miércoles, 22 de mayo de 2024

INTELECTUALES

 

INTELECTUALES

 

Cuando era joven imaginaba a esos hombres trajeados con una pulcritud exacta y, un cuidado de sí mismos dirigida a impresionar y lo lograban. Debieron pasar muchos años para darme cuenta de que, todo eso era puro resplandor de oropel. Puro camuflaje donde se escondía la mediocridad. Estudiar una licenciatura o su equivalente es un paseo para la mayoría, una maestría es una pérdida de tiempo y un doctorado lo mismo. Lo que hace a una persona encontrar la verdad es el amor a la verdad y un enorme sacrificio. La disciplina y la duda son fundamentales, pero eso es lo menos que se busca en la enseñanza. Cifras y más cifras y seguimos dependiendo de la ciencia y la tecnología extranjeras.

 

En estos días me he topado con el “Manifiesto de los Canallas”, firmado por más de doscientos cincuenta “intelectuales” que dicen estar preocupado y por eso se ocupan en enunciar el retroceso en política. Sin embargo, no piensan correctamente. Imaginen ese retroceso en 10, 20, 30 o 40 años, estábamos siendo gobernados por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) o el Partido acción Nacional (PAN), mismos partidos que, representa Xóchitl Gálvez. Vaya intelectuales.

 

Aunado a lo anterior, está el problema en su dogmatismo, ese que, precisamente aludí al inicio, Nunca tuvieron duda alguna en la llamada teoría de “La división de poderes”, la dieron por verdadera y eterna. Intelectuales. No les interesaba ni les interesa la verdad. Lo único que, les importa es vivir en un rebaño reducido y reconocido como la crema y nata del pensamiento mexicano. Craso error. Con su mediocridad han opacado a generaciones y generaciones de personas que, en otras circunstancias hubieran brillado con luz propia. Estos intelectuales son una desgracia para el pueblo mexicano porque son adictos al presidente en turno. Su dogmatismo y su conservadurismo han marchitado el pensamiento.

 

Me he permitido estudiar al Estado en general y en particular al Estado mexicano. A la luz de la razón y de la práctica la llamada “División de Poderes”, si se le aplica la categoría de teoría, es decir, si se investiga si reúna los requisitos de ser teoría, se llega inevitablemente a la conclusión de no serlo. ¿Por qué estos sesudos intelectuales no lo investigaron?. Las dudas siguen. ¿Es adecuado el término “Poderes”?. No lo es. El ejecutivo, legislativo y judicial son órganos y no poderes. En consecuencia, no hay tres poderes soberanos. Hasta aquí está la estructura fundamental de la estructura del Estado mexicano. Todo mal. La pregunta fundamental es, ¿Esta estructura del Estado mexicano asegura la democracia?. No. La lucha siempre es de élites económicas, sociales, sacerdotales y políticas y el pueblo no tiene manera directa de vetar cualquier política cuando algún partido llega al poder. Tal y como ocurrió con el Neoliberalismo. Fueron 34 años de privatizaciones y aunque el pueblo se organizó y marchó la represión fue la única respuesta. Como pruebas están todas las matanzas, encarcelamientos, el intento de desafuero de Andrés Manuel López Obrador, desapariciones forzadas y represiones. Hacen falta mecanismos legales para que, el pueblo tenga asegurada su participación en la toma de decisiones políticas. Tenemos una república representativa. Escogemos nuestros trescientos diputados mediante votos como representantes del pueblo y doscientos los imponen los partidos. Se eligen sesenta y cuatro senadores mediante votos y sesenta y cuatro los imponen los partidos. Se eligen a todos los representantes de elección popular. Ya tenemos a nuestros representantes, ahora vayan a su casa, ya los llamaremos dentro de tres o seis años para una nueva farsa. Se deben tener medios directos para cuando los corruptos quieran privatizar o quitar derechos para poder anularnos. No más república representativa y más democracia directa. Todo esto ni siquiera lo sospecharon los intelectuales que están a favor de Xóchitl Gálvez. Vaya intelectuales.


