicial y ejecutivo. Eso se colige al ver que solo el Estado mexicano puede tener ejército, un banco central, el servicio de relaciones exteriores, la emisión de papel moneda, la representación del pueblo mexicano ante las demás naciones y Estados nacionales y todas las atribuciones necesarias para su buen funcionamiento.
Si las parte integrantes de la federación pudieran ser soberanos se caería en la disgregación del Estado mexicano ya que podrían auto determinarse y se tendrían tantos soberanos como estados integrantes del pacto federal. En consecuencia se debe reformar el artículo en cita.
Artículo 40.- Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior, pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental.
DECRETO por el que se reforma el Artículo 40 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Publicado en el Diario Oficial de la Federación el uno de diciembre de 2012
Artículo Único. Se reforma el artículo 40 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para quedar como sigue:
Articulo 40.- Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, federal, compuesta de Estados autónomos en todo lo concerniente a su régimen interior, pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental
Transitorio
Único. El presente Decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el Diario Oficial de la Federación. México, D. F., 15 de octubre de 2012.- Sen…., Presidente.- Dip…., Presidente.- Sen…, Secretaria.- Dip…., Secretario.- Rúbricas."
En cumplimiento de lo dispuesto por la fracción I del Artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y para su debida publicación y observancia, expido el presente Decreto en la Residencia del Órgano Ejecutivo Federal,… en la Ciudad de México, Distrito Federal, tres de noviembre de dos mil doce.- .- Rúbrica.- El Secretario de Gobernación, Lic….- Rúbrica.

viernes, 14 de septiembre de 2012

EL FIN DEL UNIVERSO







Desde hace ya aproximadamente un siglo se ha podido ver que el fin de esto que llamamos realidad tal y como la concebimos no terminará como nos lo han dicho en un poco más de dos mil años: con los Cuatro Jinetes del Apocalipsis como preámbulo al Día del Juicio Final. No, se puede prever que el preámbulo lo será el colapso del Sol y de allí el aniquilamiento de la vida en la Tierra. Claro, se espera que esto tarde unos cuatro mil millones de años. Si no pasa una cosa extraordinaria, antes de ese tiempo, se espera que los seres humanos ya hayan podido sortear tamaño peligro y pueda ir a uno o varios lugares de este u otro Universo para seguir dándole sentido a su vida y a la realidad misma.
Todo apunta a que el Principio-Primero-De-Todas-Las-Cosas, no es necesario para que la vida exista en todas sus formas, incluida la de los seres humanos. Por un largo tiempo los filósofos se esforzaron para encontrar el principio inicial de todo lo que existe. La religión católica sacrifico la vida en dogmas y trató de clavar para de una vez y para siempre la vida en el signo de la cruz. Todo esto fue demasiado para la vida que es dinámica y nunca se detiene ante diques y moldes que tratan de congelar su movimiento huidizo. Cosa imposible y que tanto espanto les da a los conservadores y moralistas.
Ahora bien, si en este punto del Universo se pudo generar la vida sin ninguna intervención divina, es, posible que sin importar la destrucción de la Tierra o del Universo, la vida pueda resurgir nuevamente. Aquí están todos los elementos que hicieron posible la vida y no serán destruido sino solo transformados en sus componentes básicos. Quizá no seamos los primeros y los únicos que vivimos en los diversos Universos ni los últimos. En efecto, si no es, una cosa divina la vida, es de esperarse que esta pueda surgir mediante la combinación de todos los elementos que la permitan y por las mismas leyes de la física.
Por lo pronto, quitémosle los elementos dogmáticos de toda religión que no ha salvado ni una sola alma (una invención ficticia de la teología) pero los religiosos han matado a millones de seres humanos en nombre de sus dioses, es decir, sin verdadera razon alguna. Veamos, vivamos con mas serenidad esto que se llama vida y que al pronto se me hace una maravilla poder presenciar la grandeza, tanto del cosmos como del microcosmos y poder develar sus misterios.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

