lunes, 5 de mayo de 2025

EL NO SER Y SER DEL PUEBLO MEXICANO

 <script async src="https://pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js?client=ca-pub-3668019684171575"crossorigin="anonymous"></script>

 

EL NO SER Y EL SER DEL PUEBLO MEXICANO

 

Desde el inicio de la independencia política 15 de septiembre de 1810, pasando por su consumación (21 de septiembre de 1821), el pueblo mexicano en su devenir ha buscado ser un pueblo con identidad propia con un conjunto de valores como pilares del Estado mexicano. Libertad, democracia, justicia, solidaridad, legalidad, legitimidad entre otros, pero los grandes problemas ya existentes no permitieron lograr esos sueños. Por mucho tiempo las estructuras heredadas y las contradicciones internas no permitieron consolidar al Estado mexicano para enfrentar los retos inherentes.


El pueblo mexicano ha logrado avanzar muy lentamente hacia el primer objetivo, la democracia para seguir avanzando hacia las parcialidades adyacentes de la misma y que ya han sido anunciadas. La principal contradicción es la implementación de una sociedad conservadora o una liberal. Hasta la fecha actual sigue esta trabazón sigue vigente. Muchas veces escondida para el grueso de la sociedad mexicana. Una estructura social antidemocrática e injusta. Las élites sociales, económicas, sacerdotales, militares e intelectuales evitaron la democracia pues han vivido con privilegios basados en una estructura jerárquica casi inamovible por cientos de años construidas y vigentes más allá de la independencia, la guerra de reforma y la revolución de 1910.


Todo el periodo que va desde 1910 hasta 1918 puede definirse como la existencia de un pueblo conformando el Estado mexicano, pero sin ser un verdadero pueblo libre, independiente, justo, legal, solidario, democrático y con todos los demás valores necesarios para la vida. Las elites gobernantes siempre se opusieron, aunque la dialéctica entre conservadurismo y liberalismo siempre estuvo en pugna. Para lograr dominar a un pueblo es necesario enfermarlo, denigrarlo y quitarle toda esperanza terrenal de democracia, la puerta hacia la libertad y el ser autentico del pueblo. No es de extrañar la estructura social mexicana basada en prejuicios de “raza” (especie) para lograr la casi inmovilidad social y económica. Unos están para gobernar y la mayoría para ser gobernados (conservadurismo). Sin embargo, el deseo de libertad, aunque la mayoría de las veces adormilado o abandonado nunca pudo ser apagado. Después de 108 años de evitar la democracia esta se presentó intempestivamente para las elites gobernantes conservadoras en el 2028 y la sorpresa fue tal que, han pasado casi siete años y siguen sin poder entender tal hecho. Están en espera de un milagro, pero este nunca llegará. Esta es la consecuencia de largos periodos de lucha de un pueblo sometido, pero con la fuerza en potencia para lograr lo inimaginable, la democracia.


El pueblo mexicano por fin a logrado desarrollar su ser embrionario en un ser activo y potente, lo suficiente para trastocar todo el orden bajo circunstancias no propicias en lo económico, la seguridad pública, la pobreza, la educación y demás rubros. Con todo, es impresionante la solidez necesaria que, a logrado el pueblo mexicano para repudiar las viejas estructuras políticas, sociales, económicas, culturales, artísticas, morales, éticas y legales que lo tenían preso. Hace falta un plan nacional para dirigir al Estado mexicano a un nivel cada vez mas alto y poderoso para mostrar su plenitud. Estamos lejos de tener ese plan y obvio, de poner manos a la obra para alcanzar esa madurez que, rompa de una vez por todas esas ataduras aun vivas y que pretenden regresar en forma de conservadurismo.


El objetivo es simple y claro, construir un Estado en el cual haya oportunidades reales para quienes trabajen, piensen, inventen, aporten a la grandeza del pueblo y del Estado mexicano mismo, pero los viejos partidos actuando como gerentes y voceros de las viejas élites se niegan a ceder y aceptar la realidad. El pueblo mexicano a logrado ser por sí mismo y no está dispuesto a ceder ante su pasado oprobioso. Pero a la vez el conservadurismo representado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido acción Nacional (PAN) se enfrentan a su peor pesadilla, la consciencia y conciencia de la mayoría del pueblo mexicano. El PRI es quien lleva el peor destino, la extinción.


A todo este cambio nacido de la consciencia como facultad para recibir conocimiento, inventar o reestructurar el mismo en plenitud de conocimiento y la conciencia como facultad para percibir lo bueno de lo malo y actuar en consecuencia. Contra esto, el viejo conservadurismo no tiene defensa pues es algo contra lo que nunca se había enfrentado y, por lo tanto, nunca tuvo necesidad de prevenirse. Pero al Estado mexicano le ha salido un enemigo poderoso, el mas poderoso los Estados Unidos de América. No hay otro camino hacia la democracia, hacia la libertad y la consolidación del ser del pueblo mexicano. La oposición en México esta rebasada. La lucha está en otro lugar y no se puede evitar.