La selección mexicana de futbol obtuvo la medalla de oro y eso esta muy bien. Este deporte es un negocio y la iniciativa privada invierte mucho dinero para producir jugadores y mucho más para comprar jugadores extranjeros. No nos debe sorprender que gradualmente se vayan obteniendo buenos resultados en el rubro del futbol de alto rendimiento. Esta alegría se debe disfrutar en su justa medida. No más allá de ello.
El rubro del futbol profesional en México es un negocio de pocos y por tanto es valioso materialmente solo para pocos. Casi todo lo demás es frivolidad publicitaria. Se juega con las emociones de los aficionados a este deporte para poder llevarlos al punto que los dueños de los equipos y de la selección mexicana quieren para poder obtener pingües ganancias a través de la venta de boletos, artículos de toda clase, la transmisión de los partidos por medio de la televisión y muchas otras cosas mas.
Ahora bien, dije que casi todo era frivolidad y me parece que así es. Con todo, con relación al mexicano, este paulatinamente ha transitado del no querer ser, al ser. Y, esto me parece tiene suma importancia para nosotros. Si antes el mexicano se distinguía por oscilación entre el cinismo y el resentimiento surgido de su “inferioridad”; creo que era solo cuestión de tiempo y de algunas circunstancias como haber ya generaciones que se educaron fuera del sistema absolutista de un solo partido, tener una incipiente democracia y el hartazgo del cinismo publico de los gobernantes que sin ningún recato, con un cinismo intolerable niegan sus responsabilidades represivas contra el pueblo, para que el nuevo mexicano tomara conciencia de su responsabilidad para si y para con los demás. No se debe perder de vista que no obstante lo anterior, el pasado oprobioso sigue tratando de llevar a este nuevo mexicano al redil del rebaño acrítico para con el sistema político-económico-social superviviente. Dos vertientes políticas igualmente peligrosas amenazan a este mexicano. Por un lado, el autoritarismo y por el otro, el conservadurismo. Ambas vertientes a veces mezcladas, otras en aparente confrontación. A esto súmesele la vertiente económica privada que busca por todos lados ocupar el poder político.
De no menor importancia se tienen los cacicazgos en todos los rubros de la vida mexicana: educación, campesina, obrera, sindical, religiosa y entonces se vera todos los peligros que estas nuevas generaciones de mexicanos tendrán que sortear para redimir los rasgos negativos que hasta ahora nos han caracterizado. La tarea de estos nuevos mexicanos es, el de superar ese no ser, esa irresponsabilidad para completar ese nuevo ser del mexicano y que conlleva ser responsable.
Otro de los rubros es, el de los valores. Estos nuevos mexicanos se han percatado de que ha sido la falta de valores lo que ha llevado a los mexicanos al borde de la anarquía. La trampa, el fraude, lo ladino, la ilegalidad, la falta de democracia, el autoritarismo, el conservadurismo, la falta de solidaridad son algunos elementos que han mantenido a los mexicanos en su lamentable estado de postración. En consecuencia, estos mexicanos han tomado no solo conciencia sino acción en contra de todos ello. Si vamos desde la oposición y franca rebeldía de los estudiantes de la Ibero, pasando por la solidaridad de los más importantes centros de estudios superiores en esta lucha politica hasta llegar a este momento de triunfo de los futbolistas en Londres, veremos claramente que repudian el grupo de prácticas inmorales e ilegales y se han propuesto triunfar mediando la rectitud, la justeza, la mirada limpia y directa para consigo mismos y para con los demás.
Ahora bien, estos nuevos mexicanos son los menos en cantidad pero, con mas calidad académica, moral, solidaria; en fin, son los que piensan claramente en desechar ese viejo sistema político-económico-social que se niega a morir. Sin embargo, ya no hay vuelta atrás y es cuestión que mas mexicanos se sumen a este cambio ciudadano para acelerar el bienestar común de los mexicanos. No se debe soslayar que existen muchos peligros y enemigos de toda democracia y que los cambios no se dan por pura inercia, es, el ser humano y en el caso concreto del mexicano lograr superar nuestra falta de ser.
Así pues, me parece que subyace como soporte una Ontología y una Axiología de lo mexicano, en este acto deportivo y en todos los que han hecho los jóvenes estudiantes que han tomado conciencia y acción en contra del viejo sistema como para que no lo valoremos, para que no los ayudemos a que sigan adelante en su gran tarea. Que no nos divida una cuestión deportiva, no despreciemos esta felicidad juvenil que nos llama a sumarnos a su júbilo sincero, limpio de toda mala hierba pero en constante peligro mayormente externo.
A los futbolistas de alto rendimiento les corresponde sobresalir en los torneos correspondientes y lo han hecho con cierta frecuencia y en concreto, en las olimpiadas de Londres 2012, felicidades; a los ciudadanos consientes y de acción corresponde la transformación del sistema político-económico-social. No hay contradicción ni invasión de esferas de competencia. Los futbolistas de elite les pagan para ganar y en buena medida son productos de mercado y de la mercadotecnia y a ello responden; los ciudadanos deben luchar por sus convicciones razonadas y no solo no reciben paga alguna sino que aportan su tiempo, dinero y esfuerzo sin importar las molestias o la incomprensión y sin esperar el éxito individual. Entonces ¿Por qué luchan los ciudadanos conscientes y de acción?, por ideales superiores, tales como la libertad, la democracia, la justicia, la patria y todo aquello que hace la vida mas digna de vivir, de ser apreciada. Parece cosa imposible. Si una nación quiere elevarse por sobre su estado actual, tiene que probar su fuerza contra todos obstáculo que se le interponga, tiene que desplegar toda su astucia, toda su malicia y en especial su inteligencia. Millones actuando en toda la Republica lograran taladrar el sistema, sin remedio. Esta no es, una burda comedia como lo han querido hacer ver los tiranos y sus secuaces. No, este es un movimiento libertario como nunca se había dado en México y me parece que en ningún lado del mundo. Hoy como en 1910, los mexicanos luchan no por cosas universales sino por cosas concretas ya que se trunco la revolución mexicana y se le escamoteo por generales y arribistas y finalmente quedo al servicio de la burguesía. Esta es la continuación de aquella lucha pero en condiciones muy diversas; para decirlo con justeza esta es una revolución de la inteligencia contra la fuerza bruta, reaccionaria, tiránica, conservadora y hasta simbólicamente imbécil.