lunes, 21 de abril de 2014

NEOLIBERALISMO BAJO ESTADO DE DERECHO




               
El gobierno mexicano hace todo lo posible para que la democracia no se implante en el Estado mexicano. Año tras año, trienio tras trienio, sexenio tras sexenio y elección tras elección se cometen las acciones más bajas y viles para llegar al poder sin que a los políticos les importen las consecuencias. Claro que las consecuencias son malas pero no recaen en los gobernantes y políticos sino en el pueblo. Las cúpulas de los gobernantes y políticos gozan de sueldos y prestaciones como si fueran productivos, eficientes y cuidaran los intereses generales del pueblo; no es así, están al servicio de los burgueses económicamente pudientes que les encargan el diseño de las leyes a su modo. Esto súmesele todos los delitos y excesos que a diario cometen gobernantes y políticos y se tendrá la base de la pobreza mexicana. El erario es el botín de todo político. “Vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error” decía cínicamente un priista llamado Cesar Garizurieta apodado el “Tlacuache”, ya se puede uno imaginar la razón. Y, este viejo pensamiento ruin y mezquino sigue en boga; ya vimos a los panista y perredistas y todos los demás partidos entrar a la rapiña de lo público.

Con justa razón el pueblo protesta, como respuesta material, el pueblo recibe represión cuantas veces protesta. Existe otra, la formal y que es explicación oficial y de los partidos políticos: Se debe reformar la constitución y todo el marco jurídico y abrir la economía al mercado para que a los mexicanos nos vaya bien. Esta promesa tiene por lo menos treinta años pues se remonta a inicios de los años ochenta del siglo pasado cuando se empezó a privatizar lo público. Claro que existen personas que ven claramente que esto no es más que retórica hueca.

El bienestar del pueblo mexicano no puede estar en las reformas estructurales que tanto encomian los gobernantes por muy buenas que estas sean en la formalidad ya que en la realidad son contrarias a los intereses generales del pueblo mexicano. Mientras el Estado mexicano no castigue a la clase política por todos sus delitos, excesos y desmanes no habrá forma de que al pueblo le vaya bien. De la misma manera, mientras no se implante la democracia no habrá propiamente justicia, equidad, oportunidades de empleo digno, de salud, de educación y de  todo aquello que le viene aparejado.  Esto responden los gobernantes no solo ellos saben cómo hacerlo y que el pueblo debe ponerse a trabajar y dejar en amos de los que sí saben la corrección de los males que aquejan al pueblo. Los que pensamos de manera distinta a la forma oficial y actuamos en consecuencia no nos convence por obvias razones.

Hoy por la mañana (21/04/14) en el noticiero de Carmen Aristegui, Enrique Galván dio la noticia que debe ser analizada pero que de entrada desmiente al gobierno y políticos mexicanos con relación a la economía y a la democracia.

El Estado suizo en lo económico propone que el salario mínimo por hora, es decir, el que corresponde a la mano de obra no calificada, sea de 25 dólares ($325.00 mexicanos) por hora que se traduce en 200 dólares ($2600.00 mexicanos) la jornada de ocho horas. Comparado este salario al mexicano en su mejor versión por zona es de $8.41 por hora, que por jornada laboral de ocho horas da la cantidad de $67.28.

Esto evidentemente, no se puede analizar este tema sin tomar en cuenta las diferencias existentes entre los dos Estados, el suizo y el mexicano. Sin embargo, nos hace ver claramente que es posible modificar el plan oficial y alcanzar por otros medios (eso tema implícito que ahora no trataremos), el bienestar social. ¿Qué han hecho los suizos para alcanzar tal prosperidad?, ¿Cómo lo han implementado en sus leyes?, entre otras preguntas debe ser la base de dicho estudio. Por lo pronto esto refuta no solo al gobierno mexicano sino a toda la clase política que sigue la receta de las grandes empresas trasnacionales nacionales y extranjeras.

Por si esto fuera poco, el gobierno suizo va a poner la propuesta de salario mínimo a referéndum para que el pueblo suizo opine sobre la propuesta; no obstante, que de entrada parece en beneficio del mismo pueblo. A los demócratas mexicanos esto debe parecerles absurdo, pero no lo es. La democracia bien entendida no puede basarse en cosas dadas o entendidas tal y como ocurre en México, en donde los gobernantes y políticos están acostumbrados y aferrados a que solo ellos son los que pueden pensar y tomar las decisiones fundamentales con relación a lo público.