NESO Y LA VENGANZA


En la vida se dan hechos que son sumamente engañosos, debido a los personajes que los conciben, los preparan y ejecutan con ulteriores efectos nocivos. Tal es el caso de Neso, un centauro que tenia como encargo trasladar de orilla a orilla la esposa de Hércules. A mitad del camino Neso quiso violar a Deyanira y como castigo fue muerto por una flecha envenenada con la sangre de la Hidra. En la agonía el centauro ya con la sangre infectada y como venganza en plena agonía, le entregó a la mujer un poco de su sangre, diciéndole que la usara como pócima de amor en caso de que Hércules dejara de quererla. Tiempo después movida por los celos Deyanira le entrega una camisa impregnada con la sangre de Neso a uno de los soldados de Hércules para una ceremonia. Al ponerse la prenda el veneno de la Hidra lo invadió y le produjo dolores insoportables y al final fue quemado en una pira para terminar con su terrible tormento.

    De la misma manera a los panistas se les encargó la transición hacia la democracia, fallaron totalmente. Sufrieron el castigo de la expulsión del poder. En los últimos momentos de su terrible agonía a través de los dos centauros azules con la idea de la dulce venganza futura en contra del pueblo mexicano, hacen la entrega de la nueva sangre del nuevo partido, antes oficial, diciendo que en caso de que la democracia falle, se use dicha sangre para remediar todo mal. Aquí es, donde el pueblo no se debe dejar engañar y rechazar toda solución mágica a sus problemas nacionales. 


Ambos centauros azules actúan movidos por deseo torcido de venganza en contra del pueblo mexicano que, en solo dos sexenios se dio plena cuenta de lo dañino que era tratar con aparentes ejecutores de la voluntad popular. Tal como Neso, los dos que hacen entrega de esta sangre envenenada al pueblo mexicano, han fingido, el primero ser confiable, el segundo no solo no es, confiable sino lleva ya la culpa de haber iniciado una guerra, dice él, a tontas y locas, sin tener un plan acorde al tamaño de los problemas. A puro balazo quiso solucionar las cosas y solo logró un baño de sangre. Con todo, lo mas grave es, que ambos personajes son perjudiciales por el veneno que dejan inyectado en su momento de agonía. Fingieron ser demócratas y resultó lo contrario.


Al creerse iluminados y querer implantar su Humanismo cristiano con todo el fanatismo que les fue posible, solo lograron que el pueblo los rechazara. No pudiendo soportar que la nación se diera cuenta de su histrionismo mal ejecutado desean como todo vengativo hacer el mayor daño posible después de muertos.


Los primeros seis años se pueden resumir como excesiva locura infantil dañina y los restantes seis como una rabiosa megalomanía y fanatismo teológico mortales.

domingo, 2 de septiembre de 2012

SOBERANÍA POPULAR VERSUS LEGALIDAD



Diversos partidos, el Consejo del Episcopado Mexicano, periodistas, beneficiados por el sistema  y muchos ciudadanos aseveran que se debe aceptar por todos, los resultados de las elecciones del pasado uno de julio de dos mil doce.  Eso seria en caso de que dichas elecciones hubieran sido transparentes, limpias, legales y sin duda sobre los procedimientos no solo legales sino en los hechos reales. No fue así.  Si en la realidad se compraron voluntades particulares en cantidades que hacen ver claramente que esto es inaceptable, la pregunta surge inmediatamente: ¿Cuál es la base o principio sobre la cual deberá el pueblo mexicano fundar su claro deseo de cambiar esta realidad inaceptable?.
Por un lado se han agotado todos los recursos legales electorales respecto a las elecciones en cita y los ganadores legalmente exigen de mil maneras se cumpla la ley. A todas luces se estaría  violentando el Estado de Derecho y eso seria contrario también a los intereses de los demás mexicanos.
Ahora bien, existe un principio que nunca se agota y esta por encima de cualquier legalidad, aun por las leyes constitucionales y por ende las leyes secundarias. Este principio loes la soberanía nacional. Todo Estado para constituirse tiene necesidad primara y anterior de constituirse como una nación soberana que pueda auto determinarse, es decir, constituirse como única voluntad soberana y darse leyes. He ahí la importancia del Congreso Constituyente que crea las leyes supremas. Véase bien que de esa voluntad soberana emanan las leyes fundamentales y los órganos que harán funcionar a ese Estado. Después viene la creación de las instituciones que son generadas a partir de la norma de normas: la Constitución General o Carta Magna.
Esa soberanía popular creo la actual Constitución y tuvo la atingencia de plasmar ese principio fundamental llamado soberanía nacional. Así tal cual lo señala categóricamente el artículo 39 de nuestra Constitución General.

