martes, 1 de septiembre de 2020

EL PASADO OMINOSO Y DE VERGÜENZA

 

EL PASADO OMINOSO Y DE VERGÜENZA

 

Desde mi adolescencia no me trague el cuento de ser, en su momento, un hombre de partido. Casi todos eran hombres de partido; había que llevar de comer a la familia, pero a mí nunca me interesó. Para mí era mejor ser libre de la familia, de la Santa Madre Iglesia, de cualquier tipo de autoridades que no permitieran el sano crecimiento. Por todos lados me sentía acosado al punto de enloquecer y volverme rabioso.

 

A mis escasos diez años ya estaba cansado de ese tipo de autoridad. Esa llamada disciplina no era otra cosa que una crueldad con los ropajes de la disciplina, violencia institucionalizada por todos lados. No habría de pasar mucho tiempo para que todo aquello se terminara para mí. A los ocho años me había ido por tres días y el hambre me encamino hacia la casa paterna. A los doce me volví aventurar. Ambos intentos resultaron en desastres con sus cuotas de represión paterna. Ahora ya no importa, pero en esos momentos sirvió para llegar al pleno convencimiento de buscar la libertad.

 

A los trece años decidí intentarlo nuevamente y pasaron justo medio año para mi regreso a la casa paterna y por fortuna ya no caí en la patria potestad de mis padres; había logrado librarme de la autoridad de Dios y de mis padres. Fue agridulce pues a partir de esos momentos habría que, ir en solitario por mucho tiempo, tanto como dos décadas.

 

El ateísmo no es el salvajismo ni el satanismo sino la expresión más pura que un ser humano puede encontrar: Vivir sin Dioses, pero también sin Demonios de toda clase; es ver la realidad en su más cruda expresión. La mayoría quiere una salvación que nunca llegará y están dispuestos a matar por ello. Yo prefiero conocer lo más profundamente la realidad. Mi tesoro se compone de libertad y saber profundo hasta donde se pueda. Vivo muy modestamente en lo material en lo demás trato todos los días recolectar miel y más miel con una dureza que aleja a todos.

 

Si el precio de la libertad es vivir solo es poco precio. El régimen priista ofrecía astutamente que el pueblo participara magramente en el saqueo de lo público y la mayoría caía. No los culpo, pero si los responsabilizo de ello. Creo firmemente que debemos abandonar ese sistema perverso y nos queda un largo camino que únicamente está hecho para mujeres y hombres valerosos a toda prueba. Morir no es tan importante, algún día pasará; lo más importante es no ser como esos 93 traidores, de los cuales conozco personalmente; son despreciables, pero no nos alarmemos, así es la naturaleza humana.

 

Ahora bien, si la ahora oposición cree falsamente que va a conseguir que regresemos al anterior régimen, les tengo una mala noticia, no hay forma. No es que se quiera o no, simplemente se agotó, es inservible como cuando se crece y se casa uno. En efecto, mi posición es irreversible, deseo y por eso lucho, aunque lleguen al poder idiotas comprobados, que no volvamos al pasado. Y no vamos a volver. Me espera el Derecho, la Filosofía y la Literatura y con eso me doy por bien servido. No más PRI. Y la mayoría de las veces ni siquiera comulgo los imbéciles que se ha elegido como funcionarios públicos, están muy limitados intelectualmente, educativamente y de humanismo, pero marcha atrás nunca. Que sea lo que el Diablo pueblo quiera.  

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