Espuriato.-
S. Dícese del periodo gerencial de seis años que, en México se gana con
trampas, engaños, simulaciones permanentes y que sirve para salvaguardar los
intereses de la macroeconomía, es decir, de las grandes empresas trasnacionales
locales y extranjeras, ofreciendo los bienes públicos al mejor postor. En su
segunda acepción se le llama Espuriato a los seis años de administración
gerencial de los bienes públicos en México, con la característica de haber
nacido bastarda dicha administración gerencial, fuera de la democracia y con
fines contrarios al pueblo.
Sitio fundamentalmente con ensayos filosoficos y juridicos. Ademas de otros temas.
miércoles, 7 de noviembre de 2012
jueves, 1 de noviembre de 2012
EL ARTE EN SU REPRODUCTIVIDAD Y MODIFICACIÓN VIRTUAL
Desde
que Karl Benjamín publicó su libro en1934, “La obra de arte en la época de su
reproductividad técnica”, ya han pasado 78 años. En esta obra suya nos muestra
que las obras de arte reproducidas técnicamente han perdido su hic et nuc, es
decir, su aura y es desvinculada de su función ritual. Después de más de tres
cuartos de siglo la técnica reproductiva y de modificación de imágenes ha
llegado a niveles inimaginables tanto para los gobiernos como para los artistas
y la gente misma. Hoy día vemos como en las redes sociales las obras de arte o
mejor dicho las imágenes de ellas, se reproducen hasta el infinito de una
manera virtual, saliéndose de todo control político, artístico y social. El
escandalo es mayúsculo.
Ahora
bien, aquí se muestra con toda su fuerza el trabajo intelectual de Karl
Benjamín en este rubro y se nota claramente la deuda que tenemos para con él.
En este pequeño escrito seguiré sus pasos en lo fundamental porque no hay otro
camino que seguir extendiendo su labor en la medida que el intelecto me lo
permita.
Con
la caída del Muro de Berlín no se podía esperar otra cosa que el florecimiento
del neoliberalismo en casi todo el mundo y por ende los efectos de la aplicación
de esta economía abierta en donde se sueltan las fuerzas ciegas del libre
mercado que traen por consecuencia de la producción mercantil un híper
consumismo en todas las áreas del mercado. La tecnología actual aplicada en los
artículos de computación, teléfonos, los Iphone’s y toda clase de aparatos
encaminados a la comunicación a dado como resultado un cambio en la concepción
de la vida en todos sus ámbitos.
El
modo de producción capitalista ha dado un salto mayor y se ha plantado en las
naciones del mundo occidental con un empuje incesante de innovación de las
mercancías. No hay otro camino que la súper producción de mercancías que a
diario se dejan escuchar en los medios de comunicación televisivos, por medio
de la internet y sus derivados las redes sociales o por medio de los diarios
tradicionales. Su correlato que es el consumo de esos productos se hace a la
par, intenso en una escalada dialéctica sin sentido. Un hipotético Sócrates, hoy
día, manifestaría que hay un exceso de cosas que no necesita. Sin embargo, esta
sociedad esta ya preparada para el híper consumismo. Una persona en la
actualidad podrá no tener los medios de subsistencia necesarios y básicos para
su alimentación pero, sin duda tendrá un teléfono u otro símil con las mayores
funciones posibles en la medida de sus posibilidades y estará deseoso de tener
el de última generación. Tener un artículo de comunicación es la moda híper
pasajera ya que inmediatamente lo nuevo se vuelve caduco, viejo apenas aparece.
El actual sistema de producción tiene en la mira de manera inmediata al último
ciudadano de la región más recóndita para inmediatamente convertirlo en un
consumidor activo.
El
deseo por las ganancias especulativas de las bolsas de valores más importantes,
New York, Tokio, Londres entre otras ha traído como consecuencia el
empobrecimiento de la población en grados paupérrimos. El obrero de ayer es el
mismo que el de hoy pero sin derechos laborales. Es claro que se han
posicionado en extremos las dos clases fundamentales del capitalismo: la
capitalista y la obrera. El sistema financiero es culpable de las crisis
recurrentes en todos sus niveles y modalidades. Vemos claramente naciones que
hasta hace poco eran consideradas de primer mundo estar de vuelta al subdesarrollo.
Por momentos los gobiernos se han visto al borde del colapso y han tenido que
intervenir los gobiernos con buena
economía y el Fondo Monetario Internacional en el recate de esos gobiernos
ineficaces. Este es el problema toral que enfrentan las grandes empresas ¿cómo
conciliar la súper producción de mercancías con la pobreza permanente de los
pueblos para que el consumismo no decaiga?.
