LA ESTATUA DE COLÓN Y LA DESCOLONIZACIÓN
La
realidad es cambiante y eso es, lo interesante, aunque a veces reduce su
velocidad al punto de parecer estática; eso precisamente ocurrió durante el régimen
priista. Todo parecía la misma realidad. Un partido gobernando totalitariamente
con una sucesión presidencial pactada.
En
el dos mil dieciocho se produjo un cambio legal, pero todo se gestó en el seno
del mismo régimen. La moral de los mexicanos cambio y fue posible hacer un
cambio radical. Los efectos de ese cambio se siguen dando y no se sabe su duración
por el momento.
Los
conservadores les gusta la quietud de la vida, el estancamiento y las ideas
retrogradas. En especial los panistas se sienten los descendientes de los españoles
y tienen la seguridad de estar destinados a gobernar por mandato divino y el
pueblo debe obedecer sin chistar. Les gustan la vida dependiente de la Biblia,
del Génesis hasta imponer “El Reino de Dios en la Tierra”. Se sienten cruzados,
los que deben continuar la tarea de los españoles, someter al pueblo, imponer
el catolicismo a su gusto.
Que
el actual gobierno de la Ciudad de México, el corazón político, económico y
social, haya quitado la estatua de Cristóbal Colón, es un sacrilegio, sin
embargo, uno de los efectos del cambio de régimen es tomar un nuevo rumbo; es
descolonizarse hasta un cierto punto para permitir el avance. Nuevo
pensamiento, nueva realidad, nuevos símbolos que vayan acordes con la dirección
que se haya tomado. No nos debe llevar a sorpresa pues si abandonamos un régimen
totalitarista para encaminarnos hacia la democracia, en donde verdaderamente el
pueblo sea el actor principal, debemos abandonar los símbolos y los antivalores
de ese viejo sistema político. Descolonización.
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