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EL IMPERIO Y SUS PRIORIDADES
Todo
lo que inicia termina y eso es evidente para cualquiera que tenga dos dedos de
frente. Los Estados Unidos, no hay duda, es un imperio cansado y sin medios
propios para poder alimentar a sus elites económicas, sacerdotales, militares,
sociales y políticas. Ese cansancio, esa decadencia los incita a buscar con desesperación
las formas de allegarse los alimentos y todo lo necesario para seguir siendo hegemónicos.
Los
Estados Unidos tienen un gasto excesivo en gastos militares provenientes de
todas sus bases militares ubicadas en los cinco continentes y de las deudas
adquiridas por las guerras que, han llevado a cabo también a todo lo largo y ancho
del mundo. Toda la burocracia necesaria para mantener esto es enorme. Eso sin
tomar en cuenta las hiper ganancias de los señores de la guerra pues sería
ingenuo pensar que, no hay quienes se beneficien con tantos contratos de armas,
logística, traslado, ejercicios militares, mantenimiento y puesta en escena de las
guerras. En lugar de solucionar un solo problema en cualquier parte del mundo las
élites gringas, los supremacistas blancos han creado más problemas horrores,
muertes, destrucción y pobreza con sus intervenciones. El monstruo del poder es
insaciable.
La desesperación
de las clases medias y de los más pobres no es más que, consecuencia de ese
gasto excesivo en guerras, en corrupción, en los golpes de Estado por todo el
planeta Tierra y el mantenimiento de la burocracia dorada. Claro, llega un
momento en el cual se debe pagar toda esa gama de excesos y, los Estados Unidos
no son la excepción. Los votantes de todas las indoles han sentido los efectos
de esos excesos gubernamentales, pero paradójicamente en lugar de atacar el
problema han votado por los perores personajes como gobernantes: Trump y su séquito
de ultra ricos. Pero esos ultras ricos son precisamente la cabeza del uno por
ciento que, ha amasado riquezas sin límites; es decir, son quienes han
vulnerado, dañado a la democracia pues han estado tras el poder político de los
Estados nacionales. Son quienes han ordenado desregularizar al Estado nacional
para que, las grandes empresas trasnacionales puedan saquear los bienes y
servicios de los pueblos, así como la sobre explotación de la mano de obra
mundial. Aunque, sonrían y sonrían sus largos historiales los denuncian.
En resumen, las élites gringas de derecha, encabezadas por Trump y su séquito de super ricos de derecha, sin importar la nacionalidad, han llegado al poder no por ser genios de la política sino porque las mismas víctimas de la política de guerra y lo ya dicho han votado por sus verdugos. Es evidente que, los ciudadanos estadounidenses están en la oscuridad pues no saben a ciencia cierta de donde les vienen los males. Lo más fácil es culpar a los extranjeros, a los narcos, a los delincuentes como si los Estados Unidos no tuviera ya demasiados asesinos, genocidas, corruptos, extranjeros como gobernantes, mafias y narcos dirigiendo en el gobierno y millones de drogadictos echados a su suerte. Los votantes estadunidenses se engañan. Tras este desastre están las elites, siempre las elites culpando y azuzando el odio contra los gobiernos y ciudadanos extranjeros para justificar su derrota, su decadencia y por sobre todo justificar su odio y en el fondo poder saquear los bines y servicios de los Estados nacionales más débiles; para poder explotar a placer a los indocumentados con cualquier pretexto. El gran monstruo esta hambrienta y sus víctimas lo han votado con singular alegría sin saber que las prioridades del imperio son alimentar a sus élites para seguir con el negocio de la guerra con los medios económicos que esos mismos votantes le alleguen. El monstruo no tiene como prioridad la salvación de sus súbditos.
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