ARTICULO 39. LA SOBERANIA NACIONAL RESIDE ESENCIAL Y ORIGINARIAMENTE EN EL PUEBLO. TODO PODER PUBLICO DIMANA DEL PUEBLO Y SE INSTITUYE PARA BENEFICIO DE ESTE. EL PUEBLO TIENE EN TODO TIEMPO EL INALIENABLE DERECHO DE ALTERAR O MODIFICAR LA FORMA DE SU GOBIERNO.

Si el poder se instituye para beneficio del pueblo se colige claramente que muchas cosas están mal ya que en el caso concreto de nosotros los mexicanos, el beneficio solo ha sido para pocas personas físicas y morales, tanto nacionales como extranjeras. En este contexto y sobre los hechos de que estas elecciones que aquí nos ocupan no fueron en beneficio del pueblo sino por el contrario en detrimento de este, se debe alterar o cambiar, ya sea, el gobierno mismo o la forma misma. El texto constitucional no admite otra interpretación. En cuanto a que no se probó legalmente que las elecciones fueron conforme a las leyes expedidas con anterioridad y mediante el procedimiento correspondiente, se debe decir que, eso no es óbice para llegar a la convicción plena de que estas fueron tan desaseadas que no traerán cosas buenas a la nación mexicana. Aunado a lo anterior, véase que el texto constitucional no exige condición alguna para que el pueblo soberano altere o cambie la forma de gobierno. Es, a mi parecer atinado ya que exigir algún requisito seria poner por encima una condición a la voluntad soberana y esta dejaría de serlo y pasaría a ser un poder nulificado.

Por lo ya evidenciado en líneas anteriores, sostengo que tales leyes quedan anuladas ante la soberanía popular. Ninguna ley puede sostenerse por encima de la voluntad soberana. Mas aun, el pueblo soberano tiene el derecho expedito para hacer uso de la fuerza y de las armas para hacer valer su soberanía. Cierto es, que muchos mexicanos están solicitando que se acepten estos resultados y que también en ellos como parte del pueblo reside la soberanía nacional. Sin embargo, la voluntad para ser eficaz debe manifestarse plenamente y no solo a través del voto que justamente es cuestionado.

Piden los ganadores y otros actores que los partidos acepten los resultados y haya pactos. Eso seria seguir en la misma parálisis nacional. Los partidos no pueden estar nunca por encima de la nación soberana y pactar lo que casi nunca le beneficia al pueblo en general sino que le perjudica. Se ha pactado entre políticos tradicionales, ricos y empresas nacionales y extranjeras el sometimiento del pueblo mexicano, honrándole como soberano solo en la formalidad y nunca en la realidad.

Con respecto a la mayoría que aluden los beneficiados en estas elecciones se debe decir que para la verdad poco importan las cantidades. Un solo ser humano puede estar en la verdad en contra del resto del mundo. Tal ocurrió con Galileo Galilei. Él y solo él sabía con certeza científica que la tierra era uno más de los planetas que giraban alrededor del sol. Fue llevado ante la Santa Inquisición (vaya santidad), para que abjurase de tal aseveración y Galileo lo hizo. En cosa alguna las cosas cambiaron. Solo Galileo tenía la verdad. En el caso presente la mayoría a que aluden no ha sostenido la voluntad a la que aluden los ganadores. Una voluntad debe manifestarse so pena de no ser voluntad o por lo menos ineficaz y la mayoría no se ha manifestado a favor de Peña Nieto después de las elecciones. Ante esto el Tribunal Federal electoral, se ha convertido en la nuevo Tribunal Federal de la Santa Inquisición Electoral. Ha emitido comerciales donde manifiesta que defenderá la voluntad popular que llevó a los tiranos al poder. Quiere este Tribunal que los que piensan y cuestionan la forma y el fondo, se atemoricen y abjuren de sus aseveraciones contra la ilegalidad, la ilegitimidad, contra la tiranía. Quieren a toda costa sostener este sistema injusto que crea pocos multimillonarios y m decenas de millones de pobres, tantos como cincuenta. Este tribunal en desacato popular esta apoyado por el actual presidente y por el electo mas lo mas rancio del conservadurismo. ¿Qué farsa es esta?.


