domingo, 10 de noviembre de 2019

SOCIEDAD Y GOBIERNO EN MÉXICO



SOCIEDAD Y GOBIERNO EN MÉXICO 

El cambio de régimen político, decidido electoralmente, el 1 de julio de 2018, tuvo factores tanto externos como internos y de muy variados rubros; económicos, sociales, culturales, artísticos, políticos entre otros que moldearon la moral sobre la que se iba a crear el cambio. La base del cambio de régimen político se fraguo durante mucho tiempo, incluso, los gobernantes priístas sabían de la necesidad del cambio moral en el gobierno (Miguel de la Madrid Hurtado 01/12/82-30/11/88), que fue el que más énfasis puso en ello. Puede parecer un despropósito situar el cambio de régimen en muchos sexenios atrás y en la moral; sin embargo, esto es así, los cambios sociales, políticos y económicos se construyen durante mucho tiempo y están conectados formando una unidad, un todo. 

Ese todo que es la realidad para su estudio los seres humanos la descomponemos en parcialidades para su estudio y comprensión, pero de común se comete el fatal error de aislar las partes y se termina por no entender ni la parte y menos el todo. Esto pasa en política, se cree que lo político se rige exclusivamente por los hechos y actos políticos cuando esto no es así. El cambio de moral tantas veces buscada para mantener el régimen no se dio, sino que, se construyó una moral que terminaría derrumbando el Presidencialismo de una vez y para siempre. Las cúpulas priístas no quisieron o simplemente no pudieron parar su propia corrupción y fueron arrollados por el cambio.

La voluntad general o que es lo mismo la soberanía popular se manifestó en las elecciones del 1 de julio de 2018, pero como manifestación pasa lo extraordinario; esa voluntad sigue vigente, no se ha manifestado y retraído a su pasividad habitual; ha continuado activa; con ello, se está garantizando la vida y continuidad del cambio de régimen político-social y la desaparición de anterior, así como del Partido Revolucionario Institucional. Está claro que, los usos del discurso oficial respecto a los ideales revolucionarios podrán seguir en el calendario del gobierno, pero ya no son sentidos vigentes; es decir, propios del gobierno. Ahora bien, fueron los gobiernos priístas y panistas los que propiciaron el desuso de esta ideología oficial. Quiérase o no estos dos partidos son tan responsables del cambio como sus opuestos y se debe entender que, los movimientos de cambio no son claros, perfectos o ideales sino reales con todas sus virtudes y defectos de todo tipo.

Ha pasado que la sociedad civil ha sepultado al régimen priista en ejercicio de su voluntad soberana y esto es la mitad del trabajo pues es menester que, esa misma moralidad se extienda hacia la misma sociedad civil. Al gobierno le compete funcionar en la medida que lo marca la ley y, a los gobernados el cumplimiento de la ley, pero más aún, un comportamiento moral, tanto en lo privado como en lo público. Sin este requisito es imposible que se logre el propósito de salir de esta terrible crisis estatal.

La reconstrucción del Estado mexicano pasa por la reconstrucción del tejido social impidiendo que unos cuantos sigan acumulando de manera arbitraria, sin límites la riqueza pues eso genera pobreza en la misma proporción. En este hecho está basado el actual sistema económico-político-social; unos ganan legalmente grandes riquezas y la mayoría se le impide legalmente acceder a los servicios básicos. El resultado, el descontento social.

Uno de los medios para remediar este mal es la educación de calidad. Hasta ahora, el modelo educativo ha sido un desastre; en consecuencia, se crean técnicos y profesionistas que no tienen la calidad requerida para solucionar adecuadamente los problemas a los que se enfrentan. La consecuencia, la mediocridad en la técnica y las ciencias. Si los técnicos y, profesionistas no logran entender los problemas y en consecuencia, darles solución; el resto del pueblo seguirá la misma suerte, la ignorancia. Sin tener clara la realidad no se puede elegir lo mejor y sin esto, adiós buen futuro.

No es suficiente que, se cambie de régimen político y que el gobierno vaya saneando la corrupción desbocada sin que la sociedad en su conjunto tome consciencia de su ser y participación en la determinación del Estado mexicano. Para ello, es necesario que, la sociedad mexicana deje de ser pasiva y se torne activa con un mínimo de conocimiento de la realidad en su conjunto y en especial, de la política. En la medida en que, la sociedad participa en política, se evitan excesos por parte del gobierno, en caso, contrario, se le deja el camino a los corruptos.

En política democrática, no debe haber un divorcio entre el gobierno y la sociedad; sin el apoyo consciente de los ciudadanos se puede gobernar, pero no construir un Estado fuerte que someta a los grupos criminales y delictivos que existen como rivales del gobierno y superarlo si es posible.

En resumen, la reconstrucción del estado mexicano, debe hacerse con el buen gobierno y la participación consciente de la sociedad civil con base en las leyes jurídicas y las normas morales en una escala en que la vida, la solidaridad, el respeto a los otros, la preservación de la naturaleza, los minerales, las diversas especies de flora y fauna; en fin, de todo el planeta.

Antaño, la democracia se reducía a ir a votar para complementar la simulación democrática; hoy, es imperioso que los ciudadanos sean educados de manera integral para que se vuelvan activos en todos los ámbitos de la vida, pero fundamentalmente en lo público. Un nuevo tipo de mexicano es necesario y su creación está íntimamente ligada a la realidad de los Estados Unidos de Norteamérica.

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