jueves, 7 de noviembre de 2024

LA CAÍDA DEL ÚLTIMO REDUCTO IMPORTANTE DEL VIEJO RÉGIMEN

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LA CAÍDA DEL ÚLTIMO REDUCTO IMPORTANTE DEL VIEJO RÉGIMEN

 

La concepción de nuevos tipos de mexicanos es de larga data. La concepción de un nuevo régimen y de un nuevo tipo de Estado también tienen una larga historia. Y estamos aquí, viviendo ese cambio de época de una manera vertiginosa, difusa y huidiza. No bien estamos en un hecho y ya vienen otros más atropellándose y atropellándonos al punto de no poder digerir cada momento. Sin embargo, todos estos hechos tienen de común ser ataques contra lo viejo. Pero lo viejo se niega a perecer y ha dado diversas batallas en las cuales se ha ido diezmando hasta quedar en su mínima expresión.


La batalla presentada por los conservadores tuvo como escenario la Suprema corte de Justicia de la Nación. Todos los ojos estaban sobre la sesión programada para la mañana del cinco de noviembre de dos mil veinticuatro. La oposición esperaba que, los ministros, por mayoría de ocho votos, declarara inconstitucional la reforma judicial, sin embargo, el voto del ministro Alberto Pérez Dayan, en contra del proyecto del ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá, evitó el estudio de fondo y con ello quedó frustrado el intento de una crisis constitucional planeada por el mismo órgano judicial federal.


Con lo anterior, se dio fin formal y real al régimen priista. Los intelectuales afines al viejo régimen sufrieron la misma suerte. No había forma de darle marcha atrás a este cambio de época. La lucha fue larga y tortuosa, pero por fin se le dio sepultura a un sistema totalitarista dominado por los grandes empresarios, clases altas, las cúpulas sacerdotales y políticos que dominan los partidos.


El futuro es azaroso para la mayoría. La oposición sabe que, de avanzar este cambio de época, seguramente, en el 2030 el Partido Revolucionario Institucional (PRI), estará extinto y, el Partido acción Nacional (PAN) ya no tendrá con quien hacer mancuerna en lo político. El PAN en solitario no será mas que, una fuerza política testimonial, lejos del poder y eso les aterra. Están acostumbrados a no trabajar. Son adictos para obtener grandes ganancias mediante la corrupción. Eso los vuelve más osados y por eso se lanzan contra la democracia popular. Quieren su democracia de puertas cerradas donde pocos deciden la repartición de los bienes y servicios públicos. La añoranza de los días de fiesta interminable y la perdida casi total de esos privilegios los tiene excitados a grados de locura.


A pesar de todo, se inicia la construcción de un nuevo México. No esperemos milagros pues no hemos siquiera logrado cumplir con una mejor distribución de la riqueza, la igualdad ante la ley, el combate a la corrupción, la impartición de justicia entre otros pendientes que, arrastramos desde la misma independencia iniciada en 1810 y lograda en 1821. Han pasado la Guerra de Reforma y la Revolución mexicana de 1910. La primera fue la lucha contra los fueros militares y eclesiásticos; la segunda, derrumbó la dictadura personal de Porfirio Diaz, pero impuso una dictadura de partido único de Estado. Esta llamada Cuarta Transformación lucha contra esa dictadura de partido único de Estado o la “Dictadura Perfecta”, como la designó Mario Vargas Llosa.


La oposición ha desplegado toda una narrativa de terror pánico en los grandes medios de comunicación, ha contratado a expertos del derecho y analistas que fungen como expertos del futurismo para que, Biblia en manos nos pinten el Apocalipsis hacia donde se dirige el Estado mexicano. Pronostican todos los días el desastre total. El infierno en la Tierra. Son capaces de contar los relatos mas horribles si la oposición no regresa a gobernar. No dudarían en armar al pueblo si este, espantado por sus narrativas infernales, decidiera quitar a este gobierno, pero no se han dado cuenta de haber caído en un punto de quiebre sin retorno pues el pueblo llano les tiene poca credibilidad y mucho menos confianza.


Al pueblo le queda el trabajo de no ceder ni abandonar su soberanía escamoteada durante tanto tiempo. La oposición le queda un largo camino lleno de retos ideológicos, de ciencia, tecnología, sociales, culturales, políticos, filosóficos, legales y la lista es larga. Por el momento no tiene más que, tratar de recomponerse a sabiendas de su debilidad y próxima orfandad cuando desaparezca el PRI.

 

El futuro es incierto y solamente la inteligencia y la fuerza común bien aplicada podrán salvar todos los obstáculos que vayan surgiendo a lo largo del largo y sinuoso camino. Con todo, el pueblo mexicano debe buscar en sí mismo y encontrar su identidad y fuerza para navegar en aguas peligrosas y superar todo, incluso las traiciones internas. Esto podría verse como un panorama negro, insalvable, pero ningún buen marino se ha hecho en aguas tranquilas. 


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