Ahora bien, muchos aluden a que Andrés Manuel López Obrador es el causante de todos los males presentes y lo será de los futuros. No hay tal, será en todo caso la vía más amplia y vistosa por donde se expresa el deseo de democracia pero nunca será el fin. El único fin en este contexto lo es, la democratización del poder político. Ese poder escamoteado al pueblo soberano.

No se puede minimizar que el pueblo activo en uso de su soberanía se ha venido manifestando en contra de la elección del presidente de la Republica y de las decisiones de las instituciones y en no poca cantidad y calidad. Tratar de minimizar al pueblo es ponerse en su contra. El pueblo mexicano hasta ahora ha actuado con base en su soberanía, con legalidad e inteligencia. No hemos visto apoyo alguno hacia quien dice gano legal y limpiamente las elecciones presidenciales.

Reitero que este movimiento democrático no tiene como fin el de quitar a un ser humano del poder y poner a otro. No se trata de personas en particular sino de la voluntad soberana persiguiendo uno de sus fines. En este caso, la democratización del poder, es decir, que el que los gobierne sea no solo legal sino legítimo y sin duda de que el mismo no llegó al poder por medio de subterfugios no ilegales pero inaceptables por ser contrarios al interés nacional.

En este movimiento no se paga a los manifestantes, estos lo hacen por plena consciencia de que estas elecciones fueron y son tan desaseadas que no se pueden contribuir en cosa alguna al pueblo mexicano y a la democracia. Se lucha por cosas generales y justas y no por personas en particular.   

Si la voluntad soberana no se hubiera manifestado en contra del imperio español, contra la iglesia católica o el gobierno dictatorial de Porfirio Díaz, la nación mexicana seguiría en cualquiera de estos estadios sin esperanza alguna de libertarse. Finalmente los que aseguran que la nación mexicana no se ha manifestado en contra de Enrique Peña Nieto y por lo tanto, no hay tal voluntad soberana, les contestó que nunca en la historia mundial la voluntad soberana se ha manifestado al inicio de todo cambio de manera mayoritaria, general, clara y contundente. Eso se ha logrado con el paso del tiempo y cuando se ve claramente que la lucha es justa y por el beneficio común.

LA DOXA (OPINIÓN VULGAR) COMO FORJADORA DE LA VERDAD






Critica a la nota periodística de Román Revueltas Retes. Periódico Milenio.  02/09/12.

Llamo ignorante a quien sin saber de la materia que trata interviene con tal descuido de pericia e intelectual que ya en si es dañina su intervención en el asunto, debido a su falta de claridad y distinción en el tema. Esto se agrava si hace pública su ignorancia y llama a otros a seguirlo en sus conceptos, ideas, opiniones. Tal es el caso de Román Revueltas Retes, quien cree que esta capacitado para tratar temas constitucionales basados en la Filosofía Política. En concreto trata el tema de la Soberanía Popular de una manera tan desacertada que tal parece que no hay el mínimo tratado, ensayo, la mínima teoría que indiquen que es, ese súper poder y como es su existencia y cual su teleología y a quien corresponde el dominio.
No voy a refutarlo línea a línea porque eso seria ocioso. Solo le señalaré su error primario y de fondo y con eso su tema queda sin materia. Desde los griegos se sabe ya que hay diversos grados de conocer, cosa que desconoce Román Revueltas Retes, y esa es una de las causa por las que se lanza al mundo con su doxa (opinión vulgar) a tratar temas de ciencia del Derecho y de Filosofía. Solo aquellos que se contentan con el conocimiento mas bajo coinciden con él. Veamos pues que dice este.
Asegura que “Los ciudadanos no somos borregos. Pero, confrontados a la realidad de que las autoridades, y no nosotros directamente, son quienes administran la cosa pública, debemos de tener la suficiente confianza en las instituciones como para ceder una buena parte de nuestra soberanía”, 