Necesariamente, para que haya beneficios reales y generales en el pueblo mexicano, debe democratizarse el poder, en caso contrario seguiremos con las farsas y simulaciones que como hasta ahora hemos estado viviendo en lo público. Estoy seguro de que a los gobernantes y políticos mexicanos este tipo de noticias y exigencias no les cae de manera alguna bien. Pero deben de entender que nos son los dueños de lo público de manera particular sino simples empleados del Estado. De todos los políticos que he conocido pocos muy pocos tienen la capacidad para ocupar un puesto. Es menester que eleven, con mucho su nivel de política y de especialización en su ramo ya que por un largo tiempo han sido símiles de Cesar Garizurieta. Los mexicanos no vamos a cejar en que se implante una nueva forma económica y política basada en la democracia. En este punto, los mexicanos tienen la palabra. 

domingo, 20 de abril de 2014

¡VIVA MÉXICO!





Se gobierna mejor a un pueblo con ritos y tradiciones que con un Estado de Derecho, más aun el Derecho puede estar casi ausente. Quitadle o limitadle al pueblo sus tradiciones y se tendrá una pronta revolución. La cristiada es su mejor exponente. Quitadle la libertad civil y se tendrá un largo periodo de tiranía casi sin oposición. El porfirismo o el priismo son su resultado. Más aún, en cada celebración oficial, se tendrá al pueblo gritando alegremente y, a todo pulmón. ¡Viva México!. Y, eso lo confieso es, enternecedor. 



EL SUBJETIVISMO COMO REMEDIO DE LA REALIDAD





Para controlar a un pueblo por largo tiempo, fundamentalmente se necesita instituir en todo el año días de ritos, celebraciones y de derechos subjetivos que no se tornen de manera alguna en realidad objetiva. Esto se ha hecho desde hace miles de años y aun hoy, se estila dominar a los pueblos con ritos, celebraciones y derechos subjetivos revestidos de libertad. Póngase por ejemplo el calendario mexicano y al pueblo mexicano. La realidad le muestra sus desgracias y el mexicano quiere gritar y aniquilar esa fea realidad violentamente pero inmediatamente se le ofrece el remedio en forma de fiestas (ritos) y celebraciones masivas; allí, rodeado de otros tantos infelices, por fin se siente aliviado de sus desgracias. Pero regresa a casa y se encuentra el rostro de la dura realidad y entonces, es menester otro dulce trago de subjetivismo para remediar sus penas. Otra nueva celebración es necesaria y no le faltan nunca. De esta manera cuando se hacen encuestas resulta que este pueblo es inmensamente feliz aunque no tenga que comer ni esperanza solida de llegar a la plenitud. 




jueves, 17 de abril de 2014

LAS RAÍCES DEL ATEÍSMO




Se es ateo porque se es más profundo que los teólogos y rápidamente se descubren sus mil engaños sobre la vida. Sin embargo, esto sería muy simple para sostenerse por sí misma esta postura, dado a que bien se puede uno sumar a los tiranos para sorber las vidas ajenas y vivir de ellas. No, se es ateo y se mantiene uno en el ateísmo porque nuestra vida se hunde profundamente, más allá del mas allá, es decir, en el más acá, para solidarizarse humanamente con los demás seres humanos oprimidos por los teólogos. Sin esta posición ante la vida, las palabras y no solo las palabras tales como humano, amigo, justicia, verdad, hermano entre muchas otras, carecerían de sentido, de valor. La vida sería, entonces, un vacío insondable, insoportable y carecería de sentido y valor para ser querida, amada.

Explicar la vida desde lo divino es un sin sentido. Desde esta perspectiva, todo en la vida está dicho y hecho. Pero, basta con vivir un solo día para ver que en la vida y la vida ninguna cosa esta hecha y dicha, sino que por el contrario, son los seres humanos los que tienen forzosamente que hacer, bien o mal, la vida particular de cada uno. Se puede rezar y hasta hundirse el pecho con tanto golpe pero, jamás vendrá un solo dios o espíritu a solucionar problema alguno y es que la vida es problemática en todo momento y no es menester enfrentarla uno mismo, en total soledad interna y en solidaridad o colaboración fáctica. Pero la mayoría desoye este radical mandato de la vida y pone su vida en manos de teólogos que pregonan el más allá mientras trasquilan y enlodan a sus rebaños con palabras llenas de fe ciega.

Los ateos no creemos, como tampoco lo creen los teólogos,  en el más allá. La radical posición de los ateos hunde sus raíces en la vida misma, de tal suerte que, cuando se pone en peligro la misma, por los sacerdotes, es menester sacar la vida misma del lodo, es decir, oponerse con justa razón a la denigración humana. El ateísmo, no es una cosa banal sino la acción más consciente y decisiva en contra del envenenamiento de la vida.