CAMBIO DE VALORES,
CAMBIO DE ÉPOCA POLÍTICA EN MÉXICO
“Abandone
toda esperanza, el que entre aquí”. Dante Alighieri
Los seres humanos, por lo general, somos
ciegos ante su actualidad y mas cuando hay cambio de valores como preludio al
cambio de época. Un cambio de época no se da por la acción aislada de una parte
de la sociedad, por la acción de un líder o de un partido político. Este cambio
es la suma de todos los elementos económicos, políticos, sociales, artísticos,
psicológicos, educativos y de toda índole. El cambio en México cumple con todos
esos elementos. A eso súmesele los elementos internacionales que de la misma manera
inciden en ese cambio. El Estado mexicano cerrado no resistió el empuje de
todas estas fuerzas interactuando y se abrió como una flor en primavera.
En su obra mas conocida Dante Alighieri inscribe
en las puertas del infierno: “Abandone toda esperanza, el que entre aquí” y ese
aquí, en México es el cambio. No importa cuánto se oponga una parte de la gente
a esa revolución, la misma no se detendrá, arrasara con cualquier fuerza
opositora. He aquí el infierno al que se enfrenta la oposición en México.
Incluso esas fuerzas opositoras son de vital importancia para el avance hacia
otro estadio del Estado mexicano. Se imaginan estar en franca oposición y, sin
embargo, están trabajando activamente contra sus intereses. Véase todos los
esfuerzos que hace la oposición y se verá el resultado contario a lo que
persiguen. Con la unión de todos los partidos se eliminaron las apariencias y
se colocaron dos bloques. El liberal y el conservador. No hay medias tintas y
no habrá mas que un resultado: el cambio de régimen.
Todos
los elementos que intervienen deben analizarse desde las diversas ciencias
parciales sabiendo de ante mano que, todos forman parte de un todo. Es decir,
los fenómenos económicos se deben estudiar desde la economía, los sociales
desde la sociología, los psicológicos desde la psicología y así, de manera
correspondiente para llegar a las conclusiones mas acertadas. De esta manera se
evita la chapucería sobre la que basan los periodistas y analistas de todo tipo
al estudiar la realidad sin tener preparación alguna. Es nocivo el resultado de
tales investigaciones. Periodistas sin titulo alguno, anclados en un escritorio
y aturdidos por las luces de reflectores queriendo dirigir la vida.
Hay
una obra, la cual se debe estudiar como fundamento para entrar en materia. “La
Ciudad Antigua” de Fustel de Coulanges, en donde analiza las instituciones de
la India, de Grecia y Roma. Todo esto en un constante devenir. Bien se puede
ver la voluntad humana formada por las circunstancias y como consecuencia, ver
la mecánica impuesta a esas instituciones en su constante cambio. Que, si bien
lento porque en eso de lo social, político y económico los cambios no son, a
menudo, tan rápidos como para apreciarse. A mi entender de esa disciplina y
métodos carecen periodistas y analistas que, a diario nos bombardean con sus
limitadas conclusiones. Deben perder toda esperanza de querer volver al viejo
régimen.
Estamos
ante un hecho, y por eso somos espectadores a la vez que actores privilegiados,
inédito: La caída de toda una época, de todo un régimen. Deberíamos parar por
un momento para contemplar la dramática caída por todos lados de una época de
luz, pero mas de sombras. Estamos, los mexicanos saliendo de nuestra mucho
menor Edad Media en comparación a la Edad Media del mundo occidental. Para unos
esta es una tragedia, para otros una comedia y para otros, drama. Con todo,
todas las fuerzas desatadas nos empujan hacia el cambio. Ha ido la oposición a
quejarse amargamente ante el rey de España, ante la ONU y los Estados Unidos.
Señores de la oposición esas instancias han propiciado también esta revolución
en México. Los reciben con mucha caravana y con lagrimas en los ojos mientras
ellos mismos saben ser parte activa de lo que les pasa.
La oposición no debe esperar mas que, derrotas por todos lados. Han sentido los diversos partidos el peso agobiante de esas fuerzas desatadas y han optado por unirse, pensando en su salvación. No han hecho otra cosa que, simplificar su ubicación y ponerse a tiro de piedra para su sacrificio, para seguir el camino de la extinción. El dos mil dieciocho fue el preámbulo, el dos mil veinticuatro su acto intermedio y el dos mil treinta su punto final. Quienes tengan ojos adiestrados para ver este espectáculo sabrán sacarle todo el provecho posible y saborearan son todos sus matices este momento que muchas generaciones no vieron y muchas no verán.
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