En la concepción tradicional se
tiene al Estado conformado por tres órganos (Legislativo, Ejecutivo y
Judicial), que no tres poderes además el Estado esta conformado por la población
y territorio. Ahora bien dentro del gobierno los tres órganos son primarios. Con
todo, estos órganos que ejercen de manera directa la soberanía popular no son
suficientes para que el Estado desarrollara todas las actividades necesarias
para servir a los gobernados, así que se crearon instituciones. Las
instituciones no ejercen la soberanía de manera alguna sino que son entidades
que ejercen actividades encaminadas a dar apoyo a uno de los tres órganos en
sus actividades, según lo establezca la Constitución General.
En este contexto, se tiene la autodeterminación
soberana para que un pueblo se imponga el gobierno que considere sin la
injerencia de otro Estado. Si la soberanía no es, puesta en acción se vera que
uno de los tres órganos o dos o los tres caerán bajo la acción de otros Estados.
En el caso presente de las grandes empresas privadas nacionales o extranjeras
que someterán al Estado a sus deseos y entonces, adiós soberanía.
Veamos al pronto si por lo
menos uno de los tres órganos esta sometido al capital privado u a otyro poder exdterno o interno en el caso del
Estado mexicano.
Recapitulando se tiene que en
la concepción ortodoxa del Estado se le endilgo como rasgo distintivo tener soberanía,
es decir un poder por sobre el cual no podría haber otro poder ya fuera externo
o interno. Y, en cierta medida se logró que los Estados nacionales pudieran
gozar de este poder. Sin embargo, las grandes empresas nacionales como
extranjeras del mundo occidental gradualmente se fueron consolidando como las
que dirigían el comercio y los Estados nacionales cedieron y dejaron de incidir
en la regulación comercial. Se dejo al mercado seguir su propia regulación. Ahora
bien, para que la gente consumiera al ritmo de la producción se necesitaba que
el Estado no solo cediera en la regulación del mercado sino que pusiera en
vigencia leyes que hicieran posible en lo legal la mano de obra necesaria para
tal producción. Y, ha resultado que los órganos de los Estados han sido
infiltrados por políticos dóciles a los deseos de las grandes empresas para
dictar leyes contrarias a los fines de los pueblos. Hemos vistos las protestas
masivas en Grecia, Italia, España, México y otras naciones latinoamericanas.
Es
decir que, los Estados nacionales ahora son dependientes del capital privado.
En México con la Ley de Asociación Publico Privadas publicada con fecha catorce
de diciembre de dos mil once, por medio de la cual el capital privado no solo podrá
sino que invertirá en obras públicas imponiendo en la realidad las condiciones
de sus ganancias aunque en lo formal se diga lo contrario. Ya no hay Estados
soberanos sino dependientes del capital privado. En este contexto se debe
preguntar si Estados como el mexicano nunca llegaran a ser plenamente soberanos.
Al parecer no tiene sentido seguir hablando del Estado soberano y que en el
caso mexicano, eso ha sido una ideología mas que una realidad.Dos organos del Estado mexicano por lo menos estan sometidos al capital privado: el Legislativo y el Ejecutivo. Lo anterior, a efecto de poder sobre esplotar las riquezas del territorio naciona y sobre explotar la mano de obra mexicana.
Así
pues, se debe de hacer nuevas teorías para definir el Estado. De la misma
manera los gobernados deben encontrar nuevas formas de lucha ante gobiernos
serviles a los intereses privados. En
esta transición hacia la híper-post-modernidad no habrá vuelta atrás y no habrá
marcha atrás en la lucha de los mínimos derechos de los pueblos. Siempre serán
posibles cambios violentos a pesar de la legalidad institucional. Esa legalidad
que iluminada por los discursos oficiales dicen responden a los nuevos tiempos y en
favor del pueblo y que sin embargo, en la realidad son contrarios a la mayoría de
los pueblos. Los legisladores no pueden hacer cosa alguna en favor del pueblo son
meros transmisores de los deseos y ordenes de los grandes grupos capitalistas.
Al respecto véase el caso mexicano en donde hay una aprobación y publicación de
leyes contrarias al pueblo vigiladas con toda minuciosidad por los legisladores
que integran la “Tele-bancada”.