Es evidente que son las autoridades quienes administran la res pública, sin embargo las administran bajo atribuciones delegadas y no por si, son meros administradores que deben rendir cuentas y que en el caso concreto de nuestra actual vida nacional no ocurre. La confianza que mendiga para las instituciones debe ser ganada por las mismas a través de sus actuaciones conforme la voluntad popular y no por méritos ficticios y ruegos infantiles. Dice Román Revueltas “debemos tener la suficiente confianza en las instituciones”, el mismo reconoce que no existe esa confianza en dichas instituciones y sabemos las razones. Revueltas al decir debemos esta en el deber ser y no en el ser, es decir en una cosa ideal y posible pero inexistente.
Pero lo que no tiene desperdicio para los que se están formando intelectualmente en el Derecho y la Filosofía es la aseveración de que los mexicanos en virtud de que debemos tener suficiente confianza debemos ceder “una buena parte de nuestra soberanía”. No aclara que parte de la soberanía debemos ceder; si es la individual, en lo político no existe se pierde desde que se vive en sociedad. Precisamente pensadores como Locke Hobbes, Rousseau y muchos más ya habían estudiado y publicado, obras en las cuales hacen mención de que al pasar los seres humanos a vivir en sociedad pierden esa soberanía que en estado de naturaleza tenían.
Ahora bien, si Román Revueltas, pide que cedamos una parte de nuestra soberanía nacional a las instituciones que ejercen la administración de la cosa pública, debe primero precisar a que instituciones se refiere. Lo anterior, dado a que el Estado mexicano esta conformado fundamentalmente  por tres Órganos (Legislativo, Ejecutivo y Judicial), que no instituciones, que ejercen la soberanía de una manera delegada a través de atribuciones y el pueblo nunca le cede su potestad soberana a los órganos menos a las instituciones. Eso seria la cosa más absurda ya que el pueblo dejaría de ser soberano y no tendría el principio fundamental para cambiar su forma de gobierno. Dice categóricamente el Artículo 39 constitucional.

Artículo 39 La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.

Súmesele que la soberanía popular es inalienable, es decir, no se puede ceder, transmitir o perder y además es imprescriptible, es decir que de manera ilimitada en el tiempo el pueblo tiene su soberanía de manera ininterrumpida y sin importar el tiempo que pase esta seguirá bajo su pleno dominio.
Lo que nos pide Román Revuelta Retes es una insensatez y comprendo que es por su falta de pericia en el tema. Lo que no le perdono es que quiera hacer precisamente lo que niega categóricamente “Los ciudadanos no somos borregos”. Con esta nota periodística, precisamente quiere hacer rebaño a los mexicanos para que sigamos los dictados de las instituciones como borregos.

Víctor Hugo Míaz Serrano

sábado, 1 de septiembre de 2012

SOBERANIA POPULAR ACTIVA


I

LA PERSUASIÓN COMO MEDIO DE CONVENCIMIENTO Y DE  CONTROL

El Tribunal Federal Electoral dictó sentencia inapelable y los priistas en voz de Pedro Joaquín Coldwell, han inmediatamente dicho que los partidos y en especial los de izquierda acepten dichas sentencia. A esto se han sumado la Conferencia del Episcopado  Mexicano así como medios y periodistas incondicionales al sistema. Del Partido Acción Nacional no se podía esperar otra cosa que la suma al pensamiento de los priistas. Ahora bien si vemos el panorama parece ser que no hay forma alguna de poder transitar hacia la democratización del poder publico, y digo democratización y que no la desaparición de las instituciones debido a que se necesita de estas para el buen funcionamiento del Estado, cosa que bien vista no solo es posible sino necesaria. En efecto, hago notar que existen los elementos necesarios para la democratización del poder público.

Primero, existen desde antes del dos mil, generaciones de mexicanos que ya no crecieron bajo el sistema presidencial priistas y por ende, tienen una ideología e identificación con las formas democráticas. El cambio del gobierno priista en el gobierno federal es producto de variados factores pero, esencialmente del voto de generaciones de mexicanos conscientes de que el sistema presidencial priista era todo menos democrático. Décadas de horrenda tiranía deberían terminar y parecía que los panistas traerían un poco de democracia transitiva para consolidad la democracia. Sin embargo, estos conservadores inmediatamente hicieron suyas las prácticas priistas hasta confundirse con el viejo régimen, tanto en el rubro anti-axiológico como en lo ontológico, antivalores y el ser de dos partidos se volvió unidad. Más aun, en muchos rubros superaron a los priistas en cinismo y voracidad por el erario y los puestos públicos.

