LA DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO EN MÉXICO
El
martes siete de septiembre de dos mil veintiuno la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, emitió una resolución por medio de la cual se quitaban las sanciones
penales al aborto y esto tiene diversos significados. Todos de importancia
capital para la política y para las mujeres. Los políticos católicos han expuesto
sus criticas a este fallo. La iglesia católica también se ha pronunciado en el
mismo sentido y los creyentes han seguido a sus líderes.
En
la política es significativo debido a que, durante mucho tiempo había prevalecido
la moral católica sobre el derecho y estos es indebido. Es sabido que, hay tres
grandes campos normativos en la vida de los seres humanos: las leyes morales,
las jurídicas y las sociales. Las primeras, generalmente corresponden a las
religiones y no son sancionadas por el Estado, las segundas son la manifestación
del Estado y tienen sanciones por el poder público y las terceras rigen la vida
social.
Durante
mucho tiempo, el poder de la iglesia católica a logrado imponer leyes morales
como leyes jurídicas. Simuladamente el Estado mexicano siguió siendo un Estado
confesional; esto no seria importante si no fuera anormal para el avance del
pueblo y del Estado mexicano. La democracia es el correlato al liberalismo económico
o libre mercado, es decir, la moral debe dejar paso a la libertad de los
individuos, de los ciudadanos. Este tipo de moral ya muy vieja estorba al
avance de la economía. Y en este punto, todas las circunstancias empujan en un
solo sentido hacia la democracia, hacia la libertad y como consecuencia a la despenalización
del aborto.
La
separación del Estado laico del Estado eclesiástico iniciada por los liberales en
los años cincuenta del siglo XIX, revive. El Estado laico debe legislar
respecto a la vida publica de los gobernados y la moral debe gobernar en lo
privado. Con esto se pone a la moral en su justo ámbito y a las leyes jurídicas
en su verdadero ámbito. De lo que se trata es de tomar el Estado mexicano el camino
de la razón en lo general y dejar a la fe en los templos y vida privada.
Con
la despenalización del aborto no se elevará el numero de abortos. Por el contrario,
se hará en lo público, sin andar escondiéndose. Se evitará la doble moral y se dejará,
con justicia, a las mujeres tomar decisiones con libertad y aceptando las
consecuencias, pero sin el yugo de los hombres. Porque hay que, reconocer que,
son los sacerdotes los que pierden poder sobre las mujeres, son los hombres los
perdidosos con este fallo jurídico de la Suprema Corte de Justicia.
Por
el momento, la lucha entre liberales y conservadores ha sido ganada por los
primeros. El Estado laico gana la partida sobre el Estado religioso, la razón se
impone sobre los dogmas, sobre lo irracional. Los ciudadanos se liberan de la
moral y se posicionan en las sendas de las leyes. Claro, esto les causa horror
a los hombres porque pierden control sobre las mujeres y ese es el punto
central. En hora buena por y, para las mujeres y los hombres de buena voluntad democrática
de género.
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