EL PUEBLO MEXICANO ACTIVO
El
año dos mil dieciocho fue un año crucial para la democracia. El pueblo
consciente inició una transformación de dimensiones aún desconocidas en su
alcance y dirección. ¿Por fin se logrará entrar a la democracia real y
efectiva?. ¿Dejará el pueblo de ser un mero espectador en la política o seguirá
el mismo destino que hasta ahora tiene?. Responder estas preguntas cruciales es
parte de descubrir por lo menos someramente al nuevo mexicano. Si, al nuevo
tipo de mexicano que ha surgido con una fuerza inusitada al grado de haber
minado las bases de un sistema político que, se creía indestructible. El
priista.
Todas
las fuerzas reaccionarias se han opuesto a la democracia en México: las élites
económicas, la iglesia y partidos como el Revolucionario Institucional (PRI),
el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática
(PRD), han sido los obstáculos para destruir o, por lo menos minar para avanzar
en la democracia. Se ha dicho hasta el cansancio que, hay una democracia en
México. Esa democracia es funesta porque es representativa y eso significa
tener ciudadanos pasivos al grado de no incidir en la vida pública. Se usa a
los ciudadanos para ir a votar cada tres o seis años y durante esos intervalos
son invisibles y pasivos. Vota y ve a tu casa y déjanos la política a nuestra
entera disposición. Esto genera la falta de entrega de cuentas a los ciudadanos
tanto por la pasividad como por no haber un mecanismo adecuado para ello.
Hace
falta pasar de la democracia representativa tan favorable para las élites
económicas, la iglesia y partidos ahora de oposición a la democracia en donde
haya mecanismos directos para que, los ciudadanos puedan ejercer su derecho a
participar en la política. Ese es el reto y a eso es a lo que, se oponen los
enemigos del pueblo. Si el pueblo mexicano logra ponerse por encima de los
partidos políticos podrá decirse que, es soberano y determina la forma de
gobierno, la política misma. En caso contrario, se habrá perdido una valiosa
oportunidad para ingresar a las ligas mayores de la democracia.
Lo
interesante es saber que, el pueblo mexicano tiene un tipo nuevo de ser humano
ya no identificado con el viejo sistema político sino interesado en crear un
régimen político dependiente del pueblo y no exclusivamente de los políticos.
Esta coyuntura está pendiente de ser clarificada y fincada. De esto depende la
vida del pueblo mexicano. El pueblo mismo debe verse desde fuera en un
ejercicio de análisis de su ser. Debe esculpirse a si mismo de tal manera de no
ser una creación ajena sino propia. Hasta ahora ni el pueblo mexicano a logrado
descubrirse ni ha sido descubierto por los intelectuales. Octavio Paz y sus
mejores alumnos no son más que bufones en busca de relumbrón, pero ajenos a la
verdad. Esta llamada intelectualidad no son más que una vergüenza nacional. La
búsqueda debe continuar una y otra vez porque lo que es el mexicano en un
momento en la actualidad cambia con una rapidez huidiza. Eso es lo que no han
entendido los políticos ni los abogados y filósofos. Con todo, ese devenir se
dará se quiera o no. No hay forma de voltear y evitar mirar la realidad. La
realidad nos mira sin compasión.
¿Qué
nos depara el futuro?. Lo que hacemos hoy, será la base de lo que,
encontraremos. Esperamos encontrar un tipo de mexicano libre de sus dogmas y
prejuicios para alcanzar metas aplazadas por cientos de años. Se necesita valor
sin límites para dar entierro a todo un pasado inmediato de vergüenza. Pero no
solo se debe desear sino derramar incluso lagrimas por la mutilación perfecta
de todo ese tumor hasta ahora enquistado. Romperse no es tan fácil y la
reconstitución es aun de mayor dificultad. ¿Montaremos las olas como verdaderos
artistas del peligro o nos hundiremos en nuestro pasado?. Afortunadamente tengo
esperanza de ver y participar en estos juegos tan de alta peligrosidad. No
buscamos nuestro futuro, lo construimos como verdaderos seres humanos
conscientes de la realidad macro y micro. Física de lo enorme y mecánica
cuántica. Realidad política y publica imbricada en la vida misma. Y ¿Qué más?.
Todo eso lo podemos hacer como pueblo activo.