LA MARCHA DEL
27/11/22
La
marcha de este veintisiete de noviembre del dos mil veintidós, más allá de lo
que se ha dicho, evidenciará si la democracia de las elites económicas,
sociales y políticas ha muerto o por el contrario, el pueblo mexicano volverá al
viejo régimen priista, compartido y sostenido por el Partido Acción Nacional (PAN)
y el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Estamos ante más de noventa
años de un sistema ahotado desde mi punto de vista. El cambio casi es cantado.
Por
el momento ha triunfado la verdadera democracia (demos=pueblo y Kratos=poder),
es decir, el poder del pueblo como soberano (voluntad general), respetando a
las minorías. Claro, esto es en el discurso. Se debe pasar a los hechos, pero
por lo menos tenemos el marco general en donde estamos situados. Esta ubicación
nos permitirá ver el horizonte, ver claramente el norte y avanzar hacia lo más profundo de la democracia.
Es
preciso decir que, estas dos formas de ver la vida pública y la vida misma están
encontradas y son irreconciliables. Esto es así, por sus fines. La ahora oposición
quiere regresar al pasado y ofrece como política el viejo régimen agotado. No
entienden esta nueva realidad. Por el contrario, la llamada Cuarta Transformación
pretende la creación de uno nuevo sistema político en donde la mayoría decida
con el respeto a las minorías. Esto es fácil de decir, pero difícil de hacer. Sin
embargo, es el pueblo quien debe decidir lo que va a hacer con la república (res=cosa
y pública), o lo que es lo mismo la cosa pública que, es de todo y de ninguno en
particular.
En
perspectiva con el viejo sistema político mandaban pocos, con este se pretende
que, manden la mayoría. Esto evidentemente no le gusta a la oposición. Quiera volver
a poner al Estado mexicano a sus órdenes para poder enriquecerse a través de la
venta privatizadora de los bienes nacionales.
Ahora
bien, no se trata de excluir a ningún partido expresión de una parte de la
sociedad, a un grupo, clase social ni a uno solo de los ciudadanos. Se trata
pues de convivir de acuerdo con una Constitución Política de los Estado Unidos Mexicanos
que tenga como fundamento la democracia ya señalada que, integre a todos y no
excluya bajo los principios de legalidad, legitimidad, solidaridad, justicia
social. No debe haber una clase social que, someta a las restantes sin pagar
impuestos, se le condonen los mismos. El pueblo mexicano viviendo en una república
en donde la democracia no sea meramente representativa; donde los diputados
decidan todo en exclusiva junto con los demás órganos e instituciones de
gobierno. Debe haber una democracia directa en donde el pueblo tenga la oportunidad
de decidir sobre los bienes nacionales. Eso es lo que, está en juego más allá de
las ideologías.