Segundo, existe una conciencia democrática que se ha transformado en acción, es decir, hay una praxis del ejercicio de la voluntad soberana. Desde siempre ha habido corrientes de pensamientos libres que han pugnado por la democratización del poder político e implantar nuevos valores a la vida nacional que redunden en beneficio del pueblo en general. Estas corrientes ahora se han visto fortalecidas, renovadas y vivificadas por las generaciones de jóvenes que han aprehendido nuevas formas de hacer política y que han ido a la acción con toda una nueva visión del ejercicio del poder. Se han vuelto hacia la híper-post-modernidad sin abandonar la axiología propia y benéfica en casi todos los ámbitos de la vida pública.

Tercero, estos movimientos renovados y renovadores han encontrado amplias vías de comunicación en las redes sociales que no solo sirven para la comunicación entre personas en temas triviales sino para la organización de las acciones a tomar en contra de todo ese poder cuadripléjico en donde desesperadamente se mueven los políticos conservadores así como los medios de comunicación tradicionales y al servicio de los gobernantes en turno.

Es de esperarse que la sociedad en general y los jóvenes en concreto puedan superar este estadio previo a la democratización del poder político primero y después de todos los ámbitos de la vida nacional mexicana, sepultando a este viejo e inoperante sistema y que solo beneficia a unos pocos mexicanos privilegiados por la corrupción y la impunidad.

Bien vistas las acciones y la retorica de los priistas y demás actores afines al status quo, utilizan la persuasión como forma de convencimiento y de control. Solo aquellos mexicanos que no tienen la mínima consciencia de la realidad profunda de este sistema injusto, solicitan que los mexicanos conscientes dejen de luchar en contra de quienes quieren tiranizar al pueblo mexicano, es decir, quieren que el soberano siga siendo siervo acrítico. Eso seria un grave error. Los mexicanos conscientes deben luchar hasta cambiar este lastimoso estado de la vida nacional. El gobierno puede parecer solido tal y como era percibido el de Porfirio Díaz que al final resultó ser tan endeble como su mismo símbolo, el viejo general.  

II

LAS INSTITUCIONES MEXICANAS COMO GENERADORAS DE LA PARÁLISIS NACIONAL

Ahora bien, dentro del Estado mexicano están las instituciones electorales que en teoría están para darle cause a los procesos en donde se eligen  los funcionarios públicos que ejercerán la soberanía nacional, que, para fatalidad nuestra la han dividido en tres soberanías (Legislativa, ejecutiva y Judicial). Es evidente que las instituciones transitan en un marco jurídico demasiado estrecho en donde los cambios políticos no pueden darse debido a que están al servicio del propio gobierno en turno y no a favor del pueblo soberano (soberano en la formalidad no en la práctica). Aquí tenemos por lo pronto la causa del por que no se pueden esperar cambios políticos a través de las instituciones electorales. En el caso presente del Tribunal Federal electoral que responde a intereses particulares y de partido y no al pueblo.

En consecuencia le compete al pueblo soberano cambiar su forma de gobierno (articulo 39 constitucional), ya que es el soberano y solo da a los gobernantes las atribuciones para el funcionamientos de los órganos del Estado no así la potestad soberana. En efecto, nunca el pueblo da su voluntad soberana a los gobernantes ya que esta es inalienable (no se puede ceder, dar o traspasar el dominio) e imprescriptible (Es decir que el derecho de ejercer la voluntad soberana nunca la puede perder el pueblo). Aquí se puede contrastar que la sociedad tiene la necesidad del dinamismo en todo momento aunque no en todo momento el pueblo ejerza con acciones ese dinamismo. Por el contrario, las instituciones al ser parte del Estado tienen casi una vida paralitica que no les permite ir a la par del dinamismo social. Este divorcio entre instituciones y sociedad se ve en todo momento de la vida nacional. Es por ello que no se pueden esperar los cambios desde las instituciones sino solo desde la sociedad.

