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EL NEOLIBERALISMO Y LA VIDA
Durante buena parte de la historia, a pesar de
todos los horrores y de toda la crueldad humana, se había tratado de darle un
valor a la vida e incluso con el cristianismo se trató de hacer a los seres
humanos divinos por ser hijos de Dios. Eso se terminó durante el largo proceso
de vigencia del Neoliberalismo. Los derechos humanos son un intento por
proteger a los seres humanos contra los gobiernos, pero los gobiernos
poderosos, los dictatoriales o los teocráticos actúan sin ningún escrúpulo al
momento de gobernar o de iniciar agresiones o guerras. Los ejemplos sobran:
Israel, Irán y Los Estados Unidos son los claros ejemplos de la continuación de
las atrocidades que, creíamos superadas después de las dos guerras mundiales.
La Tercera Guerra será más desastrosa y horrible si se usan armas nucleares.
En el Estado del bienestar los seres humanos
tuvimos por un tiempo el día repartido en tres segmentos. Ocho horas para
trabajar, ocho horas para dormir y ocho horas para descansar. Pero el
Neoliberalismo exige el sacrificio de vidas de manera ilimitada. Se liberó a
las mujeres de la familia tradicional y entraron al sector laboral, pero
cayeron en las manos de los patrones con un sueldo menor y una mayor
explotación. Esto tuvo efectos inmediatos. Ahora no solo el padre se encargaba
de mantener a la familia. Las mujeres también contribuyeron a la manutención
familiar y muchas veces se encontraron como cabezas de familia en un mundo
totalmente hostil contra ellas.
Los hijos han pagado las consecuencias al
carecer tanto de la figura del padre como de la madre debido a las largas
jornadas de trabajo y de transporte personal. Esta descomposición de la familia
ha traído como consecuencia, menos valores en las nuevas generaciones. La
entrada al campo de los vicios y los delitos está abierta para todos y muchos
jóvenes entran sin retorno.
Los gobiernos Neoliberales han desmantelado el
Estado de bienestar para imponer la explotación del trabajo, la producción
ilimitada, el consumismo exacerbado, la corrupcion de los órganos e
instituciones. No es casualidad el florecimiento de la delincuencia organizada
y la delincuencia común. En este contexto la vida importa poco y la seguridad
publica esta rebasada y en general la vida ha sido rebajada a su mínimo valor
humano.
En resumen, estos son los problemas generales
a los que nos enfrentamos los mexicanos. Las soluciones no van a ser a corto
plazo ni fáciles. Es de vital importancia que, el pueblo en general tenga la
conciencia de la realidad para avanzar en el camino correcto para detener el
deterioro del Estado, sus órganos e instituciones en sus tres órdenes de
gobierno, para mejorar a las familias como instituciones no solo legales sino
humanas. El trabajo es titánico y a largo plazo, debiendo fijarse bien las
metas.
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