¿HAY RAZAS?
El
pensamiento común de aseverar que hay razas proviene de una apropiación
conceptual de superioridad que, tiene su soporte en la nobleza que creyó y pudo
determinar categorías de razas, de nobles y plebeyos y toda una gama de
estamentos sociales. Con todo, el desarrollo de la ciencia en general ha dado
respuesta a estas preguntas y a la primera en particular.
Ya
Aristóteles había descubierto que los seres y las cosas comunes esencialmente
eran lo mismo difiriendo en lo secundario, en lo accidental. Un árbol es un
árbol y por muy diferente que se vea de los demás no deja de ser árbol. Un
perro o un caballo por diferentes que sean en color, tamaño o de cualquier soma
diferente nunca dejan de ser lo que son en los casos respectivos.
Es
muy importante que Carlos Darwin publicara su obra “El Origen de las Especies”,
pues de sus observaciones científicas concluyó que las aves que tenía en
estudio por mas que se vieran diferentes eran de la misma especie y sus
diferencias accidentales se debían a las condiciones ambientales que
condicionaban determinado diversos tipos de picos, por ejemplo, sin embargo,
pertenecían a la misma especie. Con gran tino no publicó su obra como “El
Origen de las Razas”. Y, eso tiene su merito y grandeza.
La
teoría de la relatividad de Albert Einstein nos da pauta para concluir que,
hablar de razas es una relatividad que depende desde que estamento social se ve
y que, esto es un justificativo que sostiene una superioridad conceptual y real
que, no siempre está fundamentada en la verdad.
La
ciencia nos da respuestas contundentes que, en el pasado eran imposibles y eso
hay que sopesarlo para bien. La Óptica nos muestra y demuestra que el negro y
el blanco considerados como colores es, en suma, un terrible error pues no son
tales. La superioridad de los blancos queda obsoleta, destrozada en su mismo
corazón y los hechos reales nos lo demuestran en la vida cotidiana. Los
llamados negros son más fuertes y hábiles, en general, en el box, en el futbol americano, en el
atletismo, en el beisbol y mas sensibles en la lucha de los derechos humanos.
La
idea de mestizaje tiene su base en estas ideas. Sin embargo, siendo los seres
humanos iguales en lo esencial y diversos en lo secundario o accidental pues a
ninguno se le ocurre (sin estar torcido), que los demás sean seres humanos, y
esa es una riqueza que se debe apreciar sin tapujos y disfrutar sin
concesiones. La sentencia común que dice que, los paracaídas y los cerebros no
sirven si no se abren cobra actualidad ante estas evidencias.
Los
científicos que estudian el Ácido Desoxirribonucleico (ADN), nos demuestran que
todos los seres humanos tenemos una conexión muy estrecha entre si y con los demás
seres pues provenimos de una misma causa y no hay bases para la diferenciación esencial,
quedando lo accidental como riqueza de variedad en las apariencias.
Somos
adictos enfermizos, para insultarnos, en clasificarnos de las diversas maneras
ya conocidas, y que siendo conscientes o no, esto nos estanca, pero preferimos
esto a reconocer la verdad: todos formamos una sola especie, la humana, con una
riqueza en lo accidental y común en lo esencial. ¿Se imaginan que todos
fuéramos iguales accidentalmente?. No habría riqueza ni variedad. El
determinismo impuesto sin bases es una fatalidad que se debe combatir en bien
de la especie humana.
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