Ahora bien, la voluntad soberana es una y solo una y no tres o treinta y cuatro como falsamente se afirma en nuestra Constitución General y en concreto en al artículo 41 (ejecutivo, Legislativo y Judicial), ni tampoco los estados integrantes pueden ser soberanos como se asevera en el artículo 40 de nuestra Carta Magna. Sobre estas ficciones ha transitado la vida nacional multiplicándose los soberanos falsamente en detrimento del verdadero soberano: el pueblo. Esta Constitución se debe depurar de las malas leyes que allí están plasmadas y que solo benefician a la clase burguesa y política. Bien volvamos a la voluntad soberana. Para beneficio de los burgueses, políticos y gobernantes se asevera que la voluntad soberana tiene sus límites en la representación según el artículo 40 constitucional y que todo lo que hagan los políticos en el ejercicio de sus cargos de elección popular debe pasar como actos del pueblo debido a esa representación soberana. Esto es a todas luces falso, porque tal y como se colige de manera justa, el pueblo nunca otorga su potestad soberana a los gobernantes sino solo les da los atributos para ejercer el gobierno, es decir son meros administradores del erario y bienes públicos (Órgano Administrativo), simples impartidores de justicia (Órgano Judicial) o simples hacedores de leyes (Órgano Legislativo). Con simples quiero significar que están por debajo de la categoría del pueblo soberano sin que esto les quite la importancia a los tres órganos para ejercer eficazmente sus atribuciones por mandato del pueblo.

Así pues, llego a la conclusión de que la voluntad soberana es una pero su ejercicio no se da de manera espontanea, uniforme ni general. Si esto fuera así en todo momento se estaría en constantes convulsiones nacionales y no seria posible la vida pacifica en sociedad alguna. Veamos pues como es posible que el pueblo ejerza su soberanía para el bien o el mal común. Hay una voluntad soberana general que es de todo el pueblo mexicano. En el ejercicio de la soberanía esta puede ser activa y criticar al gobierno para delimitar el alcance del ejercicio del poder político y tratar de realizar los cambios cuando son necesarios o ser pasiva y aceptar los excesos del gobierno, limitándose a votar y yendo felizmente a seguir los dictados del gobierno en turno con lo que se anula también la voluntad soberana activa. Es pues necesario que la sociedad en su conjunto no se deje engañar con la propaganda oficial que sigue incansable con su cometido de hacer que el verdadero soberano, el pueblo, no mande sino solo vote y tenga por propio lo que no ha pactado y menos otorgado: su voluntad soberana. En efecto, no se puede concebir que cada candidato al gobierno tenga una plataforma de campaña y el pueblo acepte, según sea el caso y grado, dicha plataforma y promesas de campaña y en ya en el ejercicio de la administración o los otros dos rubros se haga la santa voluntad personal o de partido en detrimento de la población en general y queden impunes dichos embusteros.

Es por las motivaciones anteriores que los ciudadanos conscientes deben ejercer la soberanía activa hasta que se logre el consenso general de que la soberanía popular no debe ni puede estar  por debajo de las leyes, por mas constitucionales que estas sean y debe, el pueblo, de manera directa de hacer los cambios que considere pertinentes aun a través del uso de la fuerza cuando los gobernantes no estén dispuestos a ceder en sus pretensiones tiránicas o contrarias al poder soberano, ya que si el soberano no pudiera recurrir al uso de la fuerza para impedir que le sea escamoteado esa soberanía inalienable e imprescriptible, estaría a merced de auténticos lobos insaciables que no dudarían en someter al soberano a sus caprichos, tal y como ha venido ocurriendo en la especie.

Ahora bien, los cambios profundos en política como en la vida ya he dicho no se han hecho con el consenso espontaneo y general de todo un pueblo empiezan con ideas revolucionarias y ya después cunde la fuerza de esas ideas cuando estas son generales y en beneficio del bien común. Esa es la clave que hasta ahora no han querido tocar los burgueses ni políticos y menos los gobernantes.

Convengamos entonces que por encima del pueblo soberano no puede haber leyes que lo limiten de manera absoluta, ya que de aceptarse y permitirse tal cosa la voluntad soberana quedaría anulada en su detrimento. Sea esto un principio.

III

REFUNDACION O REFORMA DEL ESTADO MEXICANO A TRAVES DE CAMBIO DE CONCEPTOS Y DE LEYES JUSTAS.

