jueves, 9 de marzo de 2023

¡MÉXICO SIEMPRE FIEL!

 

¡MÉXICO SIEMPRE FIEL!

 

Traigo al presente las palabras de Juan Pablo II pronunciadas el viernes veintiséis de enero de 1979. A los lectores les parecerá una fecha muy lejana y lo es, pero no lo suficiente para el avance de la democracia y la disminución de la violencia contra las mujeres. Se ha tipificado la muerte de las mujeres por razón de género como feminicidio. A pesar de todas las medidas políticas y jurídicas la violencia y los feminicidios no solo no disminuye, sino que aumentan. Para tratar de entender este fenómeno (Lo que se aprecia con los sentidos), se deben rastrear sus orígenes. Desde el inicio de la historia de la humanidad ya vemos a los hombres dominando en la política, en la guerra, en la familia y demás rubros de la vida. Un excelente estudio lo constituyen la obra de Fustel de Coulange, “La Ciudad Antigua”, para su consulta. Son los hombres los que, llevan el rito religioso en la India, Grecia y Roma. Las mujeres han sido excluidas. La decadencia de Roma deja paso a la religión católica.

 

El sustento para mantener a las mujeres bajo el control masculino esta inmerso en la Biblia y concretamente en el libro del Genesis. En este, se nos cuenta como Dios crea a un hombre llamado Adán ya fisiológicamente terminado a imagen y semejanza divina, pero sin su pareja correspondiente. El todopoderoso y, sabio ve a su creación aburrirse y quitarle el aburrimiento le crea una pareja hecha de una costilla de Adán. Tenemos ya la primera gran diferencia. El hombre es de origen divino, la mujer es de segundo orden y un derivado de Adán. La pareja está en el Paraíso, pero el mal acecha. El Diablo convence a Eva de comer del fruto prohibido y esto basta para que, Adán y Eva, sean expulsados del Edén con la maldición divina sobre ellos con herencia una herencia maldita para toda la humanidad. Ahora el hombre se ganará el sustento diario con su trabajo arando la tierra y la mujer pagará caro la osadía de quebrantar la voluntad divina. Hay discrepancias sobre si en el mito Dios maldijo o no a Eva, pero en la realidad Eva heredó el estigma de ser la responsable y culpable de haber sido por quien toda la humanidad padece el mal. A partir de esto las mujeres también heredan esta maldición y si ya eran objetos hechos para servir a los hombres con esto se justifica mediante el mito divino. ¿Qué hay mas fuerte que un cuento divino?. Muy poco. Se ha creado la cárcel mental mejor diseñada. Los seres humanos han luchado y seguirán luchando por su libertad, pero hasta ahora cuando van al corazón de esas cárceles diseñadas por las religiones caen de rodillas. Adoran su esclavitud más allá de sus vidas. Son incapaces de ver la realidad y librarse.

 

Las feministas marchan contra todo menos contra la fuente de sus males: las religiones. En México marchan violentamente contra el gobierno federal, principalmente, pero evitan marchas contra la Suprema corte de Justicia de la Nación o contra el símbolo de su opresión la Catedral a unos pasos están estos tres símbolos de poder. Las feministas o son incapaces de ver la realidad o tienen miedo de arremeter contra el edificio carcelario llamado Estado Vaticano. Véase la estructura del Vaticano. Las mujeres están en la base de esa pirámide sin esperanzas de alcanzar un puesto de obispo e impensable de Papa. Toda esta estructura se ha tenido su reflejo en la familia católica: Papá, mamá e hijos cualquier otro modelo es un pecado. En este modelo el padre lleva la dirección de la familia y los demás obedecen. Bueno, tanto la estructura del Vaticano es machista como la familiar. En consecuencia, el problema no es esencialmente político ni jurídico sino moral. Los monstruos caminan y habitan en el seno familiar. Cometen violencia al cobijo del hogar casi siempre lejos de las miradas ajenas hasta para el poder del Estado. Cuando la sociedad se entera de la violencia o de la muerte de una mujer la historia ya ha sido larga y aunque se castigue al o los responsables el mal está hecho. No puede ya haber justicia.

 

Si la violencia y la muerte de mujeres tiene su origen principal en la moral religiosa no se puede remediar mediante leyes jurídicas sino modificando o abandonando la moral cristiana en sus ideas y en la práctica. Hace falta una nueva moral. Aquí se enfrentan dos grandes obstáculos. La construcción de una nueva moral que este contrapuesta a ese “México siempre fiel”, está tan arraigada la fe religiosa que, un gran porcentaje de mujeres preferirían la tortura y hasta la muerte antes de abandonar su cárcel. La creación ya adopción de una nueva moral es francamente casi imposible. Están los elementos para una nueva moral, pero un numero insignificante la ha adoptado. Por otro lado, el grado de poder y control que, ejerce el Estado Vaticano sobre su estructura y esta sobre los fieles es inmensa.

 

La liberación femenina está a la vista y están los medios, pero se rehúsan a marchar al centro neurálgico del mal. Es comprensible el miedo a enfrentar el mito divino y sus condenas atroces para siempre. No quieren quemarse en el fuego eterno. Claro, se nos impone, desde la infancia, un terror pánico el atentar contra lo divino que, es casi imposible salir de ese laberinto sin llegar casi a la locura. La cárcel mental es nuestro hábitat y aunque sea un lugar de torturas sin descanso no conocemos otra forma de vida ni queremos conocerla. No vaya a ser el Diablo. La iglesia tiene asegurados otros mil años de opresión con pingues ganancias pues el Vaticano es la mayor empresa trasnacional exenta de impuestos, con medio mundo a su disposición y con una fe ciega. La libertad está a un paso lateral de la moral católica. ¡Mujeres del mundo, uníos en santa cruzada contra la religión!. No mas un “México siempre fiel”. No mas violencia.

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