domingo, 31 de mayo de 2020

HOMO SAPIENS: NUEVA MISIÓN


HOMO SAPIENS 

Los griegos acuñaron el término “Homo sapiens”, el hombre que piensa, el que sabe, el que razona y no se equivocaron del todo, pero vemos, de común, que ese ser humano (mujeres y hombres), a menudo se comporta de manera bárbara y cree que hay razas y racismo cuando en realidad son prejuicios de odio mal fundados. Ese homo sapiens no acierta en colectivo a saber, a conocer la realidad profunda y se contenta con las apariencias, la superficialidad. Eso ya sea en lo que pomposamente llamamos “Primer Mundo”, o en el “Tercer Mundo”, no hay frontera para la estulticia. Por el contrario, es la regla común. 

En Los Estados Unidos de Norteamérica un oficial de la ley mata a un afroamericano, en México se manifiestan, ambos hechos tienen de común la irracionalidad. Si vemos a los presidentes de ambos Estados como símbolos, Donal Trump, representa a lo que queda del Ku Kux Klan, esa ideología de superioridad que pretende falsamente “Volver hacer a América grande otra vez”, y esto significa “poner a los blancos al mando superior y a los demás como meros comparsas”, eso no volverá a pasar más. En México, AMLO, simboliza el rompimiento de las cadenas de un régimen totalitarista hacia lo que pretende ser una democracia; López Obrador, no es un “Mesías”, sino un símbolo popular; no fue Obrador quien destruyó el Presidencialismo, esto fue un largo proceso que tuvo y tiene y tendrá diversos actores.  Pongamos en su justa medida a cada uno de los símbolos. 

El homo sapiens está en una de sus mayores encrucijadas y al parecer carece de la suficiente materia gris que produzca ideas que lo conduzcan hacia una vida y una supervivencia acorde con la naturaleza, con su hábitat, con este planeta llamado Tierra y que es, hasta hora su único hogar donde puede vivir sorteando todos los peligros.

Hoy, los políticos no cavilan sobre el futuro de la especie humana (y quiero recalcar esto, “especie” que no razas), en la Tierra y su relación con todos y cada uno de las demás especies animales, vegetales y de todo lo contenido en el continente, la Tierra. Erróneamente el ser humano cree y se comporta como si realmente fuera la culminación de la creación divina y en ello lleva su fracaso. El ser humano como todo lo contenido en este planeta no son más que lo existente contingente no prescindible para la marcha del mundo. 

Vemos a los símbolos del horror con desdén hipócrita como si no tuviéramos los mismos elementos constitutivos el Calígula, Nerón, Mussolini, Hitler, Stanlin o Trump; como seres humanos no somos de fiar. Por eso vemos a seres humanos aliándose con otros para defenderse de otros mientras tramamos la caída de los aliados. Debemos pensar y, repensar el papel que actuará el homo sapiens en el presente cercano y futuro; si se quiere renovar el concepto de “Ser humano”, con todas sus consecuencias pues el futuro se construye aquí, hoy y nos acecha en cada rincón del mundo y en cada día. 

En lo que concierne a Los Estados Unidos de Norteamérica, la “Supremacía blanca”, el prejuicio de milenios está en plena decadencia y no representa más que, la nostalgia por lo “Que el viento se llevó”, y no volverá. En México, la decadencia del Presidencialismo significa el surgimiento de una consciencia auténticamente popular que construirá, bien o mal, un nuevo régimen y un nuevo Estado. 

Por último, sostengo que el hombre pensante debe valorarse y revalorar en el total de la especie en sus diversas manifestaciones. No es más el ser humano nacido en occidente que en oriente ni el que vive en el norte que en el sur, ni el que, mal conceptualizamos como blanco que al que vemos ópticamente como negro. Se sabe que, lo que llamamos blanco y negro ni siquiera son colores y con ello se anula cualquier supremacía que en primer y último término es pura estupidez.  Es hora de pasar hacer una profunda critica a nuestros valores, a nuestro ser y a toda la vida; aquí, allá y más acullá. Debemos asignarnos una nueva misión. 


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