Tal como he dejado en claro la Constitución General de la Republica tiene sus claros errores conceptuales que se traducen en diques para la vida democrática y es por lo mismo que se debe cambiar en todo aquello en cuanto se oponga a la voluntad soberana del pueblo y al bien común de todos los mexicanos. Aquí se debe pensar en la refundación del Estado mexicano a través de la creación de una nueva constitución o la reforma del Estado mexicano por medio de la reforma de la Carta Magna. Insisto que esto se debe hacer con la participación fundamental del pueblo soberano y no solo con las propuestas de los partidos políticos que hasta ahora se han visto impotentes para hacerlo. En caso contrario se pondrán leyes que den todos los derechos formales a los ciudadanos pero que en la realidad serán inalcanzables, creando así la injusticia en todos los ámbitos: político, social, económico, de seguridad publica, de educación, alimentación, de vivienda y demás. Es de verse como se han creado a través de leyes aparentemente benéficas instituciones, fideicomisos, institutos y demás organismos públicos que solo sirven para que los gobernantes en turno junto con sus incondicionales (hombres y mujeres de partido), arribistas, pillos de toda clase y políticos se hagan ricos como compensación a su sacrificio por el pueblo. Así lo aseveran en cada tribuna, periódico o medio de comunicación en donde pueden lanzar sus discursos.

Seria muy bueno que el pueblo tuviera iniciativas de leyes directas para que los delitos cometidos por funcionarios públicos y políticos fueran graves a partir de determinadas condiciones tales como la preparación de delitos con agravantes, gastos excesivos, cobro de porcentajes por la obra publica o mala calidad de esta, fraude al erario, colusión con el crimen organizado,  protección a la delincuencia, enriquecimiento indebido de él o de sus familiares o prestanombres, mal uso de los recursos públicos en todas sus modalidades y todos aquellos que los peritos en la materia ayuden a determinar al pueblo. Es menester que se ponga como principio que el pueblo soberano pueda ejercer su soberanía de manera directa sin oposición de autoridad alguna en los casos que se determine.

IV

INICIO DE LA PARTICIPACION ACTIVA DE LOS CIUDADANOS EN LA COSA PUBLICA

Dentro de las reformas indispensables e inaplazables están la de la rendición de cuentas. No hay forma ni los medios para hacer que un funcionario público haga la rendición concreta de su cargo público. Todo son generalidades y secrecías impenetrables del ejercicio público del poder sin reclamo alguno. Lo que se traduce en impunidad oficial para todo lo publico y solo de vez en vez cuando algún funcionario con el mayor descaro cae en la desgracia los políticos lo sacrifican de tal suerte que no hay una exigencia de rendición de cuentas general a los demás funcionarios o políticos.

Bien podría empezarse por crear organismos ciudadanos bien controlados por el pueblo que vigilen y fiscalicen los tres ordenes de gobierno. Es un craso error dejar la vigilancia de la hacienda municipal a un organismo que depende del presidente municipal tal y como lo es, la Contraloría Municipal; en el caso de los estados hace esta función un organismo que depende del gobernador. Pongo como ejemplo el caso de Puebla donde la SEDECAP (Secretaria de Desarrollo, Evaluación y Control de la Administración Publica) vigila y fiscaliza las acciones del propio gobernador, finalmente al gobierno federal tiene la Auditoria Federal de Fiscalización que depende del presidente en turno. Es inútil que se hagan protestas a lo que asevero cuando se ha visto hasta el cansancio como la inmensa mayoría de los funcionarios públicos y políticos se hacen ricos de maneras escandalosas.

En este contexto se encuentra el pueblo soberano de México. Esta es su hora de hacer valer esa voluntad soberana en contra de todos los gobernantes que han creído haber recibido la potestad soberana y han hecho de su voluntad personal voluntad popular de manera simulada. Ahora bien, queda claro que la legalidad esgrimida por los gobernantes ya sea en ejercicio o electos es insuficiente para lograr que la voluntad soberana se encamine hacia la democratización del poder público. En consecuencia la sociedad mexicana debe hacer uso de su soberanía de manera directa par transitar de gobiernos voluntariosos a la democracia en donde todos, empezando por los gobernantes y políticos se sujeten a la voluntad soberana y democrática, donde el bien común sea el sello distintivo, en donde el ciudadano sea un elemento activo de la vida nacional y no un simple votante y observador pasivo de la cosa publica.