Lo
económico necesariamente tiene su impacto en el pensamiento filosófico de esta
sociedad global. Es evidente que al cambio del paradigma de poder o su
modificación deberá haber un cambio o modificación en el pensamiento
filosófico. La religión cristiana en
todas su vertientes ha caído en el descredito y el dios mismo ha sido colocado
fuera del centro de la vida misma. Ya no es necesario para la vida en su
fundamento menos para la vida cotidiana. Los adelantos científicos y
tecnológicos lo hacen desechable. Si se quiere curar a una persona de una
enfermedad antes incurable se recurre a la ciencia médica. Si se quiere saber
como esta algún familiar a miles de kilómetros de distancia se recurre a los
medios de comunicaciones personales e inmediatas y no se le encomienda su
bienestar a la divinidad. La religión se
ha convertido en motivo de los eventos sociales. Hoy, día la televisión tiene más
adeptos activos que la misma Plaza de San Pedro o cualesquiera otros. Aunque se
vean grandes peregrinaciones religiosas ya estas son vacías de verdadera fe.
Son mera tradición. Un callejón sin salida.
Nietzsche
extendió el acta de defunción del dios cristiano y Hawking hace la
certificación al sostener que Dios no es necesario para el surgimiento de la
vida en este o cualesquiera otro Universo. El Estado, la religión y todas las
grandes ideologías están en descredito. Ya poca gente cree en ellos. Esto nos
conlleva al gran vacío y a las paradojas. No se quiere dejar la democracia pero
tampoco el consumismo. Estamos en una época de transición en donde la filosofía
debe plantearse nuevos problemas y darle, si es posible, nuevas respuestas y
nuevo sentido a la vida.
Los
valores tradicionales de amistad, matrimonio, Dios, autoridad, familia, lealtad
y demás están en franca decadencia. El
gran vacío que produce la híper individualización se quiere llenar con
amistades virtuales. Se trata de tener el máximo número posible de amigos en
las redes sociales. Se trata de sentirse aceptado a través de por lo menos un
“Me gusta” y la sensación misma se ha mediatizado en la virtualidad. Una persona
se puede sentir bien por medio de los mensajes virtuales que le haga otra u
otras aunque estas palabras sean de lo más triviales. La transmisión de
imágenes criticas, fuera de la tradición, con imágenes de viejos ideales o
simplemente banales son el pan de cada día en la vida virtual. Entre las
imágenes virtuales tienen especial popularidad las personales con la esperanza
de que por lo menos un extraño diga: ¡Que hermosa!, ¡que bien te ves! o frases
similares. Ante este panorama hay gente que se niega a empeñar su vida a este
vacío y se integra a asociaciones que hagan algo real y con sentido humanista.
Asimismo, hay gente que prefiere unirse a una causa ecológica, de protección a
los animales, a los más desvalidos y otras cosas por el estilo. Nos encontramos
en un cambio de piel de los valores que no se abandonan en su totalidad pero
que ya realmente no se creen.
Esta
sociedad se ha definido por su cantidad, calidad y poder adquisitivo en dos
bloques, en los verdaderamente ricos y los extremadamente pobres. Esto es
paradójico si tomamos en cuenta que sobre esta división social predominante se
basa la producción y el consumismo. Esta sociedad occidental ha dejado las
grandes ideologías de la transformación de la realidad por medio de las
revoluciones violentas. A los movimientos de millones y millones de afectados
por el sistema político y económico no se les llama revolucionarios sino
indignados o su equivalente en virtud de que no quieren el cambio de sistema
sino de gobierno y no toman las armas sino la protesta callejera como un medio
de desahogo. Los gobiernos ven estas manifestaciones como una mera molestia que
se debe padecer y sortear con grandes propuestas de bienestar común que saben
nunca llegaran y que la gente sabe que son mentiras a todas luces. Una sociedad
que se revuelve para quedar en las mismas condiciones.