domingo, 19 de mayo de 2024

REPÚBLICA Y DEMOCRACIA EN MÉXICO

 

REPÚBLICA Y DEMOCRACIA EN MÉXICO

 

Sería bueno que la oposición dijera que entiende por república y democracia. El primer término tiene raíces latinas. Res que significa “Cosa” y publica que significa a su vez “Pública”. En consecuencia, la República es la “Cosa pública” la que es de todos y de ninguno en particular. Los Estados Unidos Mexicanos constituyen una República en la cual todo lo público pertenece a todos y a ninguna persona o grupo en particular; es decir, se contrapone a la Monarquía antigua en donde todo pertenecía al rey y a la nobleza y ningún bien al pueblo.

 

Lo anterior, nos lleva a la conclusión de que, en la república mexicana se ha pervertido el sentido correcto de dicho termino porque desde la creación del Estado mexicano constituido en una república han sido las élites económicas, políticas, militares, sociales y eclesiásticas las que se han apropiado de la cosa pública para su propio beneficio con exclusión del pueblo mayoritario. Esto anula en la práctica a los ciudadanos para tenerlos como un rebaño para trasquilar u ordeñar a placer sin ninguna paga o derecho.

 

El concepto de democracia por su parte tiene raíces griegas. Demos significa “Pueblo” y Kratos “Poder”. Es decir, democracia significa el gobierno de la mayoría con el respeto a las minorías. Pero en México esto no había sucedido hasta el 2018 cuando la voluntad del pueblo soberano impuso la democracia hasta entonces ausente. El Partido Revolucionario Institucional (PRI), por muchas décadas evitó de todas las maneras posibles que se implantara la democracia. Al llegarle la decadencia al PRI, se les unió, en el año 2000, el Partido Acción Nacional (PAN), para impedir la democracia Finalmente se les une el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

 

Esta alianza PRI, PAN y PRD tratan de mantener la república y la democracia para el beneficio de las élites económicas, militares, sociales, políticas y eclesiásticas; es decir, una minoría compacta sin que, la mayoría del pueblo pueda participar realmente en la vida política de la simulada república. Es decir, tienen intereses contrarios a la mayoría del pueblo para hacer efectiva tanto la república como la democracia. Esto conlleva a la anulación de las leyes justas, a la libertad, la igualdad, la legitimidad, la justicia social y al desarrollo de los seres humanos en toda su plenitud pues quedan en estado de siervos que, deben votar cada tres o seis años y después esfumarse hasta las próximas elecciones.

 

Por ello, resulta en mentiras sus declaraciones de estar luchando por la república, la democracia, los órganos de gobierno, las instituciones y demás dependencias de gobierno. Su “democracia” es una farsa. La única y verdadera republica es aquella en la cual todos pueden participar de manera directa y efectiva. De la misma manera, la única y verdadera democracia es aquella en la cual la mayoría decide el rumbo que debe tomar el Estado mexicano, siempre en beneficio de todos con respeto a las minorías.

 

Las verdaderas intenciones de la alianza PRI, PAN y PRD es devolverle el poder a las élites económicas, militares, sociales, políticas y eclesiásticas para volver a someter al pueblo y así, poder seguir con las privatizaciones sin que tengan contratiempos a mediano o largo plazo. Véase el periodo Neoliberal (194-2018). Todo se privatizaba sin consulta alguna al pueblo y en todo este tiempo los errores como el llamado “error de diciembre” de 1994, se le cargaba al pueblo tal y como sucedió con el Fobaproa, hoy Ipab, mediante el cual se salvó económicamente a los banqueros y ricos con cargo a los más pobres. De todo este desastre no hay culpables. Es por eso por lo que, el pueblo democrático se debe regir por la verdadera república y la real democracia sin prestar oídos a las élites ya mencionadas.