INTELECTUALES
Cuando
era joven imaginaba a esos hombres trajeados con una pulcritud exacta y, un
cuidado de sí mismos dirigida a impresionar y lo lograban. Debieron pasar muchos
años para darme cuenta de que, todo eso era puro resplandor de oropel. Puro
camuflaje donde se escondía la mediocridad. Estudiar una licenciatura o su equivalente
es un paseo para la mayoría, una maestría es una pérdida de tiempo y un
doctorado lo mismo. Lo que hace a una persona encontrar la verdad es el amor a
la verdad y un enorme sacrificio. La disciplina y la duda son fundamentales,
pero eso es lo menos que se busca en la enseñanza. Cifras y más cifras y
seguimos dependiendo de la ciencia y la tecnología extranjeras.
En
estos días me he topado con el “Manifiesto de los Canallas”, firmado por más de
doscientos cincuenta “intelectuales” que dicen estar preocupado y por eso se
ocupan en enunciar el retroceso en política. Sin embargo, no piensan correctamente.
Imaginen ese retroceso en 10, 20, 30 o 40 años, estábamos siendo gobernados por
el Partido Revolucionario Institucional (PRI) o el Partido acción Nacional (PAN),
mismos partidos que, representa Xóchitl Gálvez. Vaya intelectuales.
Aunado
a lo anterior, está el problema en su dogmatismo, ese que, precisamente aludí
al inicio, Nunca tuvieron duda alguna en la llamada teoría de “La división de
poderes”, la dieron por verdadera y eterna. Intelectuales. No les interesaba ni
les interesa la verdad. Lo único que, les importa es vivir en un rebaño
reducido y reconocido como la crema y nata del pensamiento mexicano. Craso error.
Con su mediocridad han opacado a generaciones y generaciones de personas que,
en otras circunstancias hubieran brillado con luz propia. Estos intelectuales
son una desgracia para el pueblo mexicano porque son adictos al presidente en
turno. Su dogmatismo y su conservadurismo han marchitado el pensamiento.
Me
he permitido estudiar al Estado en general y en particular al Estado mexicano.
A la luz de la razón y de la práctica la llamada “División de Poderes”, si se le
aplica la categoría de teoría, es decir, si se investiga si reúna los
requisitos de ser teoría, se llega inevitablemente a la conclusión de no serlo.
¿Por qué estos sesudos intelectuales no lo investigaron?. Las dudas siguen. ¿Es
adecuado el término “Poderes”?. No lo es. El ejecutivo, legislativo y judicial
son órganos y no poderes. En consecuencia, no hay tres poderes soberanos. Hasta
aquí está la estructura fundamental de la estructura del Estado mexicano. Todo
mal. La pregunta fundamental es, ¿Esta estructura del Estado mexicano asegura
la democracia?. No. La lucha siempre es de élites económicas, sociales,
sacerdotales y políticas y el pueblo no tiene manera directa de vetar cualquier
política cuando algún partido llega al poder. Tal y como ocurrió con el
Neoliberalismo. Fueron 34 años de privatizaciones y aunque el pueblo se organizó
y marchó la represión fue la única respuesta. Como pruebas están todas las matanzas,
encarcelamientos, el intento de desafuero de Andrés Manuel López Obrador, desapariciones
forzadas y represiones. Hacen falta mecanismos legales para que, el pueblo
tenga asegurada su participación en la toma de decisiones políticas. Tenemos
una república representativa. Escogemos nuestros trescientos diputados mediante
votos como representantes del pueblo y doscientos los imponen los partidos. Se eligen
sesenta y cuatro senadores mediante votos y sesenta y cuatro los imponen los
partidos. Se eligen a todos los representantes de elección popular. Ya tenemos
a nuestros representantes, ahora vayan a su casa, ya los llamaremos dentro de
tres o seis años para una nueva farsa. Se deben tener medios directos para
cuando los corruptos quieran privatizar o quitar derechos para poder anularnos.
No más república representativa y más democracia directa. Todo esto ni siquiera
lo sospecharon los intelectuales que están a favor de Xóchitl Gálvez. Vaya
intelectuales.