miércoles, 10 de enero de 2024

FUTURO 2024

FUTURO 2024

 

La coalición formada por el PRI, PAN y PRD, se han lanzado al campo de batalla tal y como lo hiciera Lucio Catilina al ser descubierto y declarado enemigo de Roma. Las cúpulas de estos tres partidos saben que, no hay mañana. El campo de batalla está debidamente preparado y los bandos perfectamente definidos. Se esperaría una lucha intensa con un final de fotografía. Les tengo malas noticias. La lucha no será épica. No, no lo será. La misma Xóchitl Gálvez nunca sería un personaje épico. No le alcanza su naturaleza para llegar tan lejos, aunque ella y sus seguidores se lo imaginen. Va a perder.

 

Esta aseveración de derrota puede sonar pretenciosa, pero no hay tal. No se trata de ser vidente, charlatán o un símil. Se trata simple y sencillamente del análisis de todos los factores importantes involucrados en el devenir del Estado mexicano. El Presidencialismo mexicano fue el sistema político totalitarista creado para someter al pueblo con toda la dureza posible, salvo sus honrosas excepciones. Un sistema tal estaba hecho para durar para siempre; en el entendido que, ese para siempre tiene su vigencia. Esa vigencia fue minándose a lo largo de décadas del ejercicio del poder. Sin embargo, fueron los gobiernos Neoliberales desde 1984 hasta 2018 quienes aceleraron la decadencia del Presidencialismo. 34 años de saqueos, privatizaciones con toda la corrupcion posible, matanzas, represiones, persecuciones, asesinatos, encarcelamientos, fraudes electorales y mil pillerías más las que vaciaron de contenido al sistema político. Después de todo esto al PRIAN solo le quedaba un cascaron vacío.

 

La economía había irrumpido en nuestras vidas para cambiarlo todo, después de la caída del Muro de Berlín. El occidente se transformaba aceleradamente, pero en México el viejo régimen era incapaz de transformarse. Ese fue su talón de Aquiles. Su caída era inminente, aunque no lo pareciera. En filosofía se dice que, se busque el ser sin tener en cuenta las apariencias y eso es lo que nos mostró y demostró el 1 de julio de 2018. Ese camino hacia la extinción del viejo régimen y sus representantes el PRIANRD, es un proceso, pero las elecciones del 2021 y 2023 nos han conformado el sentido de la realidad.

 

Claro, dentro del drama de la extinción llegan personajes como Xóchitl Gálvez Ruiz y otros del mismo cuño, pensando en poder volver a fortalecer el viejo régimen priista. Es la sal ridícula, descabellada, vulgar y jocosa que, le da sabor a la extinción de toda una época. Quienes la impulsan y apoyan se aferran a la idea del triunfo. No hay tal. En descargo, de Xóchitl Gálvez, ella no será responsable y menos culpable de la derrota total. Simplemente su naturaleza estrambótica, de ocurrencias, de espectáculos y fiebre ridícula la han llevado a soñar lo imposible. Durante más de tres décadas se decidió la caída del priismo; es decir, no está en las voluntades actuales determinar o no la extinción de toda una época.

 

Esto es como predestinación de Juan Calvino. No importa lo que se haga ya Dios ha decidido quien se salvará y quien se ira al infierno. La política es, por lo pronto, una obra cómica y dramática exenta de heroísmos. Vamos a presenciar esta obra teatral y vamos a ser movidos por medio de las emociones. Lo prudente seria no caer en esa vorágine, pero la muerte de toda una época bien merece, por lo menos, el ruido, los gritos, los ridículos, las lágrimas y la nostalgia del ayer.  




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