Lo
artístico no ha sido menos impactado. Las imágenes de las obras de arte no solo
se reproducen casi instantáneamente sino que se modifican. Esto supone darles
una visión fuera de toda tradición y ortodoxia reproductiva. Por poner un
ejemplo, hoy se pueden encontrar una buena variedad de imágenes de la obra de
Leonardo Da Vinci, “La última cena”, con una diversidad de imágenes virtuales
que van desde las caricaturas, payasos, personajes satánicos, caníbales,
luchadores, mujeres desnudas, científicos, artistas y la lista sigue. Para los
puristas que gustan de la obra original, esto va más allá de simples
modificaciones. Son verdaderos ataques al arte del gran genio italiano y quizá,
sin saberlo les molesta que estas imágenes sean para ellos, vacías, frías sin
su aura, sin su aquí y ahora. Aunado a esto se tiene el ingrediente de la
religiosidad presente en la obra. Modificar la obra, aunque sea en sus diversas
imágenes y en estas dos facetas: la artística y la religiosa es, una blasfemia
imperdonable. En efecto, se dan discusiones entre aquellos que gustan de la
variedad novísima de la modificación virtual y aquellos que aun tienen o el
viejo resabio del arte renacentista o de la religiosidad. La capa más
reaccionaria lo es, la religiosa ya que a la gente le parece que se ataca lo
que su vida tiene de más sagrado, la base misma de la vida: el Dios cristiano.
En cambio los que prefieren la obra única con su aura, su aquí y ahora, son mas
tolerantes dado que aprecian la obra artística por si misma y los menos por su
valor mercantil.
Ahora
bien, la imagen de la obra de arte ante su reproducción técnica bajo el aspecto
de modificación en una variada diversidad no solo pierde su aura sino que se
trivializa, se vacía totalmente de su significado primigenio y sin arraigo,
circula sin control alguno creando una paradoja mas de la concepción de arte.
Para
los que están ya en la Híper-post-modernidad, la variación y modificación de
las imágenes artísticas representa una nueva forma de expresarse que tiene su
sustento en el cambio de valores. Los valores cristianos se ven como un dique
para el desarrollo de la vida sin no es, que como una antigualla moral vacía e
inservible. Para los románticos que añoran la vida encorsetada de antaño,
cuando los valores morales cristianos eran sino seguidos pero por lo menos
rígidos en su aplicación y sanción correspondiente cuando había lugar para
ello, eso es lo únicamente valido y a eso se debe volver. En este contexto, los
conservadores ven como signo de descomposición moral estas transgresiones. Sin
embargo, creo que se esta en la oportunidad de llenar nuevos valores sin la
moralina cristiana.
Es
muy significativo que a la religión y arte cristiano se le oponga en este
contexto una concepción artística musical muy radical: El Satanismo. Dicha
música prefiere las letras, imágenes y actitudes consideradas por el
cristianismo, satánicas. Con todo, creo que los artistas que se inclinan por el
satanismo han exagerado su postura artística, ya que no se puede pensar para la
vida, la existencia de dos principios totalmente inventados por los seres
humanos. Si la vida tiene algún principio metafísico, es uno diverso a los ya
mencionados, ya que, tan perjudicial es el uno como el otro.
De
seguir esta dialéctica artística con base en los principios del bien y el mal,
seria un obstáculo para poder pensar en las nuevas bases de los valores. Ahora
bien, aquí quiero señalar que digo nuevas bases en el contexto de darle un
nuevo sentido a los valores como la vida, el respeto, la solidaridad, la
justicia y todo cuanto lleve al ser humano a plantearse las nuevas bases de la
convivencia humana. En efecto, solo se trata de darle un nuevo sentido a dichos
valores ya que los conceptos ya existían de antes pero han quedado vacíos
o casi vacíos. De ahí la necesidad de volver a llenar con nuevos sentidos
dichos conceptos.
¿Es
posible darles nuevos sentido a lo que llamamos valores? , es posible y los
seres humanos lo tienen que hacer. No es posible implantar los antiguos
valores. La vida no va a retroceder ante los diques que le impongan y menos los
endebles que hoy existen. Estos valores ya no estarán basados en la divinidad y
sus antípodas tampoco estarán basados en un ser antagónico al bien. Es posible
que el ser humano este entrando de lleno en una etapa en donde el centro de
gravedad de la vida sea la vida misma, libre de bien y mal extrínsecos y
metafísicos.
Para
nuevos valores, nuevas formas de arte. Que yo sepa no ha muerto persona alguna,
ni debe morir, por adoptar una nueva forma de creatividad y una nueva forma de
vida. A los filósofos les queda por tarea la explicación y respuesta real
o posible de las paradojas que encierra esta época.
Es
así también que los autores en esta reproducción y modificación virtual son anónimos
y no tienen posibilidad jurídica de tener los derechos de autor por más
modificaciones que hagan a las imágenes ya que inmediatamente nos remiten al
original. Es un tesoro artístico de todos y de ninguno.
Posted by Víctor Hugo Míaz Serrano
Victor Hugo Miaz Serrano
en
noviembre 01, 2012
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