UN
FANTASMA RECORRE EL ZÓCALO DE LA CIUDAD DE MÉXICO.
¿Qué
hemos visto con la llamada Marcha Rosa?. Es fundamental responder a esta
pregunta pues de ahí se va a derivar el entendimiento de los hechos presentes y
futuros. Pues bien, lo que vimos este 18 de febrero de este 2024, es una puesta
escena. Se ha dicho que, sería una marcha ciudadana. No hay tal. Fue la oposición.
Fueron la cara de las élites económicas, sociales y políticas camufladas de demócratas,
Que simulación y cinismo, pero esto se entiende ante su desesperación ante su
eminente derrota y no solo derrota sino la extinción del Partido de la Revolución
Democrática (PRD), después, pero inmediatamente de las elecciones del 2 de
junio de este año. En esta senda esta ya encaminado el Partido Revolucionario Institucional
(PRI), tentativamente por el 2030, pero en este inter (2024-2030) ya muy débil.
A las élites que gobernaron a placer no les gusta la teoría marxista, pero para entender los hechos actuales nos viene bien usar las ideas marxistas pues la realidad nos obliga a ello. Tenemos una lucha de clases. Todo un tema marxista y estos es así. Los marchantes rosas podrán decir hasta el cansancio estar en contra del actual gobierno, pero en el fondo está la lucha por el poder político, económico y social que, han ganado de inicio las clases sociales más bajas. Esta lucha de clases ya tuvo su primer encuentro y perdieron los partidos conservadores (PRI, PAN y PRD), el 2 de julio de 2018 de una manera contundente. Su decadencia se ha acentuado con el paso del tiempo pues han perdido en las dos elecciones (2021 y 2023). Están al borde de la derrota total y eso ocurrirá en las siguientes elecciones.
Ahora
bien, la oposición se ha guardado mucho de descubrir sus verdaderas enemigas,
las clases sociales dominadas hasta antes del 2 de julio de 2018. Ya conocemos
la forma de pensar de la oposición y en especial de los panistas. Ellos son los
herederos legítimos de las élites españolas gobernantes durante el virreinato
de la Nueva España y por lo tanto superiores en lo que, llaman raza y con pleno
derecho a gobernar a la “indiada”. ¿Cómo van a poderse gobernar estos
marginados sociales?. No tienen la preparación académica, de “raza” superior y política.
Les parece un horror indescriptible. Basta oírlos vociferar contra las clases
pobres su gama de adjetivos llenos de odio, de desprecio como si solo ellos
fueran humanos y el resto no lo fueran.
Fundamentalmente,
vimos marchar a los panistas. Los priistas fueron pocos y los perredistas no
tienen la mínima fuerza ya para hacer sentir su presencia. Se nos presenta otra
vez una lucha de clases más allá de lo meramente político. Con esta marcha nos
mostraron los opositores tres circunstancias. Primera, no están tan unidos (PRI,
PAN y PRD) como nos dicen todos los días. Segunda, ha una lucha de clases.
Tercera, su marcha fue una simulación. Cuarta, están débiles, aunque su trompetería
y gritería diga lo contrario. Quinta, la cúpula priista no le vio sentido a
esta marcha. Sexta, sus verdaderos enemigos son los pobres a esos que tanto
odian y desprecian. Séptima, mostraron públicamente sus alcances académicos, económicos,
sociales, políticos y estos no les va a redituar una victoria en las próximas elecciones
pues no tienen el voto del pueblo pobre, el más numeroso y activo hasta ahora.
Octava, el viejo régimen priista y adoptado como hijo predilecto por panistas y
perredistas va rumbo a la extinción y no aguanta más otro sexenio sin el poder.
Novena, aunque se guardaron mucho de insultar a las clases bajas; es decir, los
votantes a quienes van a necesitar, involuntariamente, les picaron la cresta.
De todo esto prepárense para ver las consecuencias.
En
efecto, esta es una lucha de clases venida desde los años sesenta del siglo
pasado. No es una casualidad. La declaración de ser este movimiento
revolucionario “Flor de un día”, carece de fundamentos pues ha sido un largo
proceso lleno de sacrificios, muertes, persecuciones, represiones, matanzas,
fraudes electorales y mil pillerías por parte del PRI, PAN y PRD. No se trata
de venganza sino de crear un nuevo régimen político, económico y social más
justo en el cual no se esté cómodamente por simples prejuicios como el color de
la piel, pertenencia a una clase o por simple tradición sino por los verdaderos
méritos como el trabajo, la inteligencia, la invención y la innovación entre
otros valores. En suma, se trata de cambiar lo que, las tres anteriores
llamadas transformaciones no lograron y han quedado como temas nacionales por
solucionar. Con esta marcha vimos que hay un fantasma que recorre el Zócalo de
la Ciudad de México y todo el territorio mexicano, es el fantasma del marxismo.
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