VIVA EL PAN PARTIDO
REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL
Acabamos
de ver al Partido Revolucionario Institucional (PRI) bajar un escalón más hacia
su extinción al hacer un lado a su propia candidata Beatriz Paredes; esto sin
la mínima decencia. Ese desdén frio y venenoso se vio reflejado en las lágrimas
de Xóchitl Gálvez. Mujer no muy inteligente, a pesar de su profesión, pero que,
sintió el doloroso proceso de desechar a su contrincante de una manera indigna.
Ahora todos, dicen, van unidos con la panista de facto, a ganar las elecciones
presidenciales en el 2024. Esta unión del Partido Revolucionario Institucional
(PRI), del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido de la Revolución Democrática
(PRD) junto con su líder Claudio X González no es por la democracia sino por
mantener a estos tres institutos políticos como agencias de colocaciones de sus
cúpulas partidistas; es por tratar de regresar los viejos privilegios a políticos
como el expresidente Vicente Fox y toda la larga lista de corruptos. Eso lo
saben los ciudadanos, los votantes.
Las
cúpulas de PRIANRD, están a corraladas. No hallan el camino de regreso. Se
juegan el todo por el todo en cada elección y hasta ahora han perdido de manera
clara. ¿Qué efectos tendrá el apoyo del PRI hacia la candidata del PAN en el
pueblo, en los ciudadanos, pero en especial sobre los votantes?. ¿Cómo
asimilaran los viejos priistas esta nueva realidad de ir a la guerra con una
candidata que no les pertenece naturalmente?.
El
Neoliberalismo exige y ha moldeado a mexicanos independientes se quiera o no.
Son los individuos los que deben tomar decisiones por sí mismos en todos los
hechos y actos de su vida y eso pasó en las elecciones presidenciales del 2018.
El resultado fue un desastre para los ahora partidos de oposición, entonces en
el poder. ¿Calcularon el factor ciudadano los partidos de oposición o ni
siquiera lo han visto?.
Antaño,
durante el poderío hegemónico del PRI había ciudadanos pasivos que votaban por
consigna a sabiendas de estar representando una farsa, una simulación pues se sabía quién iba a ganar. Esa dependencia se fue desvaneciendo con cada elección desde
la imposición del Neoliberalismo (1984). Se le fueron quitando todos los
derechos ya alcanzados hasta entonces, a favor de los ciudadanos como
pensiones, derechos laborales, agrarios, de vivienda y se dejó a los ciudadanos
desnudos jurídica, social, artística y económicamente para que, con sus propios
esfuerzos lograran los bienes y servicios que requirieran y nació un tipo nuevo
de mexicano: el mexicano liberado. Bajo estas condiciones los mexicanos votaron
en las presidenciales del 2018 y con ello botaron del poder a todo el viejo régimen.
La
oposición ha centrado su batalla permanente contra el presidente Andrés Manuel López
Obrador y el partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), sin
preocuparse realmente por sumar ciudadanos. Eso que llaman ciudadanos de oposición
son en realidad militantes de sus partidos disfrazados de ciudadanos. Siendo el
factor principal los ciudadanos a la hora buena de votar los han despreciado,
insultado, minimizado y eso es un craso error. Sin votantes adiós esperanzas.
Muchos
militantes priistas seguirán en el campo de batalla, pero muchos abandonaran
una guerra que no es la suya. La traición que les han jugado sus dirigentes es
de no creerse. Al principio parece un chiste, pero después se ve en toda su
realidad. Con esto no ganan los ciudadanos ni siquiera los militantes del PRI o
del PRD, ganan las cúpulas. Estos errores políticos tendrán como efecto más decadencia en este Frente Amplio por México. Al cerrarle las puertas a los
ciudadanos, a los votantes, han cerrado las puertas a la democracia y abierto
las puertas al desastre, su desastre. Siendo los ciudadanos, los votantes el
eje central de la democracia, del triunfo en las elecciones han actuado
torpemente. Xóchitl Gálvez nunca podrá ganarse a los verdaderos descendientes
de los pueblos originarios ni a los votantes necesarios para triunfar en las próximas
elecciones presidenciales. La fiesta del Frente Amplio por México porque los
mexicanos vuelvan a ponerse las cadenas no se ha extendido ni se extenderá sobre
ciudadanos libres, sobre votantes con conciencia.