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LA EDUCACIÓN UN
TESORO TRADICIONAL
El
conocimiento es el producto de un gran esfuerzo de todos los pueblos del mundo.
Claro, hay pueblos en el tiempo/espacio que, sobresalen en este rubro, tal y
como ha pasado con los griegos. Han sido una gran fuente de saber, a pesar de
todas las objeciones posibles. Es impresionante el tesoro educativo construido
por este pueblo. ¿Qué haríamos sin este tesoro para la vida?. Es muy difícil
responder la pregunta. Por buena fortuna lo esencial de su saber ha llegado
hasta nuestros días.
Tenemos,
después, diez siglos de un estancamiento de las ciencias y tecnología; sin
embargo, son hechos consumados y no podemos cambiar los hechos. Con todo,
grandes personas de esta época guardaron el saber de griegos y romanos. La
filosofía, la física, las matemáticas revolucionaron el mundo intelectual
mientras se iniciaba el mercantilismo como base de la vida. Durante la Edad
Media la vida estuvo por encima de lo material con el mercantilismo se iniciaba
la dictadura de lo material sobre la vida.
Dentro
del conocimiento tenemos las artes. Sin artes la vida seria fría y hasta
estéril. La música llegó a lo mas alto con los clásicos Mozart, el niño
prodigio que se dice tocaba el piano a los cuatro años. Pero toda la época de
los clásicos nos brindó una pléyade de grandes compositores. Después de la
grandeza en la arquitectura, la escultura, la pintura y la música vino una
caída en las artes hasta que, el rock sacudió al mundo artístico con la
adopción, en buena medida, de la disciplina y muchos grupos heredaron la música
clásica y la incorporaron a su arte y fueron tan lejos como hoy, todavía
podemos atestiguar.
Hoy
la vida está regida por lo material y por el dinero. La inclusión de las
mujeres a la vida económica trajo consigo el desmembramiento de la familia
tradicional y surgieron otro tipo de familias; esto no es bueno o malo. Lo
realmente malo es que, toda forma de organización familiar está bajo la presión
de la economía. La consecuencia son hogares vacíos de la guía paternal. Esta
enajenación laboral ha traído la ruptura de la entrega del conocimiento a las
nuevas generaciones. Treinta y cuatro años de neoliberalismo en México nos han
llevado a un abandono del conocimiento y no es raro ver a personas que, han
terminado alguna carrera universitaria, pero con un bajo nivel de conocimiento.
El rasgo característico de esta época lo son los llamados influencers. Personas
famosas, pero en suma ignorantes, superfluas y una pedantería única.
El
pueblo mexicano como muchos, está bajo la presión de lo económico, pero también
de la delincuencia organizada y de las grandes trasnacionales. Estos tres
grandes factores han logrado aislar a las nuevas generaciones del conocimiento
y del buen arte. No es casual el surgimiento de artistas pésimos, pero con
grandes audiencias ávidas del consumo instantáneo sin importarles la calidad.
El
neoliberalismo necesita ejércitos de trabajadores que, produzcan y a la vez
consuman los productos. Las mujeres han entrado al campo laboral y esto era
inevitable. Con ello, se ha dejado a los hijos, a las nuevas generaciones, en
el abandono familiar, educativo y artístico. Los grandes empresarios han
impedido que, las nuevas generaciones reciban el tesoro del saber, del arte, la
moral, la ética y la solidaridad. Las nuevas generaciones tienen poco en común
con las generaciones que, les precedieron. No saben lo mínimo de música clásica
ni del rock y sus derivados. Elvis Presley, Fredy Mercury o los Rolling Stones
no son referencias musicales. Prefieren los corridos tumbados e imitan una
forma de vida que, nunca van a tener ni de lejos.
Esta
ruptura generacional, en la cual, el tesoro del conocimiento se ha ido al abismo
demencial de la violencia, lo superfluo y lo instantáneo necesita una profunda reflexión
y un cambio de rumbo. Ese uno por ciento de los super ricos debe ser combatido y
reeducado pues no tenemos un mundo de refacción donde trasladarnos a vivir. La destrucción
del mundo, del saber y del arte debe ser detenida y se debe reanudar la tradición
del saber. Entregar todo el conocimiento a las nuevas generaciones para su
propia subsistencia en un mundo cada vez más difícil de entender y de poder
vivir. El equilibrio entre la vida y lo material se debe volver a restaurar. Lo
material no puede ser más importante que la vida misma.
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