EL ARTE POPULAR
MEXICANO
La
comedia nace en Grecia a la par de la tragedia. Si bien el arte trágico griego
contó con artistas de la talla de Sófocles, Eurípides y Esquilo, mismos que,
nos dejaron obras universales por los temas tratados con gran maestría; Edipo
Rey, Antígona y Agamenón de manera correspondiente no menos cierto, aunque
menos importantes fueron los artistas de la comedia como Aristófanes, Menandro
y Cratinus sus obras correspondientes, Las avispas, La mujer de Samos y Hombres
en llamas.
La
comedia griega trataba diversos temas, pero resalta el de la critica a los
gobernantes y lo hacían con gran maestría. Era el equivalente al periodismo
critico de ahora. Sin embargo, ese arte cómico llegó a grandes alturas,
teniendo como base las alusiones sexuales y los insultos. Lo sexual era símbolo
de la fertilidad y las maldiciones como recursos para ahuyentar el mal. Debido
al triunfo del cristianismo se perdieron tanto la producción de tragedias como
de comedias.
Vamos
a volver ha ver y escuchar obras de gran calidad después del Renacimiento,
justo en la entrada de la Modernidad con William Shakespeare y otros más.
Traigo a Shakespeare a escena porque es el personaje que leyó Roberto Gómez
Bolaños y a quien quiso imitar. Con todo, Roberto Gómez cayó en la cuenta de la
grandeza del artista inglés y de su propia impotencia al tratar de lograr un
arte superior. No lo logró y prefirió hincarse ante la figura nebulosa para él,
de Shakespeare. Pero Roberto Gómez ante la falta de inteligencia mayor no se
dio por vencido para llegar a la fama y con toda la astucia que, tenia creo el
diminutivo en español sobre el apellido de William y de esta manera, en la hora
más oscura y vergonzosa, en la que tengo que decir tres veces ¡Ay!, se le dio
continuidad torcida al arte popular de la comedia. Todo se torció a grados
inimaginables.
Roberto
Gómez Bolaños, creo el Chavo del Ocho, el Chanfle, la Chimoltrufia, la
Chilindrina, el doctor Chapatín y el suyo propio Chespirito, un Shakespeare en
pequeño, una pequeña sombra del gran escritor británico. Era el año de 1970. Claro
que, la comedia de Chespirito es de muy baja calidad porque explota a las mil
maravillas los defectos humanos de los mexicanos y los hace mas visibles como
si los mexicanos mereciéramos ser ridiculizados, expuestos ante el mundo como
poco inteligentes de manera general. Es una lastima que, ese arte basura haya
sido propagado por Televisa y llevado por las sendas de la ignorancia, del
control social, de la sumisión política al régimen priísta. Toda una época de
franca imbecilidad en el arte. Lo peor es haber terminado este arte por
enraizar en el gusto del pueblo no solo de México sino de medio mundo.
No
conformes los artistas cómicos de esta decadencia se lanzaron a explotar esta
formula y surgieron más cómicos siguiendo esta línea. Ahora por todos lados
teníamos a cómicos malísimos volviéndose famosos y ricos a nuestras costillas.
Es indudable que, eso no habla bien de nuestros gustos artísticos. Hemos
encumbrado y puesto en la Alfombra Roja a lo peor de nuestros artistas como si
no hubiera talento y genios artísticos en México.
Ahora
bien, ¿Quién no ha sentido el peso de los genios sobre su conciencia?. No es
fácil entender la filosofía desde los griegos hasta la actualidad. Los grandes
científicos nos abruman con sus pensamientos revolucionarios. Ya lo dijo
Stephen Hawking, en su sobra “A hombros de gigantes”, como se construye la
ciencia a partir de genios que van construyendo sobre lo ya hecho con
anterioridad y como nos van dejando su conocimiento para el futuro. Con todo, a
mi me perece que, en México hay grandes pensadores, pero el régimen político
evita su florecimiento. A los gobiernos en turno no les agradan los genios. Esos
seres inconformes, críticos y lobos solitarios. No señor. Eso echa a perder los
planes.
En
efecto, se tiene un sistema educativo desastroso. Hecho para memorizar, para
pasar los exámenes, para darse un tono de intelectual, pero inservibles para la
vida práctica y menos para la vida intelectual. Me basta con llegar a los
juzgados para toparme literalmente con estas antípodas mías. Y, sin embargo, sé
que hay caminando por allí jóvenes talentosos que, van más allá de esta vida
ordinaria, de este arte basura. De vez en cuando los miro florecer y espero que
el síndrome shespiriano no los atrape y los tuerza.
Debe
haber jóvenes que, encaren la tarea de hacer la mejor ciencia, la mejor
filosofía, la mejor tecnología sin esperar el triunfo económico ni de ninguna
otra especie a no ser el triunfo sobre si mismos y sobre su época. Debemos
avergonzarnos ante nuestras flaquezas y redoblar esfuerzos durante toda nuestra
vida hacia el arte superior. Que debe existir el arte popular basura es
indudable, pero una sociedad que, se precie de cierta cultura debe crear un
arte superior siguiendo las pautas ya existentes y creando nuevas.
Que,
no nos pase lo mismo que, Alejandro Lora. Viendo y escuchando a los grandes
bluseros americanos quiso imitarlos y escribir su nombre entre los grandes.
Pero ¡Ay y tres veces ay!, el gran peso y responsabilidad aparejada lo hundió
en frías y otras acaloradas contradicciones. Tocar la guitarra, escribir letras
de manera excelsa no es para todos. Pronto prefirió seguir el paralelismo de
Roberto Gómez Bolaños y decantarse por escribir canciones menores, vulgares,
pero que se vendieran tan bien como todo articulo chatarra.