domingo, 12 de febrero de 2023

TIEMPOS DE CRISIS EN EL ARTE MUSICAL

 

TIEMPOS DE CRISIS EN EL ARTE MUSICAL

 

Navegamos en un océano proceloso como navegantes que, maduran a golpes de realidad. Son tiempos de crisis. Se padecen las épocas, pero se entienden poco. Vendrán historiadores, antropólogos, psicoanalistas y demás profesionistas a estudiar nuestras épocas para tratar de saber cómo éramos, como vivíamos, como pensábamos y como naufragamos o llegamos a buen puerto o si nos perdimos en aguas interminables. Les dejaremos todos los registros digitales como pistas a seguir en sus largas investigaciones. Les dejaremos huesos, obras materiales y el arte musical.

 

Precisamente el arte musical es la punta de lanza de cada época. Se deben seguir las huellas de la música para llegar a las entrañas de los pueblos. Un viaje en el espacio/tiempo nos lleva a la implementación del neoliberalismo en el Estado mexicano. Las mujeres, inevitablemente, entraron al mercado laboral en definitiva y con toda la fuerza. Esto habría de modificar radicalmente la vida de todo el pueblo mexicano. Décadas después las consecuencias estaban por todas partes. El arte musical fue monopolizado por los narcocorridos. Se puso de moda este tipo de ser. Por doquier corrió este arte hasta coronarse en las clases sociales altas. Que conductas tan estrambóticas nos dejó esta pequeña, pero dañina época de machismo violento y letal. Sin embargo, esa fiebre casi nos embargó a todos: gobierno, artistas, empresarios musicales y pueblo. Todos fuimos corresponsables.

 

En el seno de las familias los hijos crecían educados o moldeados por este gusto artísticos transmitido por las televisoras, la radio con su consiguiente venta en mercados populares y no populares. Las muertes violentas se normalizaron al punto de la insensibilidad del pueblo. La tecnología llenó los huecos dejados por el abandono de los padres para con los hijos. Este tipo de decadencia no ha parado y ha extendido sus tentáculos hasta el mismo Hollywood y La Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación de Los Estados Unidos de Norteamérica. Industrias del dinero antes que, del buen arte. Toda Latinoamérica mira con asombro como artistas ignorantes y bobalicones transitan alfombras rojas, reciben reconocimientos y una publicidad apabullante. La mediocridad entronada.

 

Irremediablemente, se tienen que, padecer este tipo de decadencia en tiempos de crisis global. No sé si se siga enseñando arte musical entre los jóvenes de secundaria, espero sea vigente este tipo de enseñanza pues la vamos a necesitar para salir de la oscuridad. Recuerdo, antaño se enseñaba lo básico de la música clásica y sus grandes exponentes y, a saber, usar mínimamente algún instrumento musical. Con lo cual se fomentaba, por lo menos en lo mínimo, el arte musical. Hoy, se consumen balbuceos en un desastre de música. A los jóvenes no parece importarles más que, estar a la moda del vacío decadente. Consumen y divierten con este arte hueco con el mismo fervor de los jóvenes de la segunda mitad del siglo pasado, con los Rolling Stones o los Beatles o cualquier otro tipo de artistas que hicieron época. Se comportan como si hubieran alcanzado la cima más alta del arte musical cuando han descendido a la sima del abuso de la mediocridad.

 

Claro, no son enteramente responsables pues somos los culpables, en buena medida, de su decadencia, de su vacío y abandono. Nos pagan con un reproche a la cara cada vez con sus cantos y contorsiones, con sus balbuceos y letras salidas directamente de las entrañas de sus creadores. Han invertido los paradigmas, los ejemplos a seguir. No más los valores de antaño, ni las formas intrincadas de arte musical. No más Queen sino Bad Bunny, Maluma o cualquiera que puedan sintonizar con sus manos endebles, con su educación desastrosa, con sus gustos atrofiados por falta de guía y templanza.

 

Hemos roto el dialogo y la tradición, entre generaciones, de seguir con la cadena del arte excelso en la música por un pataleo y gesticulaciones acusatorias por nuestro abandono a muchas generaciones que, tienen que, vivir y para ello les es menester construir, bien o mal, todo su entorno. Por fortuna, en todo el mundo existen guardianes del arte musical elevado y no se conforman con estos trajes harapientos. Buscan, construyen y servirán, por lo menos para paliar, este hastío, esta desviación hueca en el arte musical.


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