sábado, 3 de abril de 2021

LA TAREA DEL PUEBLO SOBERANO

 

LA TAREA DEL PUEBLO SOBERANO

 

La libertad no es un derecho dado, sino que se debe sostener en cada momento de la vida y los mexicanos hemos tenido muy pocos momentos de libertad como pueblo. Siempre bajo el yugo de los políticos, de los tiranos, del partido único de Estado. La democracia es otro de los derechos que en contadas ocasiones hemos gozado pues está estrechamente vinculada a la libertad. En consecuencia, la soberanía preceptuada en el articulo 39 constitucional, hasta antes del 1 de julio de 2018, había sido una rareza, debiendo ser la constante.

 

Ahora bien, terminar con el viejo régimen Presidencial y totalitarista es un trabajo que no esta terminado y el cual no debe detenerse hasta tener la seguridad de estar extinto. Contra esta desaparición los partidos, ahora de oposición, luchan al haber hecho una coalición. Esta amenaza debe acicatear al pueblo para poner un mayor esfuerzo y terminar por lo menos con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática; el Partido Acción Nacional (PAN), se nutre de los grupos conservadores católicos.

 

Se esta conformando una nueva clase política con este nuevo gobierno con mezcla de los viejos políticos. Esto se debe observar con todo detenimiento pues es una mentira que muchos vayan con el propósito de imponer la libertad, la democracia y la voluntad soberana del pueblo. Van al gobierno por circunstancias menos dignas y mas personales. Muchos de estos nuevos políticos son fracasados como profesionistas, militantes que quieren vivir del presupuesto y muchos ilustres desconocidos y sin mérito alguno que les han caído las candidaturas y puestos para sus intereses propios. Verdaderos zánganos.

 

En efecto, se esta creando un nuevo régimen con viejos políticos y con una nueva camada de inexpertos, pero ambiciosos políticos. El pueblo debe tener cuidado pues en la Primera Transformación, la Independencia, el pueblo cayó bajo el yugo de los sacerdotes y militares que gobernaron; en la Segunda Transformación, la Guerra de Reforma, el pueblo volvió a caer ante la dictadura personal de Porfirio Diaz; en la Tercera Transformación, la Revolución de 1910, el pueblo fue sometido por una dictadura de un partido único de Estado, el del Partido Revolucionario Institucional.

 

En estas tres ocasiones el final el pueblo soberano le fue escamoteada esa soberanía para someterlo a toda costa a regímenes antidemocráticos y represivos. En esta Cuarta Transformación, la separación de la política y de la economía, el pueblo soberano debe tener mucho cuidado con la consolidación de este nuevo régimen y con estos políticos. El pueblo no debe dejarse determinar ni caer en el sometimiento político en aras de limitar el poder económico. Pasa por los políticos la dependencia de lo publico de lo económico. En consecuencia, el pueblo debe determinar al régimen político; a través del control de los políticos y de todos los funcionarios públicos, haciendo con esto realidad su soberanía.

 

En suma, hace falta que el pueblo pueda intervenir de manera conjunta y no únicamente a través de las votaciones. Es increíble que, siendo el pueblo soberano, en la forma, en el fondo tenga negado cualquier acceso directo cuando claramente es necesaria su intervención para solucionar los excesos de los gobernantes, políticos y funcionarios. Es claro el ejemplo de Lorenzo Córdova y los demás consejeros del Instituto Nacional Electoral; estos funcionarios responden a los partidos políticos que los imponen y no a los intereses del pueblo; llegan al extremo de ganar mas que el presidente de la república, amparándose para seguir con sus excesos y dándose una vida que no corresponde a una democracia. En este caso, no debería ser necesaria tantas controversias; debería bastar con la voluntad soberana para que, dejaran el puesto e incluso esa misma voluntad bastaría para la desaparición de ese instituto tan caro, tan improductivo y ultima trinchera del viejo régimen.

 

Un pueblo que no logre controlar a sus gobernantes, políticos y funcionarios, caerá nuevamente bajo el yugo de sus empleados y la soberanía popular será letra muerta, la libertad y la democracia ilusiones que simularan ser lo que no son.


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